capitulo 4

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No me sentía capaz de hablar.

Me solte de su agarre y me dirigí a la puerta, puse seguro y regrese al balcón.

— No es nada en serio.. — No puedo decirle que fue por él que me golpearon..

- Igual se escuchó todo. — Mis ojos se abrieron completamente.

Baje mi cabeza y él se acercó a mí.

— Lo siento.. — Me disculpé.

— Yo soy el que se debe disculpar apenas somos amigos y por mi culpa te ha hecho eso.

Lo miré y su rostro ya no estaba serio, se veía preocupado. Somos amigos?, sonrei un poco ante aquella confesion y entré más a mi habitación, éĺ fue detrás mío.

— No es tu culpa, mi mamá es un poco intensa pero no importa..

Él con toda la confianza del mundo se sento en mi cama.

— Por qué ha reaccionado así?

Me senté a su lado dudando si debería comentarle o no.

— Pues digamos que ella odia a los pandilleros y cosas asi. — Él me miró. —Pero no se porque lo dice! No tiene pruebas de que tú lo seas, siempre dice que estás en malos pasos pero yo no creo que sea así! En serio..

Volví a bajar mi cabeza y sentía su mirada sobre mi.

— Quisiera poder demostrarle que esta equivocada y que tener amigos no significa ser una zorra..

— Lo escuché cuando lo dijo. — Respondió, me sentía muy avergonzada por que se haya escuchado todo, que haya escuchado que me llamó puta y zorra..

— No lo eres verdad? No estas en malos pasos como dice ella.. — Le susurré.

— Y si lo fuera que pasaría? — Preguntó con curiosidad y lo vi un poco decepcionada.

— Tendría que borrarte de mi vida y si mi madre se entera es capaz de cambiarnos de edificio con tal de que ya no tenga contacto contigo..

Lo vi dudar un poco y miro a otro lado.

— No lo soy... — Mi corazón latió rápido, lo sabía, sabía que él no era un pandillero ni que estaba en ese camino.

Mis ojos se iluminaron.

— Genial!! Entonces hay que decirle a mi madre que esta equivocada y que vea que si podemos ser amigos.

Él no parecía estar convencido.

— Esta bien.. en otra ocasión. — Se levantó y camino al balcón.

— Ya te vas? — Pregunté.

— Sí. Ponte algo frío en la mejilla, te ayudará.

Finalmente se fue, ya ni si quiera recordaba que tenia un golpe en la mejilla y volvi a sentir ese dolor al recordarlo.

Con cuidado baje a la cocina, mi madre estaba durmiendo en el sofá.

Tome un poco de hielo y lo puse en una manta, regrese a mi habitación y me puse a hacer mis deberes con el hielo en la mejilla

Lo sabía.

Yo sabía que él no era un pandillero.

Con una sonrisa en el rostro termine todos mis deberes, me duche y me acosté en la cama.

No podía dormir, estaba creando en mi cabeza miles de escenarios donde le decía a mi mamá que baji no era pandillero y se lo presentaba, tal vez era muy fantasioso pero me hacía sentir feliz.

Pude conciliar el sueño y al otro día me levante con muchos ánimos, me puse mi uniforme, desayune y al llegar a la escuela busque a Baji, mi nuevo amigo.

Sin éxitos regrese a mi salón en donde antes de entrar me tope a muichiro.

Le dije que tenia algo que contarle en receso pero me ignoro preguntándome sobre porque tenia roja la mejilla, le dije que no era nada que luego le contaria y él se fue a su salón.

El receso llego y le conté todo a muichiro.

— De verdad no es pandillero..? — Era obvio que no me creía.

— En serio! Él me lo dijo. — Dije con orgullo.

— No le creo nada. Además por su culpa te golpearon.— Muichiro alzó una ceja y entrecerró los ojos. Puse mis ojos en blanco.

Quise ignorar lo ultimo.

— Oh si y adivina quien va ganando la apuesta? me vas a comprar todo todo lo que yo quiera! — Él fingió ofenderse. — Como vas con kumiko, ah?

Él se sonrojó y quiso hablar pero alguien nos chocó.

Era baji.

— Hoy si no te saludó. — Se burló Muichiro, me sentí un poco mal pero no quise que lo notara.

— Hey! No me cambies el tema! — Él se río y me contó que ya hablan más, incluso le pidió el número pero que solamente.

El receso acabó y cada uno se iría a su salón.

Las siguientes clases fueron aburridas y esperaba con ansias ya irme a casa.

Al salir me despedi de muichiro, ya no ha podido acompañarme a mi casa.

— Mi abuela te manda saludos ____.

— Dile que se mejore pronto. — Con una sonrisa me despedí.

Llegue a mi casa y me di una ducha, mi madre estaba durmiendo en el sofá y por eso no me vio.
Quise ir a hacer mis deberes en el balcón.

Lo admito.

Lo hacia con la intención de ver a Baji.

Después de estar un buen rato ahí, él no salió, después de otro rato se comenzaron a escuchar risas provenientes de su balcón.

Y finalmente salió.

Su cabello estaba suelto y el aire lo movía, él estaba sonriendo, no había notado mi presencia pues me di cuenta que no estaba solo.

También estaba el chico de la otra vez, Matsuno Chifuyu.

Los dos sonreían y yo no podía dejar de mirarlo, hasta que me ojos se encontraron con los ojos verdes de Chifuyu..

Él me sonrió con amabilidad y Baji noto eso, volteó y ahora nuestros ojos se encontraron.

Sentí un escalofrío recorrer toda mi columna.

— Hola.. — Chifuyu saludó y con pena respondi el saludo con la mano.

Baji me miró y yo a él.

Chifuyu no parecía entender nada pero los dos respondieron a mi saludo.

Quería hablarle pero no quería interrumpir su momento con aquel amigo.

— Como dijiste que te llamabas? — Matsuno preguntó.

— Aah si.. yo— Baji no me dejo hablar y contestó por mi. — Su nombre es ____.

Sonreí.

Ellos me sonrieron una vez más y entraron a la habitación del pelinegro.

Chifuyu estaba muy cambiado, recuerdo que era el típico matón con peinado ridículo, ahora es todo lo contrario, su aura misma es completamente diferente a la de antes.

Un tanto desilusionada por no poder hablar más con Baji entre de nuevo a mi habitación y baje a la cocina, busqué algo de comer y al terminar dormí.

Es Una Apuesta. // Baji Keisuke Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora