- 1 - Último adiós.

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Luz POV

Son las 2 AM, sigo apoyada en la misma ventana que los últimos 50 minutos, siento como el vaho de mi respiración impregna el cristal

Abro los ojos.

Luces.

Desde ese frío edificio donde me encuentro solo se ven diminutas luces moviéndose de un lado a otro provocadas por cada coche que pasa delante del hospital.

Vuelvo a cerrar los ojos.

Siento como dos lágrimas sin ningún tipo de permiso vuelven a recorrer mi cara.

Dolor.

Me duele, desde que apareció esa persona que para mi no es más que la parca disfrazada con una bata blanca. Me arrebató sin que yo pudiera hacer nada a una de las personas mas importantes de mi vida mi todo, mi familia. familia de esa que se elige. Desde los 6 años viviendo aventuras juntos,

Recuerdo aquella primera vez que hizo aparición el ratoncito Pérez, vino emocionado al colegio ofreciendome su diente para que el Sr Perez también dejara bajo mi almohada algo de dinero que evidentemente íbamos a gastar en chuches.

Me viene a la cabeza cuando hicimos el pacto de matrimonio con 10 años, prometiendo que nos íbamos a casar cuando fuéramos mayores.

Sonrío.

Siento una voz a mi espalda, la cual no puedo entender si se dirige a mi,

- Luz, cariño tienes que irte a casa, mañana va a ser un dia muy duro -Me dice con un hilo de voz que parece más bien un susurro-

- No me voy a ir, quiero quedarme hasta el final

- Nosotros nos vamos a ir enseguida también, aquí ya no hacemos nada

- Pero... - Intentó convencerla, pone su mano acariciando mi cara-

- Mi hijo querría que descansaras, sabes que estas cosas no iban mucho con él. Mañana nos vemos ¿Si? - Asentí. tenía toda la razón. Seguramente estaría engañándome en este mismo momento.

Llego a casa y siento como el vacío me golpea. ¿Cómo voy a descansar? Si mi cabeza no para de traerme recuerdos a la mente.

Consigo llegar hasta mi cama a duras penas luchando con mis propios recuerdos, miro la hora en el móvil y ahí está, sonriendo como siempre.

Esa foto que nos hicimos en la playa, segundos antes de que nuestra fotógrafa tropezara con una piedra y cayera al suelo. Sonrío ahora yo.

No se en que momento conseguí quedarme dormida, al despertarme esta mañana tenía los ojos hinchados y creo que ya sin lagrimas.

Con toda la calma del mundo me duché y me arreglé para ir a un sitio que ni en mis peores pesadillas podía haber imaginado ir.

Hay muchísima gente, igual conozco solo a dos o tres personas, pero me da igual. Han abierto la sala y no soy capaz de entrar. Me siento totalmente una cobarde, pero no quiero que la última imagen sea esa. Prefiero quedarme con su mirada, su sonrisa tan llena de vida.

-Luz, amor -me giro al escuchar mi nombre y al momento siento que me abraza- lo siento mucho

- Se ha ido, Paolo, se ha ido -Me aferro tan fuerte a el, que fácilmente hubiera podido sentir la falta de oxígeno-

Y vuelta a empezar como las últimas horas, lágrimas recorriendo toda mi cara, ya ni las siento.

Decidí salir a tomar un poco el aire, lo necesitaba. Justo en la entrada había una pequeña plaza con una barandilla desde tenías vistas directas a un pequeño jardín.

Gente entrando, gente saliendo, gente incluso riéndose. Noté que alguien se apoyaba en la barandilla, alguien que como yo había salido huyendo de la sala totalmente rota. Busca algo nerviosa por el bolso que parece no encontrar

-Perdona, ¿Ti- tienes fuego? -Me mira nerviosa-

-Eh, no, no fumo -La miro de arriba abajo, la cosa es que me suena, tengo memoria fotográfica.- ¿Estás bien? -Pregunto no muy acertada-

- Pues -Mira a todo nuestro alrededor- estamos en un tanatorio, ¿Quién puede estar bien?

- Pues también es verdad -Le doy la razón, me quedo mirándola unos segundos. Tengo que disimular fatal porque parece que se da cuenta-.

- ¿Qué? ¿Nunca has visto a nadie llorar?

- ¿Eh? No, o sea si, evidentemente sí, de hecho llevo desde ayer en una sesión non-stop - medio sonrío para quitar hierro a la respuesta más borde de la historia.- Eres la amiga de Leire¿Verdad? ¿Ainara?

- En, si, bueno, soy Ainhoa -Responde después de haberse quitado las gafas de sol para verme mejor-

- Soy Luz, la amiga de Jesús, coincidimos en..

- El bautizo de Nerea -No me deja continuar la frase ya que responde antes.- La madrina.

- La otra madrina, sí. -matizo-.

- Perdona por la contestación de antes, odio estos sitios -Me mira con una de tristeza y arrepentimiento-.

- Supongo que a nadie le gustan, bueno a los dueños de la funeraria sí.

- No te olvides de los floristas, que mira que son cursis los ramos y coronas.

- Y caros... - Rebajamos un poco la tensión de la conversación bromeando sobre flores y coronas de muertos?-

- Nunca entenderé esta tradición, mueres y te exponen como un jamón -No puedo evitar sonreír con el comentario-.

Y de nuevo gente y más gente. Una sala enorme que simula una medio iglesia llena de sillas y un pequeño altar, en el medio dos cajas fúnebres. Sigo sin creermelo.

Como de caprichoso es el destino, que te quita la vida junto a tu pareja de camino a un viaje romántico cuando celebraban 5 años de casados.

Hermanos, estamos reunidos hoy aquí para dar la última despedida a Jesús y Leire....


Última despedida.

Último adiós.

Jamás volveré a verle.

El cura sigue hablando y yo cada vez tengo un nudo más fuerte en el pecho.

Y ahora sí son tan amables, los que quieran acompañar a la familia en estos momentos tan duros pueden esperar fuera para ir en comitiva a la zona del Santo sepulcro.

Quería ir. Siento que debería ir. Pero tanto mis padres como Paolo no me dejan, y creo que tienen razón. Demasiado todo.

Sin darme cuenta me veo junto con el resto de la familia más cercana rodeando a Martín.

-Se que no es el mejor momento, os iré llamando uno a uno para confirmaros que seguramente la semana que viene será la lectura tanto del testamento como de las últimas voluntades y estaría bien que estéis todos.

Nos comentó a todos los que estábamos allí, con la escasa lucidez que tengo en este momento no logro entender porqué deberíamos estar todos, cuando es algo que solo incumbe a la familia cercana.

Al quedarse solo, decido ir a preguntarle

-¡Martín! - Le agarro del brazo antes de que como el resto de gente, también empiece a irse-.

- Dime, Luz

- Tu como notario ¿Les llevabas todo lo del testamento y eso? O sea que no es que me importe, que me importa entre cero y nada, pero ¿es necesario que vaya?

- Es muy necesario que estés.

- Pero si yo no soy nada cercano, o sea, lo normal es su familia, sus padres etc.. ¿No? -Intento resolver las dudas que tenía-

- Si fueras otra persona podrías no ir, pero eres Luz LaSierra ¿No? - dice tomándome el pelo, puesto que el sabe de sobra quien soy-

-Si -Asiento despacio con la cabeza-.

- Entonces hazme caso, es muy importante que estés. Te llamaré para confirmar día y hora...

Caprichos del destino. LUZNHOADonde viven las historias. Descúbrelo ahora