POV LUZ
-¿Dónde tengo que firmar? -Pregunta con una voz temblorosa mirando los papeles-
- Al final...
-Pues que si, que tiene razón Luz, que lo más importante es la niña.
-Firma aquí. Ya sabía yo que no ibais a fallar. De verdad muchísimas gracias -Extendiendo un par de hojas para que las firmara-
-¿Tan claro lo tenías Martín?
-Sí. Confío plenamente en la decisión de Leire y Jesús. Recordad que esto es temporal, tiene que aprobarlo una asistente social.
-Pero, ¿no has dicho que la decisión de los dos era que nos quedemos con Nerea? -Pregunto, volviendo a no entender nada-.
-La decisión de ellos es clara. El problema, que bueno, no es tan problema porque se que lo vais a hacer muy bien, es que el estado tiene que comprobar que sois las personas correctas y el ambiente es el adecuado. - Asiento lentamente con mi cabeza-. Me he tomado el atrevimiento de hablar con una amiga que colabora con nuestro despacho, ha estado trabajando como asistente social en la pública. Os va a poder ayudar -Levantó el teléfono que había en una mesa cercana y pidió que viniera alguien.-
A los pocos segundos entró una chica muy amable por cierto, que empezó a contarnos cómo tenía que ser todo el proceso. La niña tendría que ir al psicólogo, nos recomendó uno en el pueblo de al lado, Coscojales. Nos explicó en que se suelen fijar y cómo debíamos actuar.
Llegó el momento en el que preguntó si teníamos alguna duda. ¿Alguna‽ Fácil puedo tener más de mil.
-Yo tengo una duda, bueno que no es duda realmente, podrían venir las dos a mi casa a vivir a Madrid. Hay espacio de sobra para las 3.
- No hay ninguna norma escrita, ni no escrita que os prohíba cambiar de casa, peeeero.. -Ainhoa volvió a interrumpir-
-Es que yo trabajo en Madrid, va a ser imposible de otra manera. Me parece buena idea
- Yo trabajo en Vera. Me parece mala idea.
- Ya pero seguro que puedes encontrar cualquier cosa en Madrid, es una ciudad llena de oportunidades.
Intenta convencerme, con cada palabra suya, crece mi rabia. Creo que se me nota por como estoy hablándole
-¡Anda esta! Y ¿por qué no vienes tú a Vera?
-Como os he dicho antes, no hay nada que os impida vivir en un sitio u otro. Lo ideal es que os instaléis en casa la pequeña para que sufra los menos cambios posibles. Que siga yendo a los mismos parques, jugando con los mismos amiguitos, con su familia cerca etc. También os va a dar muchos puntos el hecho de que seáis pareja, así que tranquilas.
-¿Pareja? Nosotras no somos pareja, vamos, ni pareja ni nada - Siento la necesidad de aclararlo-
-Ups, me había parecido entender que si, disculpad.
-No nos conocemos de nada -Aclara también Ainhoa-
-Entonces sí que va a estar más complicado el asunto.
-A ver, de nada, de nada no. Las dos somos madrinas de la niña, hemos coincidido en bastantes momentos y nos hemos entendido bien, vamos que somos amigas -Intento encauzar la situación, no quiero que haya un solo problema ni error que lo complique todo-.
- Ah vale, que susto. De todos modos, pensaos lo de ser pareja. -Las dos la miramos con los ojos totalmente abiertos sin entender nada- O sea no digo que de repente os enamoréis y os caséis, si no, que cuando os visite la asistenta, os hagáis pasar por pareja. Cosas tontas, abrid una cuenta juntas, poned fotos vuestras por la casa.. etc. -Nos extendió la mano con una tarjeta con su nombre- Os doy mi tarjeta para cualquier cosa, no dudéis en llamarme.
Pasaron unas semanas bastante complicadas. En un principio pensé que sería más difícil para Nerea que para nosotras, pero ella se lo tomó como un juego, estábamos jugando a que nosotras éramos sus mamis. La verdad es que la niña es un cielo y nos lo está poniendo fácil. La que no está poniendo las cosas fáciles es Ainhoa. Después de mucho hablar y de hacer encaje de bolillos, acordamos que por las mañanas yo levantaría a la pequeña, la llevaría al colegio y ella se encargaría de irla a buscar y estar con ella hasta que yo salga del trabajo.
Al trabajar en el hotel de mi familia, y sabiendo las nuevas circunstancias de mi vida, no hubo problema en que me encargara de las cenas.
La casa de Jesús y Leire es la típica adosada de una planta con un pequeño jardín, tiene 3 habitaciones. La de ellos, la de Nerea, y otra para invitados.
Cuando me vine aquí, decidí dormir en esta última ya que no me parecía bien dormir en la de matrimonio.
Ainhoa decidió que era mejor seguir viviendo en Madrid, así que se pasa todas las tardes en casa y se vuelve a la suya a dormir. No podría decir si nos llevamos bien o mal. No nos llevamos.
Es la persona más siesa que he conocido, muchas veces pienso que la pobre Nerea tiene que aburrirse con ella todas las tardes. A veces siento que está haciendo todo por compromiso, por su amistad con Leire pero que no pone interés ni a la pequeña ni nada.
Es evidente que no vamos a ser grandes amigas.
Tengo que decir que me he acostumbrado muy rápido al hecho de llegar a casa después de trabajar y que mi ahijada me reciba emocionada como si hiciera años que no me ve. Es como cuando tu mascota siente las llaves y ya está detrás de la puerta esperando que la abras. Pero en lugar de un animalito pues es una personita que te mira y estira sus bracitos para que la cojas en brazos.
-¡¡¡¡Luuuuuuuuuuus!!!! -Viene a toda prisa, desde su habitación con su pijama de Buscando a Nemo-
-¡Pero bueno! Esta princesa.. ¿no tendría que estar durmiendo? -Veo que se tapa la boca con las dos manos riéndose-
-Añoa, me estaba contando un cuento..
-Sí, el de los 3 cerditos, que han acabado siendo 34 -Responde Ainhoa saliendo también de la habitación hacia el salón de la casa-
-¿Tantos? -Vuelvo a prestar atención a lo que me explica la pequeña con detalle-
- Pues claaroo, cada seldito tiene su familia, su papi, su mami, su Lus, su Añoa...
Baje a la niña después de darle un beso y la mandé para la habitación. No sin antes despedirse de Ainhoa.
Cómo podía un ser tan diminuto desprender tanta ternura. Estaba normalizando que dos personas que no eran ni su padre ni su madre vivieran con ella y la cuidarán.
-Es increíble cómo está llevando todo - Me dice Ainhoa mientras la acompaño a la puerta-
-No te engañes, debajo de ese cuerpecito de 4 años, se esconde una señora de 60
De las pocas veces que aquí la señora Ainhoa Arminza muestra su sonrisa. Bueno su sonrisa, media sonrisa. La mayor parte de días que hemos coincidido siempre ha estado distante, Supongo que es recíproco, ni me cae bien, ni le caigo bien.
-¿Todo bien?
- Eh, si. Te he dejado un poco de cena en la nevera -Me dice apenas sin mirarme señalando la nevera- por si te apetece.
-Ah, no te preocupes, ceno en el trabajo
- Bueno, hasta mañana.
- Buenas noches. -Me despido antes de cerrar la puerta- . Oye Nereaa! -Subo el volumen para que la pequeña me escuche dirigiéndome a su habitación-
Al entrar a la habitación veo que está simulando que duerme. Esta con los ojos cerrados y apretandolos intentandose aguantar la risa. Después de amenazarla con hacerle cosquillas para despertarla, se empieza a reír a carcajadas.
-Una cosa -mientras le pongo bien las almohadas- por las tardes, cuando estás con Ainhoa, ¿Te lo pasas bien?
- Chiiiiiii! Añoa es supel diveltida!
-¿Super? -Pregunto extrañada-
- Chii, Maz que Mickey mauz
- ¿Tanto? ¿Y que hacéis para pasarlo tan bien?
- Muchas cozaz, jugad, cantad.. cozad de gente diveltida.
Le acabé de contar el cuento y en la segunda página ya estaba bajo los brazos de Morfeo.
Noticia de última hora, ¿Ainhoa divertida?.
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Caprichos del destino. LUZNHOA
FanfictionLa vida de Luz cambia drásticamente de un día para otro.