-11- No pasa nada.

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POV LUZ

-¿Y si te digo que, ahora me apetece a mí? -Ahora soy yo la que hace el mismo recorrido con mi mirada, sus labios, sus ojos ..

Seguimos respirando la una del aliento de la otra, ninguna se ha movido un solo milímetro.

-Pues sería lo justo. -Apenas me sale la voz, seguramente si estuviera unos centímetros más lejos no hubiera podido escucharme- Porque el otro día fui yo, así que lo veo justo.

-Claro. -Responde susurrando con una voz ronca que hace que pierda la poca cordura que me quedaba- porque tú eres una persona muy justa ¿No?

No pude más que asentir con la cabeza mientras veía que se iba recortando el poco espacio que había entre nosotras.

Instintivamente cierro mis ojos.

Al no sentir el contacto inminente de sus labios con los míos, vuelvo a abrir los ojos y me encuentro con Ainhoa sonriéndome prácticamente en mi boca.

Cuando ya pensé que era un juego de ella y que se echaba para atrás, sentí sus labios capturando los míos.

Respirábamos en la boca de la otra porque no nos daba tiempo a hacerlo de otra manera. Nuestras lenguas empezaron una batalla, un tira y afloja que ninguna de las dos quería ganar.

Tiré de la camiseta de Ainhoa y cayó tumbada encima mío en el sofá.

Ambas nos reímos.

Siento la mirada fija de Ainhoa, siento que se para el tiempo cuando mis ojos se cruzan con los suyos.

Miedo.

Tengo un absurdo miedo a que no siga, a que no me vuelva a besar.

POV AINHOA

Nos quedamos mirando unos segundos, es prácticamente imposible ser tan perfecta. Sus ojos más abiertos de lo normal mirándome.

Ella relamiendo sus labios, esto es algo que no estoy lo suficiente preparada para ver

Me quiero deleitar con cada segundo que paso cerca de ella.

Ya no es que me apetezca besarla, ahora es necesidad. Me vuelvo a acercar a ella, vuelvo a secuestrar esos labios aunque siento que la única rehén ahí soy yo.

Me desvío hacia su cuello sintiendo algún gemido de Luz en mi oído. No dejo un solo milímetro de su cuello por recorrer, sonrió al pasar por justo la zona donde ese tal Paolo ha dejado su marca.

-Vamos a mi habitación. -Intento decirle, sin dejar de besarla-

-Vamos donde tú quieras.

No necesitaba esa respuesta, me bastaba un simple "Vale".

No sé cómo pudimos llegar a la habitación. Fuimos a trompicones, dándonos golpes con la pared, eso sí, sin separarnos.

Notaba como Luz me agarraba del cuello suavemente para profundizar el beso, sin ella saberlo, me estaba matando.

Se quedó parada al lado de mi cama, nerviosa. Me acerqué y le cogí las dos manos.

-Luz, ¿Estás bien?

-Creo que no.

Me suelta las manos y vuelve a ponerlas en mi cuello para volver a poner sus labios de donde no tuvo que alejarlos.

Volvemos a empezar otro baile, baile que solo nuestras bocas saben.

La cabeza empieza a irme más rápido de lo que va mi cuerpo.

No puedo dejar de pensar que no es justo.

Hemos bebido, Luz se está dejando llevar por eso.

Me asusta, me da pánico como me hace sentir cada beso, cada caricia.

Caprichos del destino. LUZNHOADonde viven las historias. Descúbrelo ahora