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Despertó por los molestos rayos del sol, su cortina estaba abierta y el sol mañanero lo saludaba con un abrazador calor.

El cenizo chisto molesto y se dio la vuelta para poder volver a dormir acobijandose más suspiro satisfecho de hallar una buena posición para dormir, pero el sonido de la puerta siendo tocada hizo que su ceño se frunciera.

El insistente golpeteo hizo que se levantará de la cama y abriera la puerta de golpe asustando al pequeño infante que se encontraba fuera de la habitación.

- Espero sea una buena razón para despertarme tan temprano pequeña mierdesilla - Gruño molesto el cenizo viendo como un infante de cabello castaño se asusto.

- E-eh esto... Aisawa-san m-me pidió que lo levantará Bakugou-san - Hablo tembloroso el pequeño desviando la mirada del cenizo.

- Tch - Vaya que no se podía escapar de las rutinas matutinas - Bajo en 5 - Dijo por último para cerrar la puerta en la cara del pequeño.

Volteo para ver el reloj que estaba en su habitación y vio que eran las 6:40 de la mañana, dios ¿que ahí todos eran pájaros madrugadores?

Se encamino a la cama para sentarse y frotar su cara y cabello con cansancio, de verdad que no quería hacer nada.

Pero era eso o nada, como bien se lo dijo Aisawa el día de ayer en la hora de la cena, así que no tenía más opción que hacer lo que fuera que hicieran.

Se volvió a levantar y tomo ropa para poder cambiarse y bajar a dónde estaban los demás, escucho como el movimiento era en la cocina así que se dirigió a ella y cuando entro pudo ver algo que hizo que su corazón se estrujara.

Vio como Aisawa estaba cocinando, como Toshinori estaba acomodando la mesa y lo que parecía ser la lonchera de los niños y vio como los niños ayudaban en lo que fuera o simplemente esperaban a una indicación.

Recordó cuando su familia hacía eso cuando era niño, su padre preparaba el desayuno mientras que el y su madre peleaban por como acomodar la mesa, por el lonche de el e incluso por el peinado que su madre le hacía.

Seguiría pensando en esos momentos nostálgicos de familia de no ser porque alguien le tocó la mano.

- Señor Bakugou ya desayunaremos, siéntese - Comento la pequeña Mahoro quién jalaba del cenizo que seguía un tanto ido.

- Parece idiota, ¿sera el cambio de horario? - Comento Kota con recelo.

- Vocabulario jovencito - Yagi interrumpió al pelinegro que solo desvío la mirada - Bien, ya que tenemos a un integrante nuevo ¿alguien quiere darnos los honores?

- Y-yo tío Toshinori - Levantó la mano la pequeña peliblanca quien estaba al lado de los dos azebaches.

- Por favor Eri.

- Señor, gracias por darnos alimentos todos los días, gracias por darnos una cama y un techo donde poder dormir - Comentaba casi en susurro la peliblanca con los ojos cerrados - Y te agradecemos que hayas incluido a alguien más en nuestra gran familia, espero que ayudes a Bakugou-san a encontrar su propósito junto a nosotros, amén.

- Amén - Todos dijeron al unison y el cenizo se quedó viendo al azebache mayor con enojo.

- ¿Era necesario que lo dijera así? - Le pregunto a Aisawa quien solo dio un sorbo a su café.

- Son niños, ellos son más inteligentes de lo que puedes imaginar - Dijo para luego darle un mordisco a su rebanada de pan tostado.

- Joven Bakugou, tenemos un horario para ciertas actividades diarias - Comento Yagi cambiando el tema - Por ejemplo, los niños van a la escuela y yo superviso la entrada del parque turístico junto a otras personas, mientras que Aisawa y un equipo especialista cuida los alrededores de cazadores o animales salvajes, aunque lo último es poco común.

MI PERRO PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora