Bakugou Katsuki de 27 años era un ex policía retirado.
Katsuki se ahogaba en pena y alcohol, ya no hacía lo que le gustaba hacer, ya no se comunicaba con nadie, ni con su mejor amigo.
Siguió así hasta cometer un intento de suicidio, pero gracias al...
Cuando terminaron de cenar tuvieron que esperar al peliverde ya que este repitió plato 2 veces más y se acabo el Katsudon, ya terminando de lavar los platos el cenizo les dijo a los niños que fueran a lavarse los dientes y alistarse para dormir quienes obedecieron al instante.
Mientras que Deku estaba viendo sentado en el banquito como los niños se lavaban los dientes este los veía curioso, no fue hasta que Katsuki también le dio un cepillo nuevo con pasta para que se lavara los dientes.
- Anda Deku, lávate los dientes - Dijo para ir por su cepillo propio y empezar a lavarse los dientes, cuando volteo vio al peliverde que tenía el cepillo en mano aun - Es así Deku.
Dijo para empezar a lavarse los dientes y mostrarle como mover el cepillo dentro de su boca, entonces este lo intento pero solo parecía masticar la parte superior este solo suspiro y fue hasta donde el para sacarle el cepillo de la boca y decirle que diga "A" este hizo caso y fue cuando Katsuki empezó a pasar el cepillo por sus dientes de manera suave pero no tanta para que la mugre y bacterias salgan de sus dientes.
Todo esto siendo observado por los niños.
- Deku parece un bebé - Comento enternecida Eri y Mahoro le dio la razón.
- Pero lo acostumbrara a qué le ayuden en todo - Dijo Kota terminando de lavarse sus dientes y rostro.
- No, miren - Dijo Katsuma mientras señalaba a los dos mayores.
Vieron como Deku parecía estar haciendo todo de el para cepillarse bien los dientes, pero se trababa de repente con los colmillos haciendo que hiciera gestos de dolor.
El cenizo le indico que tomara agua y enjuagara su boca haciendo gárgaras, claro mostrándola como y así lo hizo, entonces Katsuki examinó su boca y dio una señal de aprobación a los niños en señal de que todo estaba bien.
- ¿Bakugou-san podemos estar un rato con ustedes? - Dijo Mahoro emocionada - Solo cinco minutos.
- Sí por favor.
- Anda viejo.
- Le leeremos un cuento para que pueda dormir.
- Después de todo lo que comió, ¿Creen que no dormirá? - Dijo sarcástico el cenizo pues pudo comprobar el día de ayer que el peliverde al comer mucho le daba sueño, el glorioso mal del puerco - Solo cinco minutos.
- ¡SI!
Cuando terminaron apagaron las luces y se dirigieron al ático para que el peliverde pudiera conocer donde dormiría, Katsuki agarro la cuerda para bajar las escaleras y poder subir al ático, primero fueron los niños y después el cenizo y al final el pecoso.
Katsuki al subir y observar a su alrededor quedo maravillado junto al pecoso, pues Mahoro los veía orgullosa de su trabajo.
Mahoro había colocado focos en una extensión que daba desde un conector colgando en medio techo, había una alfombra grande de peluche color gris con líneas oscuras y encima de ellos habían muchas almohadas de diferente color y tamaño, también observó como había una pequeña lámpara en una esquina también alumbrando y hacían pequeñas macetas esparcidas por todo el lugar, sin mencionar de diferentes libros apilados en torres como colgados en las paredes ciertas hojas de ellos o dibujos.
Incluso en el techo tenia decoración de dos tipo sabanas pegadas.
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