Capitulo 4

23 4 0
                                    

POV Narrador 

Habían llegado a el aeropuerto la más alta no sabia muy bien como es que lo habían logrado, pero ya se encontraba más tranquila mientras la chica a su lado hablaba cual cacatúa.

- Es ilógico que allá tenido que devolverte el arma.

- Pues porque debía declararla y además es mía.

- Bueno, pero de haberlo sabido te la pasaba solo si me la devolvías.

- Es que no te la iba a volver a pasar mujer.

- No lo puedo creer vamos a viajar en eso.

- Aja.

- Si bueno emm yo no. Dijo para intentar unir cosa que no logro ya que la mas alta la tomo en brazos.

- No espérate ven acá.

- No, no.

- No me hagas esto. Dijo molesta.

- No tú no me hagas esto es como muy peligroso es algo que es muy pesado muy grande y podemos caernos y si nos caemos quedamos aplastaditas chiquititas pequeñas.

- Yo te prometo que te voy a cuidar. Dice tomando sus manos.

- No te va pasar nada ok. Dice segura.

-Vamos.

- Si. Dice con temor.

................................

Horas mas tarde

Ya habían aterrizado y se encontraban frente a la mansión Manobal.

- No, esta no puede ser mi casa. Dice para intentar huir nuevamente.

- Eee a donde.

- Tu crees que puedes engañarme.

- Engañarte porque.

-Hay no eres una mentirosa, mentirosa eres una de ellos. Dice para salir corriendo.

- Cierra las puertas para que no se escape yo voy por ella. Les ordena a los otros guardias.

Por su parte Sana no sabía muy bien cómo salir de aquel lugar así que decidió esconderse, para su mala suerte Tzuyu estaba detrás de ella y la alzó en brazos.

- Ya.

- SUELTAME, SUELTAME.

- Estate quieta un segundo por favor.

- No quiero, me quieres engañar no voy a entrar a esa casa, tu me quieres entregar para que me maten. Dijo forcejeando.

-Sana por favor escúchame, confía en mi esta es la casa de tu familia, donde Debiste haber nacido así que quieta. Dijo mirándola a los ojos.

- Confía en mi no pasa nada. Dice para bajarla a lo cual ambas se quedan mirando por unos segundos hasta que volvió a intentar huir, pero de nuevo la más alta la retuvo.

- No, no,no. Decía al ser cargada de nuevo.

- Ya basta.

- Suéltame, suéltame. Gritaba mientras la más alta caminaba para entrar a la casa.

Apenas entraron Sana comenzó a patalear.

- Deja de patalear quieres.

- Es que no, ya bájame. Decía a lo que la mas alta se canso e hizo lo que le pidió.

- Ya esta es tu casa. Dijo molesta.

- Nunca había estado en un lugar así. Dijo para subirse al sofá y comenzar a saltar en el.

Al fin te encontré  PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora