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Nam volvió a sus estanterías, haciendo suyo este lugar. Y yo entré a preparar la cena con el corazón encogido. Nuestras visitas se habían ido. Volvíamos a nuestra rutina en la que yo trabajaba en la oficina mientras Nam creaba obras maestras en su tienda. Donde cenábamos, nos relajábamos en el sofá y hacíamos el amor antes de irnos a dormir.

La vida volvía a ser lo que había sido antes del enfrentamiento de Namjoon con Seojon.
Excepto que Nam ya no me pedía matrimonio cinco veces al día. Sus propuestas habían cesado por completo. La última vez que Nam me había pedido matrimonio fue antes de salir a buscar el árbol de Navidad.

Supongo que había dicho que no demasiadas veces.

-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Jungkook, levantando la vista de su portátil

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-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Jungkook, levantando la vista de su portátil.

Levanté un gran sobre.

-Consiguiendo a Lee Minho en este contrato.

Me había dicho que me tomara la semana entre Navidad y Año Nuevo libre, pero no le hice caso porque había demasiado que hacer antes de mi baja por paternidad.

Jungkook frunció el ceño y se levantó de la silla del escritorio. Rodeó el escritorio y me quitó la carpeta de la mano mientras me retiraba la silla. Al menos, la había bautizado como mi silla. Era en la que me sentaba siempre que bajaba a trabajar a su despacho.

-Gracias. -Me hundí en el asiento, agradecido por haberme quitado el peso de los tobillos.

-Sabes, podría haberme acercado a ti.
Me encogí de hombros.

-Tenía que bajar de todos modos. Pensé en quedarme aquí hasta que tuviera que reunirme con Nam en el bar. Era Nochevieja y el bar estaba de fiesta. Tae y Jackson habían hecho todo lo posible por decorar el bar. Ahora no era sólo rústico, era rústico brillante. Habían pedido dos cajas de champán y media docena más de botellas de tequila. Tae incluso había inventado una pizza especial de Nochevieja, que era simplemente una pizza con el año escrito en pepperoni.

No se me ocurrió mejor manera de recibir el año nuevo que riendo y disfrutando de la noche con los amigos. Y me moría de ganas de besar a Nam a medianoche, aunque con lo mucho que me dolían los pies estos días, probablemente no aguantaría hasta las nueve.

-¿Qué está haciendo Namjoon? -preguntó Jungkook, retomando su asiento.

-Tuvo que ir a Seúl para recoger algunas provisiones que encargó en el aserradero.

-Pero va a venir a la fiesta, ¿no?

Asentí con la cabeza.

-Prometió estar de vuelta a las cinco.

Jungkook abrió el sobre y firmó la página marcada con la banderita verde. Luego volvió a meter los papeles en el sobre y lo devolvió. Con un chasquido, cerró el portátil y señaló que el trabajo había terminado por hoy.

La tragedia que nos unió.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora