—De acuerdo. —Él permaneció sentado, dirigiendo su atención a la mesa auxiliar a su lado. De nuevo, sonrió a mi trabajo, tocándolo suavemente, pero no dijo nada.
Lo tomé como mi señal para escapar y encender la parrilla en el porche. Esto no es una cita. Me lo repetí una y otra vez mientras me bebía el resto de la cerveza, y luego volví a entrar. Esto no era una cita. Así que no había razón para evitar a Seokjin.
¿Verdad?
—¿Puedo poner la mesa? —preguntó Seokjin, levantándose del sofá mientras yo iba al armario por mi condimento favorito.
—Claro. —Tal vez sería más fácil si él se moviera de un lado a otro y hacer que esta cena fuera más un esfuerzo conjunto. —Los platos están en el armario junto al fregadero. Los cubiertos en el cajón de abajo.
—Entendido.
Mientras él se movía por la cocina, yo sazonaba las chuletas de cerdo. Con cada sacudida del frasco, inhalaba profundamente. Después de la cuarta, mis hombros comenzaron a relajarse.
—¿Quieres otra cerveza? —preguntó mientras ponía un plato en la mesa.
—Claro. —Miré por encima de mi hombro a tiempo para verlo engullir el resto de su propia cerveza. De acuerdo, quizá no era el único que estaba nervioso por esta cena.
Se dirigió a la nevera y nos trajo otra cerveza a cada uno. Me entregó la mía mientras yo llevaba las chuletas a la parrilla. Seokjin me siguió, tomando asiento en la silla más pequeña mientras yo iba a la parrilla y ponía la carne.
—Son cómodas. —Pasó la mano por el brazo de la silla y luego sonrió—. Eso es un hecho, no un cumplido.
Me reí. Su broma me animó, y crucé el porche. Era un riesgo sentarse junto a él, pero lo asumí mientras me hundía en la otra silla. Nos sentamos en silencio, mirando a los árboles mientras bebíamos estas cervezas más lentamente que las primeras. Después de unos tres minutos, el resto de mi ansiedad se esfumó. Mi cuerpo se relajó en el asiento. Sentarse aquí con Seokjin era fácil, como si lo hubiéramos hecho durante años, no durante momentos. Nada de esta cena tenía que ser incómodo. Se trataba de Seokjin. No era un doncel extraño al que había invitado a una primera cita. Ambos conocíamos y entendíamos nuestros límites.
Éramos amantes. Éramos vecinos. Nada más. Cuando esta noche terminara, él se iría a su propiedad mientras yo me quedaría en la mía.
—¿Cómo va la remodelación? —pregunté.
—Bien. Están empezando a colocar las paredes en su sitio, así que parece que por fin estamos llegando a algo.
—¿Y el trabajo?
—También bien. —Una sonrisa se dibujó en las comisuras de su boca—. Esta ha sido la mejor semana que he tenido en mucho tiempo.
—Cuéntame eso. —Con la forma en que su rostro se iluminó, no quería que dejara de hablar.
—¿Te he dicho alguna vez que mi hermano es un veterano? — preguntó y negué con la cabeza—. Soobin entró en el ejército justo después del instituto y sirvió durante unos doce años. Le costó mucho volver a casa después de su último despliegue. Un amigo cercano de su unidad se suicidó y eso lo afectó mucho.
—Siento oír eso.
—Yo también. Pero ahora está en un lugar mucho mejor. Encontró un trabajo en una organización que ayuda a veteranos como su amigo. La Fundación Amy-Jeon les dona cada año. Y se ha convertido en mi proyecto favorito, encontrar otras organizaciones como la suya que ayudan a los veteranos.
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La tragedia que nos unió.
FanficKim Namjoon no quiere nada más que la soledad. Después que una tragedia impensable destruye a su familia, ha cortado todos los lazos con su vida anterior para poder luchar contra su dolor de la única forma que conoce. Solo. Así que cuando Seokjin ll...