—¿Crees que está mintiendo?
—Tal vez. —Él suspiró—. Sí, lo creo. Pero ahora no importa. El beso fue suficiente. Me mudé y pedí el divorcio.
—¿Pero todavía te llama?
Él asintió.
—Le pedí que dejara de hacerlo. Veremos si me escucha.
Este tipo no lo amaba. Si lo hiciera de verdad, lo dejaría ir. Quizás llamarlo y acosarlo era su forma de vengarse del divorcio.
—¿Qué te dijo durante nuestra cena?
—Me preguntó si estaba viendo a alguien. Le dije que sí. Sé que sólo fuimos casuales, pero eres el primer hombre con el que he estado desde Ken.
—No le gustó, ¿verdad?
—No. —Me sonrió—. No le gustó.
—Bien. —Aunque no me gustaba que lo hubiera molestado, sí me gustaba que fuera por mí que el imbécil de su ex marido se hubiera enojado.
Me mostró una sonrisa con sus lindas mejillas de pan y luego negó con la cabeza.
—En cualquier caso, no debería haber respondido a la llamada. No debería haber salido corriendo así. Dejé que me afectara cuando debería habértelo contado todo durante la cena.
—No es gran cosa.
No admitiría lo bien que se sintió su disculpa. Porque eso significaría admitir cuánto me había dolido cuando se fue.
—Me he guardado todo esto durante mucho tiempo —dijo en voz baja—. Mis padres ni siquiera saben lo de la infertilidad. Cuando me casé, no dejaban de preguntarme cuándo les daríamos nietos. Mi madre tenía tantas ganas que aprendió a tejer porque quería tener mucho tiempo para practicar haciendo mantas para bebés. No tenía ganas de romperles el corazón, no cuando el mío también estaba roto.
—Es comprensible.
—Tal vez. —Sacudió la cabeza—. Pero debería decírselo. Se lo diré. Tal vez. Con el tiempo.
Ojalá tuviera algún consejo que dar en cuanto a las relaciones con los padres, pero la mía estaba tan jodida que era mejor mantener la boca cerrada. Ni en un millón de años habría pensado que pasaría más de dos días sin hablar con mi madre. Antes había sido mi mejor amiga. Cuando tenía un día difícil, era la primera persona a la que pensaba llamar. Cuando tenía una buena noticia que compartir, ella era la persona a la que quería llevar a cenar y celebrar. Era la persona a la que quería hacer sentir orgullosa. Pero tal como estaba, no había hablado con mamá en tres años. La ira me había mantenido alejado. Y el miedo. Me aterrorizaba mirarla a la cara y ver sólo decepción por cómo había manejado las cosas. Manejar era un término demasiado generoso. No había manejado nada. Había huido.
—Ahora no importa, ¿verdad? —preguntó Seokjin retóricamente—. He aceptado, o estoy aceptando, todo. Tengo suerte de que Tae y Kook tengan tres hijos preciosos a los que puedo malcriar como tío Jin. Y espero que Soobin también se establezca algún día y tenga unos hijos a los que pueda querer, aunque sea en la distancia.
—¿Y la adopción?
Se encogió de hombros.
—Podría mirarlo, pero no sé si aprobarían a un padre soltero. ¿Y es realmente justo para el niño? ¿Vivir una vida sin un padre?
—A mí me crió una madre soltera.
—¿Ah, sí? ¿Alguna vez sentiste que te faltaba algo?
—¿De pequeño? No. Ella era mi todo. Pero cuando crecí, me convertí en el hombre de la casa. Habría estado bien tener unos años como simple adolescente.
Habría estado bien tener a alguien en quien apoyarme de adulto en los momentos difíciles.
Cuando llegué a los veinticinco años, algo en mi relación con mamá había cambiado. En cierto modo, me había convertido en el padre. Arreglaba las cosas de la casa que estaban rotas y me aseguraba de cambiar el aceite del coche con regularidad. Había añadido su lista de la compra a la mía y le llevaba la comida a casa los domingos. Incluso empecé hacer el balance de su chequera porque era la única tarea de la que siempre se había quejado en mi juventud. Mamá parecía contenta de dejarme llevar el timón. No la culpo. Había trabajado tantas horas durante tantos años que probablemente era agradable que otra persona condujera para variar. Pero cuando el mundo se volvió negro y el entumecimiento se instaló, ella no había estado allí para sacarme adelante.Había tomado la decisión equivocada. Me había aplastado. Así que vine aquí a sufrir solo.
Entonces conseguí un vecino.
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La tragedia que nos unió.
FanficKim Namjoon no quiere nada más que la soledad. Después que una tragedia impensable destruye a su familia, ha cortado todos los lazos con su vida anterior para poder luchar contra su dolor de la única forma que conoce. Solo. Así que cuando Seokjin ll...