Elena se quedó en shock al escuchar la noticia de su embarazo. No podía creer que fuera cierto. No podía creer que estuviera esperando un hijo de Alejandro. No podía creer que tuviera una vida dentro de ella.
Elena sintió una mezcla de emociones contradictorias. Sentía miedo, rabia, tristeza, culpa, vergüenza... Pero también sentía curiosidad, sorpresa, esperanza, ternura, amor... No sabía qué pensar, ni qué sentir.
Elena se quedó en silencio por un momento, tratando de asimilar la situación. Su madre la esperaba al otro lado del teléfono, ansiosa por su reacción.
-Hija, ¿estás ahí? -preguntó su madre con preocupación.
-Sí -respondió Elena con voz débil.
-¿Qué piensas? -preguntó su madre con delicadeza.
-No sé -dijo Elena con sinceridad.
-Hija, sé que es una noticia inesperada y difícil -dijo su madre con comprensión-. Sé que no es el mejor momento ni el mejor padre para tu bebé. Sé que tienes muchas dudas y miedos. Pero también sé que eres una mujer fuerte y valiente. Sé que puedes afrontar esta situación. Sé que puedes tomar la mejor decisión para ti y para tu bebé.
-¿Qué decisión? -preguntó Elena con confusión.
-La decisión de tener o no tener al bebé -dijo su madre con claridad.
Elena se quedó sin palabras al escuchar esas palabras. No había pensado en esa posibilidad. No había pensado en tener o no tener al bebé. Solo había pensado en estar embarazada.
-¿Qué quieres decir? -preguntó Elena con sorpresa.
-Hija, tienes dos opciones -dijo su madre con seriedad-. Puedes tener al bebé o puedes abortar.
Elena se quedó helada al escuchar esas opciones. No sabía qué decir, ni qué hacer. No sabía qué opción era la mejor, ni la peor.
-Tener al bebé significa asumir una gran responsabilidad -dijo su madre con honestidad-. Significa cuidar de una vida que depende de ti. Significa darle amor, educación, salud, seguridad... Significa enfrentarte a los retos y las alegrías de ser madre. Significa aceptar al bebé como parte de ti, como parte de tu familia.
-Abortar significa renunciar a una gran oportunidad -dijo su madre con tristeza-. Significa terminar con una vida que empieza. Significa perder la posibilidad de conocer a tu hijo o hija. Significa olvidarte del bebé como si nunca hubiera existido. Significa vivir con el remordimiento y el vacío de haber abortado.
Elena se sintió abrumada por las palabras de su madre. Se sintió confundida y angustiada por las opciones que tenía. Se sintió presionada y agobiada por la decisión que tenía que tomar.
-Mamá, no sé qué hacer -dijo Elena con desesperación.
-Hija, no te preocupes -dijo su madre con calma-. No tienes que decidir ahora mismo. Tienes tiempo para pensar y reflexionar. Tienes derecho a elegir lo que creas mejor para ti y para tu bebé. Tienes mi apoyo y mi amor, sea cual sea tu decisión.
-Gracias, mamá -dijo Elena con gratitud.
-De nada, hija -dijo su madre con amor-. Te quiero mucho.
-Yo también te quiero, mamá -dijo Elena con emoción.
Las dos se despidieron y colgaron el teléfono. Elena se quedó sola en la habitación, pensando en su embarazo y en su decisión.
Elena no sabía qué hacer. No sabía si tener o no tener al bebé. No sabía si quería o no quería al bebé.
Solo sabía que tenía una vida dentro de ella.
Y que esa vida iba a cambiar la suya para siempre.
ESTÁS LEYENDO
La fuga de la reina
RomanceElena es una joven mesera que sueña con una vida mejor. Su sueño se convierte en una pesadilla cuando es secuestrada por Alejandro Rossi, el jefe de la mafia italiana, que se ha enamorado de ella. Alejandro la fuerza a casarse con él, sin importarle...