Profugos.

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-¿Que hicites Caponera?.-Grito con la voz entre cortada el gallero debajo del cuerpo de Lorenzo Benavides.

La adrenalina recorría todo mi cuerpo, mis manos y frente sudaban, la respiración se me agitó, nunca le había disparado a alguien.

-¡Dame eso!.-Me arrebató la pistola Candelario mientras que Javier me abrazaba asustado. Secundino corrió y le quitó de encima el cuerpo de Lorenzo a Dionisio.

Dionisio temblaba como nunca lo había mirado, sus ojos parecían estar en otro lado.

-¿Se... se... se petateo?.-Dijo con temor el Gallero.

Secundino le tocó el cuello.- Este sigue vivo.

-Dame la pinché pistola, nomás pa mandarlo de una vez pal otro mundo.-Dije intentando quitarme los brazos de Javier de mi cintura pero él me apretaba más juerte lo que hacía imposible safarme.

-¡BERNARDA YA!.-Me grito Secundino.-Tenemos que irnos antes de que alguien nos vea.-Mencionó mientras todos buscábamos chismosos al rededor.

En este pueblo son muy chismosos taba raro que aun naide saliera con el sonido del disparó, ahora parecía pueblo fantasma.

-Si amonos.-Mencionó Dionisio acercándose hasta onde yo estaba, todo mayugado y con algunas rajadas sangrándole.- Caponera amonos...-Me acarició los cachetes y pegó mi frente con la suya.

Respire con desespero, y tome aire, mire a mi alrededor, vi el cuerpo ensangrentado en medio del patio y después mi mano izquierda con la que había jalado el gatillo, lo ví a los ojos.

-Amonos.-Asentí mientras sus ojos conectaban con los míos, Dionisio parecía ver mi alma y más allá.

Javier y Candelario junto con Dionisio subieron corriendo por nuestras cosas mientras que Secundino me ayudaba a jalar el cuerpo a un lado del gran patio. Los muchachos no se hicieron esperar y justo cuando iban bajando, Feliciano junto con el primo de Lorenzo nos cacharon en la huida.

-Alto ahí... ¿Dónde está Lorenzo?.- Dijeron los dos.

-Feliciano... ¡Pinché rajon!.-Le gritó Javier apretando los dientes. Ninguno de nosotros (Secundino, Dionisio y yo) entendíamos que era lo que estaba pasando ¿Porque el Feliciano estaba con estos dos weyes?.

-¡Pinche traidor!.-también alzó su voz Candelario.

Claro, ahora entendía todo... Seguramente el cabron de Feliciano le fue a rajar toditita la verda al Lorenzo y por eso me vino a encontrar aquí, pero aún no entendía ¿Porqué?.

-¡Lorenzo!.-Grito Remígio cuando lo vio en el piso.

-¿Cabrones quien lo mató?.-Dijo Feliciano encorajinado cuando se acercó detrás del otro wey al cuerpo de Benavides.

-¡Ya se los cargo la chingada!.- Remígio mientras estaba tirado a un lado del charco de sangre y el cuerpo de Benavides. Sacó su pistola y nos comenzó a tirar de plomazos, todos comenzamos a correr.

Recordé que Lorenzo y su primo son bien pendejos y que siempre dejaban las llaves pegadas en el coche, me separé por un momento de todos los demás y me asomé adentro del coche que estaba estacionado un poco más atrás.

-¡No cabe duda que son unos pendejos!.-Dije con alivio.

-Caponera... ¿Qué haces?.-Me dijo Dionisio de otro lado de la calle. -Amonos chingao, no te pares.

-Amonos, Amonos... ¡Súbanse pues!.-Les grite a todos mientras señalaba el coche,me subí, de lueguito comenzaron a oírse otra vez los balazos, todos apresurados corrieron subieron y arranque saliendo de ahí.

El Gallo De OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora