La Necesidad.

274 39 1
                                    

-¡Bernarda!.-Dijo Justina con alivio  al tenernos abrazadas.

-¡Justina!.-Le respondí con alegria.

-Me tenias con pendiente pues, entre tu desaparecia y dionisio tambien, ya no sabia que hacer ni que pensar.-

-Justina necesito encontrarlo, lo necesito bien pa nosotras.-Acaricie la cabecita de mi pequena.

-Y lo vamos a encotrar estoy segura que si Bernarda.-Acaricio mi espalda para darme animo.

-Pinche Lorenzo, de esta no se salva.-Dije llena de rabia.

-Vi a Secundino y varios trabajadores alla afuera, seguirian buscando al Pinzion.

-Ten fe que va a aparecer, Secundino y los muchachos estan haciendo todo pa dar con el.-Me aseguro.


Me quede ahi en mi habitacion contemplando la hermosura de mi pequena hijita, la pegaba a mi abrazandola a mi pecho, la extranaba tanto.


La angustia cada vez más me recorria todo el cuerpo, la desesperacion también, el solo echo de pensar que Dionisio pudiera estar muerto, me causa temor, el ultimo año en mi vida ha sido una combinacion de muchos sentimientos, momentos y emociones, mi vida a lado de Dionisio habia dado un giro que ni yo esperaba, él logro hacerme sentir cosas que jamas crei llegar a sentir por un hombre, saber que él estaba conmigo por el simple hecho de amarme y no por la suerte que le daba, me causaba una sensasion de paz y seguridad indescriptible. Amanecer en sus brazos todos los dias por la mañana alimenta mi corazon de amor.

-Ay mi amor, donde estaras?. -Comente bajito mientras veia el rostro de La Pinzona.

Luego de un rato alimentandola y meciendola en mis brazos hasta quedarse dormida, sali con ella en brazos, no queria despegarme de ella ni un instante. Entre a la cocina ahí estaba Petra, Justina y uno de los trabajadores de la hacienda, platicaban acerca de lo sucedido en los ultimos dos dias.

-Patrona.-Movio la cabeza saludandome Petra y los otros cuando me vieron entrar a la cocina, yo asenti con una leve sonrisa.

-¿Gustas comer algo Bernarda?.-Me dijo Justina al acercarse a nosotras.

-No, muchas gracias no tengo nada de hambre.-Respondi mirando donde sentarme.

-Bernarda debes comer algo, lo que sea, recuerda que estas amamantando y te debes de alimentar bien por La Pinzona.-Justina acaricio la cabecita de mi hija, enseguida la mire.

-Esta bien, pero poquito.-Respondi mientras Pepe uno de los trabajadores me ayudaba con la silla para poderme sentar.Le agradecí con la mirada.

-Nos alegra mucho que ya se encuentre de regreso con nosotros Patrona.-Dijo Marta. La mire un poco seria agradecía su comentario, pero faltaba el pilar de esta casa.

-Seguimos pidiendo por el Patron Dionisio para que pronto aparezca con bien.-Junto sus manos como en oracion.

-Gracias, que asi sea.-Dije triste.

Pique un poco el plato de comida que me habrian servido con algo de arroz, un guisado de papa y una ensalada de nopalitos, a un lado me habian dejado un vaso con agua de fresa, pero mejor me pare y me servi un caballito con mezcal.

-Bernarda...-Renegó Justina cuando vio lo que hice, la mire.

-Lo necesito, solo es uno.-Di de hombros y me tome todo lo que habia servido en mi caballito. Le indique a Petra que recogiera la mesa y asi lo hizo llevándose lo que quedaba en mi plato y el vaso con agua.

Los brazos ya los sentia casados asi que decidi ir a mi recamara para dejar a mi hija en su pequeno moises, Justina se fue tras de nosotras.

-¿Deberías descansar un poco no crees?.-Me sobo la espalda mientras ambas veiamos a la bebé acomodadita en su moises.

El Gallo De OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora