Capítulo 5.

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La poca luz que alcanzaba a entrar por la pequeña ventana, estaba irradiando directamente en mi cara.

—¡Ash! ¡Mamá, necesito cortinas negras! —Me quejé en tono alto. No tuve respuesta, así que, me levanté y sentí un gran dolor de cabeza. La realidad había empezado. Yo no estaba en mi casa y mi mamá estaba a miles de kilómetros. Había llorado toda la noche y seguramente mis ojos estaban hinchados y morados—. Malditos... —susurré—. Quiero de nuevo mi vida. —Tuve ganas de llorar pero no lo hice. Me levanté de la cama y tuve un pequeño ataque de desespero al seguir pensando en que este sería el fin de mi vida. ¿Quién en sus cinco sentidos, quiere estar en un habitación de cuatro por seis, comiendo lo que le den, esperando mucho para entrar a una asquerosidad de baño y acostándose con hombres desconocidos? ¡YO SÉ QUE TODO ESTO SE VA A SABER! Solo llevo tres días aquí y me siento mal, sucia, débil y tonta.

Recordé que tenía que ir al baño a asearme, y que las filas eran muy largas. Así que, tomé lo necesario y salí de la habitación con toalla y ropa en mano.

—Sarah. —Escuché que me llamaron y pensé que era Song Haye y no quería hablar con ella. 
Me había devuelto la camisa con semen. De tan solo pensarlo, se me helaba la piel. Vieja asquerosa—. Sarah, ven. —Volví a escuchar y decidir girar. Era Jin, pero... ¿por qué su voz estaba diferente? Seguro también se había acabado de despertar.

—¿Qué quieres? —Yo misma pensaba que era increíble que hubiese confundido su voz con la de una mujer. 

—Ven —ordenó él.

—Tengo que ir a hacer la fila. Ya que en esta pocilga, solamente nos dejan usar un baño.

Él volteó los ojos y caminó rápidamente hacia a mí. No tuve tiempo de alejarle y me tomó de la muñeca derecha mientras miraba para todos lados.

—No te haré nada, boba.

Abrí mi boca ofendida.

—Boba tu madre —respondí y él rió.

Él miraba para todos lados mientras me hacía caminar.

—Sí, hoy vienen clientes prestigiosos. —Escuchamos esa voz.

Jin, sorprendido y asustado, me abrazó y me acorraló contra la pared para que no nos vieran. Su aliento estaba en mi oído.

—Supongo que serán buenos. Vamos a escoger a las mejores, para que sea un buen pago. —Habló otro viejo, idiota como todos. Pasaron de largo por el otro pasillo y Jin soltó todo el aire que tenía atrapado.

—Ven, tenemos que apurarnos. —Tomó de nuevo mi muñeca y caminamos más ligero.

—¿A dónde diablos me llevas? —Pregunté en susurro.

—Para ser una chica linda, dices muchas palabrotas.

—Estoy en todo mi derecho, es mi boca. —Él giró los ojos. Tuvimos que subir tres pisos más y mi respiración se agitó. Llegamos a una habitación y él abrió la puerta.

—Entra. —Abrí mis ojos como platos.

—¡¿Qué?! ¿Aquí sirven viejas sucias y sin bañarse? ¿Ahora es en esta habitación?

—No. ¡Qué entres! —Me empujó suavemente. Entré, y esta habitación sí era bonita a comparación con las otras. Pude notar que estaba arreglada y olía muy bien; había estantes con libros y revistas, dos puertas, una en una esquina y la otra a su lado. La cama era doble y tenía sábanas negras con rojo.

—El baño es la puerta derecha. Dúchate pero no demores mucho. El shampoo de color azul es para ti. —Le miré confundida—. Sí, es mi habitación y quiero que te bañes aquí.

SAVE ME. (Jin de BTS).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora