SAVE ME. (Jin de BTS).

Capítulo 26.

Jin se tiró después de ella y debajo del agua, la apretó coquetamente por detrás. Sarah le golpeó con su codo y salió a la superficie.

—¡ESTOY ADOLORIDA! —Chilló y gruñó.

Jin salió y se rió por el humor histérico de Sarah.

—¿Y? Olvídate del dolor con diversión. Es fácil. —Sarah tembló.

—Solo si es físico, oppa. —Fue tímida.

—No, Sarah. Cuando estás adolorido, cualquier momento lindo, por más pequeño que sea, hace que te olvides del dolor, de lo malo y de cualquier cosa que arruine tu felicidad.

Sarah se giró para que él no viera que tenía sus ojos vidriosos. Sin embargo... Jin lo notó y nadó hacia ella y la abrazó por la espalda.

—Honey... el dolor te enseña a ser fuerte o débil; a ser mejor o peor persona. Tú eliges. —Besó su cuello.

Sarah disfrutó de la sensación.

—¿Sabes, Sarah? Me gustaría tener un mañanero rápido aquí, ahora mismo.

Sarah rió.

—Sería perfecto... porque es obvio que... —Sarah le interrumpió.

—No tienes que estar recordándomelo. Sé que mañana llegaré y volveré a mi vida común y corriente.

—No creo que llegues y sea todo igual. —Bajó sus manos y las metió entre sus shorts. Sarah se excitó.

—Yo espero que varias personas salgan de ella.

—¿Cómo quiénes?

—Como mi exnovio y mi exmejor amiga.

—Supongo que ambos están relacionados con tu llegada a Corea del Sur. —Acarició su clítoris y Sarah gimió.

—Sí. Jungkook me dejó por ella. ¡Por mi mejor amiga! Si no hubiera hecho eso, yo no estaría aquí.

—¿Y quisieras no estar aquí? —Susurró Jin con una voz ronca y penetrante que hizo temblar a Sarah.

La paralizó y no podía contestar. ¿En serio no quería estar acá? No lo sabía, solo calló.

—Hm... —Jin siguió con los masajes.

La giró y se acercó a su cara, mirando sus labios y la besó.
Mordió su labio inferior y luego metió su lengua lentamente. Puso sus manos en las mejillas de ella y el beso se intensificó; era desesperado y apasionado. Sarah comenzó a recorrer la espalda de Jin con las manos. Estaba algo pegagosa; el agua hacía que se sintiera así.

Jin le desabotonó los shorts y metió la mano con más facilidad. Sarah gimió entre el beso y lo profundizó mucho más. El agua hacía que desvestirse fuera complicado, pero aún así lo estaban haciendo. Cada prenda que se quitaban la tiraban a las piedras; allí el sol picante las secaría en minutos. Sarah quedó solo en panty y Jin ya estaba desnudo.

—¿Cuál es tu fantasía sexual, honey? —Le preguntó mientras le rozaba la entrepierna con su pene.

—La estoy cumpliendo. En un manantial. —Rió.

Jin besó su hombro y luego la agarró de la cintura para arrastrarla contra la pared de piedras. Allí la acorraló y pudo darle placer besando sus pechos y acariciándole las piernas y todo lo que pudiera. Sarah cerraba los ojos idiotizada por cada sensación.

—Me siento abusador. Apenas tienes dieciocho. —Rió mientras mordía un lóbulo de una de sus orejas. Sarah gimió.

—Perdóname, señor de los dinosaurios —dijo entre jadeos.