Capítulo 7.

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...

2 meses después:

—Sarah, ven aquí... —me llamó Ji Eun y le obedecí.

—Dime, ¿para qué soy buena? —Le pregunté cuando estuve lo suficientemente cerca.

—¿Por qué Jin y tú ya no se dirigen la palabra? —Yo me tensé. La rabia inundó mi ser y respondí:

—Porque no es necesario que yo le hable. Él no debería agradarle ni a una sola persona. Al fin y al cabo, es la persona encargada de traernos aquí.

—Bueno... es raro lo que dices, es lo contrario a como actúas —me dijo ella de inmediato, ignorando lo que había dicho.

—¿Cómo que como actúo? —Mi cara se arrugó por completo— ¿Qué hago yo?

—La manera en que le miras o suspiras cuando le ves, no sé.

—Mejor termina tu desayuno y vamos a ducharnos. —Ella notó mi cambio de tema y sonrió.

Ella, otras cuantas y yo, desayunábamos cuando las demás se bañaban. Las dos terminamos y dejamos el restaurante. Caminamos por el pasillo desde donde se veía el patio, giramos y empezamos a subir por las escaleras.

—Nos vemos en la fila —me dijo Ji Eun en el piso tres, y yo subí hasta mi habitación en el piso cinco.

Caminé por el pasillo que ahora lucía mucho mejor; tenía sus paredes pintadas y decoraciones en ellas. Cada puerta tenía nuestro nombre tallado en un pequeño adorno de madera y había dónde sentarse. Por alguna razón... nos hacía sentir mejor en nuestras miserables, estúpidas y perdidas vidas. Las vecinas y yo, lo habíamos arreglado. Por supuesto que algunas invirtieron más que otras, por ejemplo: yo. Aunque ya me sentía un poco cómoda, ¡YO ODIABA ESTO! ¡ODIABA ESTAR LEJOS DE MI HOGAR! ¡ODIABA VIVIR EN ESTO LLAMADO «EDIFICIO»! Y... odiaba a Jin. Entré a mi habitación para tomar las cosas y correr de vuelta al baño. Cuando abrí la puerta para salir, me llevé un maldito susto:

—Boo —dijo él suavemente. Tomé mi cabello estresada por su presencia y mi «yo grosera» salió de inmediato.

—¿Qué. Quieres? —Le pregunté pausando con rabia.

—A ti. —Mi furia salió mucho más.

—¡Maldita sea, Jin! ¡Piérdete! ¡No necesitas estar aquí! ¡No me agradas en absoluto! —Cerré la puerta y me recosté contra ella.

—Pero yo quiero estar aquí, y tú a mí sí me agradas. —Empezó a caminar hacia mí. Ambos susurrábamos, no podíamos gritar.

—¡Pero yo no quiero que estés aquí! ¡Vete! —Le señalé el final del pasillo.

—No. —Eso fue todo lo que escuché. Luego me corrió y abrió la puerta, me hizo entrar mientras me tomaba por la cintura con ambas manos. Me acorraló contra la pared, y mirándome a los ojos, dijo:

—Me encantas, eres tan distinta a las demás.

—Déjate de clichés, Jin —escupí. Por más nerviosa que estuviera, eso no le ganaba a mi astucia.

—No es un cliché. De todas las chicas con las que he tratado, me he dado cuenta que eres única, Sarah.

—Sí, claro. Y yo amo estar aquí. —Giré mis ojos.

—Me amarás a mí, y amarás este lugar.

Yo reí amargamente e iba a insultarle. Les juro que era mi intención, pero repentinamente, sus labios estaban posados sobre los míos. Él sabía que intentaría soltarme y tomó mis manos y las subió por arriba de mi cabeza. Sus labios... ¡ay! Sus labios eran suaves y muy carnosos. Me besó con un ritmo bastante rápido mostrando necesidad y desespero... pero cuando vio que no hubo resistencia de mi parte, pasó a un beso suave y caluroso. Lamió mi labio inferior y luego lo mordió. Inmediatamente gemí. Más tarde, su lengua estaba dentro de mi boca y la mía dentro de la suya. Siguió mordiendo mis labios y succionando de vez en cuando. Una explosión de sensaciones se creaba dentro de mí. Él me soltó, y nuevamente puso sus manos en mis caderas y dio pequeñas caricias con sus dedos. Sentí que mis piernas temblaban y en el beso sentí una sonrisa asomarse en su boca. Posteriormente de ese beso, me dio otro pequeño sin hacer ningún movimiento, solo un pequeño roce haciendo que sonara el típico sonido de «push».

SAVE ME. (Jin de BTS).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora