22. Sueños cumplidos.

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22| Sueños cumplidos.

AGOSTO, 2012
Tegueste, Canarias.

Pedri.

Era una noche de verano cuando llegamos al restaurante de mis padre con Dana después de un día de piscina, teníamos las manos entrelazadas y mí balón bajo el otro brazo. Entramos correteando para llegar a la barra, donde se encontraba mí papá detrás de esta, al levantar su vista alsa sus cejas y sonríe haciendo que sus ojos se achinen.

— Me imagino que ya les ha dado hambre, chiquillos. — con una sonrisa angelical asentimos al mismo tiempo. — Valee, ya les traigo unas croquetas.

Desaparece al entrar a la cocina y, nosotros nos pareció una eternidad pero los segundos vuelve con una bandeja, nos lleva hasta una mesa libre y nos sienta así él volver a trabajar. Muerdo una croqueta hecha por mí madre mientras muevo el balón entre mis pies.

— Hoy la pasé muy bien contigo, Pepi. — dice Dana con sus mejillas llenas de comida, estas estaban del color de cabello por el sol de esta tarde. — Ojalá mí padre cocinará como Mary, él siempre suele quemar todo.

Carcajeamos juntos y yo dejo la comida en el plato para apoyar mis codos en la mesa así observarla. Ella era realmente hermosa, no sé porque Fer bromeaba con su cabello de "zanahoria". Para mí era la niña más mona de toda la isla, nunca vi unos ojos tan verdes y brillantes como los suyos, y sus pecas que lo hacían resaltar, su sonrisa no quedaba atrás, podría contagiar a cualquiera con ella.

Cuando seamos grande ella sería mí novia y eso estaba más que claro, haría lo que fuera para enamorarla.

— Pequitas... — sonrió divertido cuando mí mejor amiga arruga el ceño y suelta un gruñido por el apodo. — Cuando seamos grande y yo juegue en el Barça con Messi, seguro tendré mí propio dinero y podré llevarte al restaurante más chulo que allá, o que tú elijas, ¡Oh!, y tu escribirás muchos libros. Como eso que lees.

— ¡¿Te imaginas tu siendo un famoso jugador de fútbol y yo una famosa escritora?! Buah, sería un sueño. — habla después de tomar un sorbo de su agua. — Compraría una casa en Barcelona, podríamos vivir juntos... Pero sin Fer porque siempre se burla de mí.

— No, mí hermano nos tiene que cocinar, tonta.

— ¡Cierto! Pues no podemos vivir sin comer, tendrá que venir con nosotros.

— Será nuestro chef personal. — aseguro con la cabeza en alto.

— ¡Casi lo olvidamos! Necesitas una celebración para cuando marqués.

Tenía razón, lo pienso unos minutos. Al levantar mi vista recuerdo los lentes que siempre suele usar Dana al lee o en clases cuando toca escribir cosas de la pizarra. Siempre solían burlarse de ella por usarlo pero a mí me gustaba como le lucían, hacían resaltar sus ojos color verdes esmeralda.

— Haría está celebración. — coloco mis manos en mis ojos simulando unos lentes.

— ¿Unos lentes?. — pregunta confundida.

— Exacto. — bajo mis manos y le sonrió. — Así recuerdas que cada vez que marca, los goles serán dedicados a ti.

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LOVE STORY. Pedri González♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora