Misión

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¿Esto de verdad estaba pasando?

El amor nunca fue lo tuyo, más bien el amor nunca coopero contigo. Y el hecho de ser un hombre interesado en otros hombres, solo aumentó el nivel de dificultad. Tampoco es que fueras alguien poco atractivo, te gustaba en general tanto tu apariencia como tu personalidad, eras buena persona. Solamente que la suerte no solía estar de tu lado.

Por lo que era de esperarse que esto, que recién pasaba, te tuviera más que sorprendido.

Habías aceptado una invitación de tus amigos para ir a tomar a un bar, nada fuera de lo común. Tu plan consistía en tomar unas cuantas bebidas, platicar un poco con ellos, evitar a toda costa emborracharte y después volver a casa. Pero en cuanto perdiste de vista a tu grupo de amigos comenzaste a preocuparte, los buscaste entre la multitud, llamándolos uno por uno, pero simplemente no aparecían. En medio de tu búsqueda terminaste chocando con otra persona, un hombre bastante alto, de gran musculatura, y quien cubría la mitad de su rostro con un cubre bocas en color negro.

De inmediato comenzaste a disculparte con él, en especial después de haber lo hecho tirar su bebida al suelo. Pero lejos de molestarse contigo, se portó realmente amable, incluso coqueto.

"La culpa fue mía por estar distraído, ¿Estás bien?" sus manos se colocaron a cada lado de tus brazos, frotando suavemente.

"No...yo, quiero decir...lo siento. Lamento lo de tu bebida, puedo pagarla" ofreciste preocupado, se veía que era un hombre del tipo rudo, no te sorprendería si afuera del bar estuviera su moto estacionada. Lo último que querías era molestar a un sujeto como el, uno que fácilmente podría darte una paliza.

"¿Me estás invitando una bebida?" aun con su cubre bocas, podía notarse que estaba sonriendo.

"No...bueno, ¿Te gustaría?" Aun sin ver la mitad de su cara, era evidente que el hombre era bastante atractivo, de piel blanca, ojos cafés, cabello castaño claro casi rubio. Y ni qué decir de su voz, profunda y gruesa. Dios, el hombre era perfecto.

"Sería un placer" pasa su mano por tu espalda, asegurándose de acariciarte con la yema de sus dedos, deteniéndose al llegar en ese punto donde terminaba la espalda y comenzaba la cadera.

Tu cuerpo reaccionó por su cuenta, estremeciéndose al sentir un escalofrío recorriendo toda tu columna. No pudiste ocultar tu sorpresa, él lo noto de inmediato pero no dijo nada, simplemente sonrió mientras te llevaba de regreso a la barra para pedir otras bebidas. 

Una vez en su destino, el acomodo el asiento para que tomaras lugar, se sentó a tu lado y antes de que pudieras hablar con el Bar Tender, el ya se encontraba ordenando bebidas para ambos. 

"Me llamo, ______________" te presentaste finalmente sin dejar de perder detalle de ese par de ojos que te parecían tan lindos, eran tan expresivos. 

"Un gusto,_______________. Puedes llamarme Ghost" 

El bar tender coloco los porta vasos sobre la barra y encima de ellos coloco sus respectivas bebidas. El hombre llamado Ghost tomo la suya, miro el liquido contenía su vaso y comenzó a hacerlo girar dentro del mismo, como si de un vino se tratase. 

"¿Ghost? ¿Es una especie de apodo?" no te esperabas que el te diera un apodo en lugar de su nombre, era algo inusual, por no decir extraño. 

"Si, lo es" se limito a responder mientras te miraba de reojo, escaneándote. 

"Vaya...pues, mucho gusto, Ghost" extendiste tu mano a manera de saludo, querías estrechar su mano. 

En su lugar, el dejo su vaso y con su mano dominante tomo la tuya y la acerco a la altura de su rostro, se inclino un poco y, aun con el cubre bocas, presiono sus labios en el dorso de tu mano. 

MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora