A casa

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Su misión mas reciente había sido un desastre monumental, fallar no era el único problema, sino que como consecuencia una ciudad cercana había sufrido las consecuencias de un nuevo ataque terrorista. Quizás no fue declarada de inmediato una guerra pero ahora las relaciones entre dos continentes estaban tensas, mientras intentaban mantener a su población calmada a la vez que utilizaban a los medio de comunicación para desviar la atención y buscar una explicación "creíble" sobre lo que realmente habría ocurrido, evitando a toda costa la mención de la palabra "ataque" o "terrorismo". 

Laswell desde su posición estaba tratando desesperadamente de contactar a Price o cualquier miembro de la 141 pero desde el ataque no lograba establecer comunicación con ninguno, temiendo que hubiera pasado lo peor.

Para cuando los cuatro miembros de la fuerza operativa lograron abrir sus ojos se dieron cuenta de la realidad, ahora eran prisioneros del enemigo. Por ahora todos permanecían en una sola habitación aunque atados tanto de pies como de manos. Obviamente no se iban a quedar quietos, mientras sus sentidos se recuperaban en su totalidad, ya estaban buscando la forma de liberarse de sus ataduras antes de que el enemigo regresara.

Pero antes de poder lograrlo una puerta se abrió, dejando ver a tres hombres, siendo el ultimo en entrar quien les dejo en completo silencio. 

"Nos volvemos a encontrar, Price y compañía" rio divertido aquel sujeto, el mismo que en el pasado les tendió una trampa, el mismo que ya una vez los había aprisionado y a quien tenían catalogado como tu asesino. "Fracasando como siempre, Capitán" 

"Hijo de pe..." Price forcejeo contra sus propias ataduras sin éxito. 

"¿No sienten esto como un Déjà vu?" camino lentamente hacia los cuatro hombres delante suyo, burlándose de ellos y del como nuevamente los tenia a sus pies. "Esta vez nadie va a escapar"

Ghost había permanecido, en apariencia, tranquilo en su lugar aunque lo cierto es que había estado aflojando sus ataduras, cosa que logro con mayor éxito comparado a Price. Mientras que aquel tipo seguia jactándose delante de los demás, el seguia con su labor para hacer los mismo con sus pies. Solo tendría una oportunidad pero si era lo bastante rápido, lograría tomarlo por sorpresa y amagarlo, y en caso de que los otros dos intentaran atacarlo, lo usaría como escudo humano.

Hasta ese punto, su plan parecía perfecto.

Siguió fingiendo estar atado esperando el momento justo para lanzarse sobre su objetivo, queria que se acercara un poco mas a el para poder tomarlo desprevenido. 

"Simón Riley...¿Cómo te ha tratado la vida?" llego hasta el, inclinándose ligeramente para poder observarlo un poco mejor. "¿Extrañas a mi hermanito?" 

Esa pregunta fue su detonante. 

Sin dudarlo se lanzo hacia el, logrando posicionarse detrás suyo y cubriéndose con el cual escudo. Uno de sus brazos aprisionaba el cuello de aquel hombre mientras que su mano libre se ocupaba de torcerle un brazo por la espalda para causarle dolor e incomodidad en caso de que insistiera en luchar. Procuro colocarse delante de sus compañeros para dales oportunidad a que se liberaran, mientras que los dos dos enemigos estaban apuntándoles, dudando en disparar, era obvio que no querían lastimar a su líder.

"Deberías buscarte mejores hombres en tu equipo" fue ahora el turno de Price de burlarse mientras ahora esta libre. 

"Vas a pagar por lo que han hecho, maldito infeliz" Soap se acerco, amenazándolo tanto los otros dos como al prisionero que tenia Ghost. 

"Créame, Capitán, he hecho nuevas e interesantes adiciones a mi equipo" rio con malicia.

Un disparo se hizo escuchar en aquella pequeña sala, un solo movimiento que logro hacer que Ghost se viera obligado a soltar a su rehén dado que la bala le había dado en un brazo, haciéndolo caer al suelo, siendo jalado hacia atrás de inmediato por un Soap que busco protegerlo de un posible segundo ataque. Del mismo modo, tanto Gaz como Price buscaron el resguardarse detrás de los poco muebles que había ahí. 

MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora