8-Balas

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Agarro los guantes nuevos y los deslizó alrededor de sus muñecas, se extendieron hasta los antebrazos para completar el acople. El peliverde tomo la máscara y la observó fijamente, las lentes blancas ahora eran de un color más claro y se veían cristalinas.

—Lamento no haber hecho más —Dijo Annie mientras a un lado un kit de cableado—. Mi abuelo podría haberte construido un traje entero en una noche, diablos creo que mi papá podría hacerlo en una hora, pero por desgracia las mujeres de la familia no somos muy versátiles con la tecnología.

—Esta bien, es suficiente —Izuku sonrió antes de ponerse la máscara.

Al ponerla se encontró con que ahora, en lugar de una simple máscara por dónde ver, habían un par de lentes que hacían zoom y se movían con sus ojos, dándole un toque más expresivo a su traje y versátil a su máscara. Miro hacia sus lanzaredes que ahora formaban todo el contorno de sus antebrazos, luciendo plateados y fuertes con una pequeña esfera holográfica en cada uno.

—Estan perfectos

Izuku se levantó y camino hasta un espejo pasa ver su traje al completo, los pantalones fueron sustituidos por una mitad inferior de tela resistente con el diseño de las telarañas, el color negro y las telarañas verdes predominan una vez más. La mitad superior estaba hecha de la misma tela y el logo de la araña era de un color verde neón que resaltaba más, la chaqueta permaneció igual sobre su cuerpo pero ahora había un par de bolsillos extra, los zapatos rojos eran lo único que permaneció sin cambios.

—Muchas gracias Annie-san.

—De nada Izuku.

Annie le sonrió antes de mirar al reloj, notando que eran las 2 de la mañana.

—Casi es hora, deberías irte.

—Si, tiene razón —Izuku se dió la vuelta para irse, pero se detuvo y miro por encima del hombro a la mujer—. Gracias por todo Annie-san, prometo volver a salvó.

—Oh querido, ningún Spider-man vuelve “a salvó” —Ella sacudió la cabeza con una con una sonrisa antes de sonreír—. Ve a salvarla Izuku, tu puedes.

Izuku le levanto el pulgar antes de abrir la ventana y saltar, disparo una telaraña básica hacia el punto de apoyo más cercano que vio.

[...]

—Donde está...

Ben Maxine se apresuró a buscar algo entre los cajones, se suponía que debía estar listo para la redada pero su hija lo mantuvo despierto con una tarea de leyes y contratos. El hombre busco y busco hasta que una mano se poso en su hombro, al voltear se encontró con su esposa mirándolo mientras sostenía entre sus dedos un cartucho de pistola.

—Me diste el último la última vez ¿Se te olvida? —Rubia y de ojos azules, la mujer extendió el cartucho a su esposo con una sonrisa.

—Que haría sin ti... —Ben suspiro y tomo el cartucho—. Gracias Shinju.

—No hay problema ¿Ya te vas? —El asintio—. Ten cuidado cariño, si ves demasiado peligro mantente detrás de los héroes.

—Claro claro —El sonrió por lo bajo y le dió un piquete a su mujer—. Regresare pronto.

El hombre abandono la habitación y camino a la salida del hogar, se ajusto el uniforme y la gorra antes de tomar la manija. Justo cuando iba a salir se giro y atrapó una bolsa con su mano derecha.

—Dulces de chocolate —Una adolescente de cabellos rubio sonrió a su padre desde las escaleras—. No se puede salvar el mundo con la azúcar baja.

Spider-man: Web of feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora