11.5-Adios, Mamá (Extra de Navidad).

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La nieve por su ventana era algo que solía ver con cariño. Mirar el mundo inundarse de blanco era hermoso, más de lo que Izuku podría imaginar a sus cinco años. Escucho la voz de su madre de fondo y no pudo evitar dejar la ventana para caminar hacia la cocina. Sus pasos fueron silenciosos, pero no tardó en encontrar su camino hasta el lugar.

Su madre estaba parada detrás de la estufa con una olla de cholocate caliente preparándose, su delgada figura se movió para agarrar una taza y probar el líquido, sonriendo inmensamente ante el sabor.

—Oh, hola Izuku —Inko sonrió cálidamente a su hijo, girando su cuerpo para mirarlo—. El chocolate estará listo pronto ¿Vienes?

Ni siquiera dudo en correr para tomar su propia taza.

[...]

Miro el horizonte en silencio mientras se paraba al borde del edificio, un día feliz para todo el mundo, pero para Izuku Midoriya era las primera vez que pasaba navidad sin su madre.

Bajo la mirada al suelo viendo a las personas recorrer las calles, el frío se filtro a través de la tela de su traje mientras la chaqueta se encargaba de evitar que lla nieve cayera a sus lanza redes. Se pregunto que podría hacer ahora, no había nada que pudiera decir para aliviar ese sentimiento en su pecho, el vacío que nadie podría llenar.

Extendió su mano al frente y disparo una telaraña al mismo tiempo que se balanceaba en las calles, la gente lo saludo al pasar y se mostraron maravillados por las acrobacias. Se colgó debajo de un puente en la ciudad, miro los autos debajo de el antes de girar hacia la acera, algunos le tomaron fotos y otros se limitaron a admirar su figura.

Miro el reloj digital en un anuncio, 11:20 de la noche, debería irse ahora. Sin embargo no se sentía comodo con este día, se supone que era un día feliz y aún así estaba aquí, sintiéndose depresivo y culpable por la muerte de la mujer que lo crío.

Amaba a su madre, en un mundo donde todo el mundo lo odiaba ella era la única fuente de cariño que tenía en ese vacio, pero ya no estaba... No quería admitirlo todavía.

Suspira en silencio antes de notar algo en medio de la calle, un niño llorando mientras la gente a su alrededor pasaba sin darle tanta importancia, el chico suspira y se balancea para aterrizar a unos pasos del niño, acercándose con cuidado al chico.

—Hola ¿Que tal pequeñín? —Saluda el arácnido, a lo que el niño de inmediato lo nota.

—Tu... Tu eres Spider-man.

—Asi es ¿Estas perdido? —El niño asiente—. ¿Quieres que te ayude a buscar a tu familia?.

—... ¿Puedo balancearme contigo?.

No podía decirle que no a esos ojos llorosos, por lo que de inmediato lo acogió en sus brazos para luego tomar rumbo por la ciudad. La nieve caía alrededor de ambos mientras el pequeño usaba la chaqueta de Spider-man como abrigo para cubrirse de la nieve.

—Asi que dime ¿Cómo son tus padres? —Pregunta Izuku mientras se balancea suavemente por la ciudad.

—Ma-Mama es peliverde, pero estaba con mi hermana antes de venir... Ella también tiene el mismo color —Dice el niño, Izuku nota que el tono de su cabello es un verde oscuro y grisáceo y sus ojos negro—. ¡Sus ojos son como los míos!.

Spider-man: Web of feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora