Había una vez, una princesa pelirroja prisionera en un armario debajo de la escalera.
La princesa vivía en un castillo que no era suyo. Con un sufrimiento que no debería. Hasta que un día, un semigigante apareció en la puerta de este, tiñendo su des...
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★¶ Los niños que vivieron ¶★
Lily y James Potter.
Dos magos importantes en el mundo mágico, habían sido bendecidos con el honor de ser padres.
Pero no de un bebé.
Si no de dos.
La señora Potter había dado a luz a dos hermosos niños, Lilith y Harry Potter.
La mayor de los hermanos, Lilith, era una hermosa niña de cabellos rojos y ojos color avellana, cualquiera que la viera diría que era la perfecta réplica de su madre, pero con los ojos de su padre. La pequeña contaba con apenas 1 año de edad, sin embargo ya había demostrado una gran preocupación hacia su hermano al siempre estar intentando animarlo cuando llora.
Por otro lado, su mellizo Harry, era la combinación contraría a su hermana, poseía un cabello color azabache como su padre y unos hermosos ojos esmeralda, herencia de su madre. El pequeño a su corta edad demostró su pasión por el Quidditch, al igual que James.
Ambos niños eran la adoración de sus padres, su príncipe y su princesa.
En este momento la familia se encontraba cenando tranquilamente mientras los mayores charlaban sobre cualquier trivialidad.
Lilith reía al ver a su hermano, quien estaba lleno de comida por toda su cara, mientras Lily intentaba limpiar al más pequeño de la familia.
James, por otro lado, admiraba la familia que había conseguido. Si alguien le hubiese dicho en cuarto año que lograría conquistar a la Evans, seguramente hubiera saltado en un pie durante horas.
Amaba a su esposa. Y amaba los hijos que le había dado.
-Lily- llamo a la mujer, que le hizo un sonido indicando que continuará -Te amo- soltó sin más.
La pelirroja mayor dejo lo que estaba haciendo para centrarse en su esposo, ese comentario la tomo por sorpresa.
-¿Está todo bien?- pregunto preocupada.
-Sí. Es solo que- hizo una pausa antes de continuar -Nunca pensé conseguir todo esto.
-¿Esto qué?- cuestiono más confundida que antes.
-Una familia- aclaró -Contigo.
La oji-esmeralda observo a su esposo durante unos minutos, siempre le había gustado la forma en la que la miraba y todo lo que había hecho por ella. Él había cambiado por y para ella
