Había una vez, una princesa pelirroja prisionera en un armario debajo de la escalera.
La princesa vivía en un castillo que no era suyo. Con un sufrimiento que no debería. Hasta que un día, un semigigante apareció en la puerta de este, tiñendo su des...
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【Terra Grindelwald y Adhara James】
Ryan:
Esto está mal.
Esto está muy mal.
Finalmente habían llegado las respuestas a las cartas que Leo y yo enviamos en Yule.
Solo que no como esperábamos.
Mamá y la tía Adhara se habían presentado hoy en el colegio. Y eso solo puede significar una cosa:
Algo importante está pasando.
Ahora con Leo nos encontrábamos corriendo por todo Hogwarts en busca de los mellizos Potter. Mamá había dicho que hablarían con el director y que si en diez minutos no mandaban a llamar a los Potter, nosotros tendríamos que ir por ellos.
-¡Corre Leo!
-¡¿Y qué crees que estoy haciendo?!
-¡Pues corre más rápido, idiota!
-¡Allí están!- el niño señalo el patio, dónde estaban Harry, Lilith y Ron.
Nos acercamos lo más rápido que pudimos.
-¿Se dan cuenta? Dumbledore tenía razón, ese espejo te puede volver loco- escuchamos decir a Ron.
-No exageres, Ron.
-¡Chicos!- los llamo Leo, haciendo que los mellizos se dieran la vuelta.
Sonreí al ver a Lilith.
Llevaba un jazmín detrás de la oreja, haciendo lucir unos pendientes escarlatas, y otro jazmín en la mano.
Merlín, que hermosa es.
-¿Qué sucede?- pregunto Harry, sacándome de mi momentánea ensoñación.
-El director los llama- mentí.
-¿Dónde?- pregunto la pelirroja.
-Sígannos- Leo tomo la mano de la niña y salió corriendo, con Harry y conmigo siguiéndolo.
-¿A dónde nos llevan?- grito Harry, cuando subíamos la escalera caracol.
-A la oficina de Dumbledore- dije simple.
Al llegar allí, la puerta estaba entre abierta por lo tanto se podía escuchar claramente lo que sucedía.