Había una vez, una princesa pelirroja prisionera en un armario debajo de la escalera.
La princesa vivía en un castillo que no era suyo. Con un sufrimiento que no debería. Hasta que un día, un semigigante apareció en la puerta de este, tiñendo su des...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
【¿Un dragón?】
Lilith:
Caminaba por los pasillos completamente sola. Las clases habían terminado por lo que no tenía nada que hacer, salvó leer como Percy le enviaba al Olimpo la cabeza de Medusa mientras intentaba que el resto de mis libros no se cayeran. A todo esto, Percy eres mi ídolo.
—Como desearía vivir en el campamento mestizo— murmuré.
—Como desearía que volviéramos a los tiempos de antes— escuché decir a alguien.
Me detuve e inmediatamente bajé disimuladamente el libro, pudiendo ver quienes hablaban.
Melissa Black charlaba con el grupo de Hufflepuff que nos había molestado durante el partido.
Perfecto. Como si tener que aguantarlos por separado no fuera suficiente.
—Ya nadie respeta las clases sociales— resoplo uno de los chicos, Bruno Abbott —Ahora los sangre sucias y los estúpidos mestizos creen que pueden faltarte el respeto.
—Antes eran castigados— dijo otro niño del grupo.
Me les quede mirando, claramente confundida.
¿Sangre sucia? ¿Mestizo? ¿Qué corno es eso?
Con las dudas en mi cabeza seguí mi camino hacia el patio dónde me encontré con Theo y Leo, quienes al parecer venían peleando.
—¡Es que es insoportable!— lo escuché quejarse a Theo.
—Tampoco es para tanto— dijo Leo, rodando los ojos.
—Buenos días, chicos— saludé llegando a un lado de ellos.
—Buenos días, Lilith/Buenos días, pequeña flor.
—¿De qué hablaban?— pregunté caminando junto a ellos rumbo al Gran Comedor.
—Theo se quejaba del profesor Binns.
—¡Es que es muy aburrido!
—Concuerdo con eso— le di la razón.
De todas las clases de Hogwarts, la del profesor Binns era la más aburrida, ya que era la única impartida con un fantasma.
—Cambiando de tema— hablé, recordando lo que había escuchado anteriormente —¿Puedo hacerles una pregunta?
—Ya la hiciste, pequeña flor— comento Theo divertido, ocasionando que rodará los ojos.
—Puedes hacernos dos preguntas si quieres— dijo Leo, intentando que su sonrisa no se escapara.
—Bien— suspiré —¿Qué es un sangre sucia y un mestizo?
Leo y Theo se detuvieron de inmediato, por lo que tuve que parar mi caminata. El castaño me miraba horrorizado y el Nott con una mueca de molestia.