Había una vez, una princesa pelirroja prisionera en un armario debajo de la escalera.
La princesa vivía en un castillo que no era suyo. Con un sufrimiento que no debería. Hasta que un día, un semigigante apareció en la puerta de este, tiñendo su des...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
★¶Cartas¶★
Lilith:
Los incidentes con la Boa y el Gecko causaron en mi hermano y en mí los castigos más largos de toda nuestra corta vida. Para cuándo salimos del armario las clases -gracias al cielo- ya habían terminado, dando inicio a las tan esperadas vacaciones de verano. La mayor parte del tiempo la pasaba dando vueltas fuera de casa junto a Dudley y Harry, era divertido pasar tiempo con ellos.
Si con divertido te refieres a atropellar a la señora Figg con la bicicleta de Dudley. Entonces sí, es divertido.
—¡Lilith!— me llamo Dudley, que venía corriendo hacia mí —Mira te traje chocolates— me entrego dicho dulce que no dude en aceptar, es decir, es chocolate ¿Quién se negaría al chocolate?
Dudley tenía la pequeña costumbre de siempre compartirme de su comida. Sin importar que sea, si me gusta algo que él esté comiendo, me da un poco y yo siempre acepto, después de todo comida es comida y eso no se desperdicia.
—Será mejor volver a casa— aviso Harry, llegando a la par —El sol ya se está ocultando— señaló el cielo, tenía razón.
—¿A qué hora había dicho Tía Petunia que teníamos que estar en casa?— pregunté mientras me concentraba en abrir el dulce.
¡Maldito dulce que no se abre!
Hubo unos minutos de silencio.
¡¿DE QUÉ ES ESTE ENVOLTORIO?! ¡¿DE HIERRO?!
—¡Antes de que se oculte el sol!— el grito de mi primo me sobresalto, causando que se me cayera el chocolate.
¡El chocolate!
Me quedé mirándolo, no se había ensuciado el chocolate en sí, sino el envoltorio, todavía podía comérmelo ¿Cierto?
Iba a levantarlo cuando siento como alguien me toma de la muñeca y tira de mí, empezando a correr. Mire arriba encontrándome con mi hermano sosteniendo mi mano mientras corría lo más rápido que podía, supongo que para no llegar tarde, yo tampoco quería hacerlo así que lo seguí con toda la velocidad que mis piernas tenían.