Había una vez, una princesa pelirroja prisionera en un armario debajo de la escalera.
La princesa vivía en un castillo que no era suyo. Con un sufrimiento que no debería. Hasta que un día, un semigigante apareció en la puerta de este, tiñendo su des...
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《El nuevo cazador》
Ryan:
El jueves por la mañana me dirigía al Gran Comedor. Estaba de mal humor.
Toda la semana estuve en este estado. Necesitaba al menos una galleta de canela al día o si no me pondría de mal humor.
Mire mal al niño con el que acababa de chocar, quien se fue corriendo bastante asustado.
¿Una ventaja de tener el apellido más temido del mundo?
Nadie se atreve a molestarte.
—¡Ryan!— la voz de mi prima me hizo voltear, venía junto a Biatrixs Lestrange —¿Por qué no me esperaste para venir juntos?— pregunto en cuanto llego a mi lado.
—No lo sé ¿Tal vez por qué ya te habías ido?— respondí con ironía —¿No se puedo haber ocurrido?
—¡Oye! A mí no me estés hablando así— me acuso con el dedo —No es mi culpa que no haya galletas de canela aquí.
Solté un suspiro de frustración antes de encaminarme nuevamente al Gran Comedor.
—Gracias por recordármelo, Pansy— dije sarcástico.
—Podrías pedirle a los elfos que te las preparen— sugirió la Hufflepuff, caminado a un lado nuestro.
—¡Ya lo hice!— exclamé frustrado —Pero lo único que hicieron fue correr.
—¿No se te ocurrió que tu cara de "respira y te mato" pudo haberlos intimidado?
—Bia tiene razón primito.
Al llegar al Gran Comedor, Lestrange se despidió de nosotros para sentarse en la mesa de los tejones.
—Buenos días— saludo Astoria, cuando nos sentamos en nuestra mesa —¿Sigues de mal humor, Grindelwald?
Ni siquiera la mire, solo me dedique a comer en silencio, tal vez así se me vaya el mal humor.
—Dejalo As— escuché decir a mi prima —Esta semana está insufrible.
—Ni siquiera sabes que significa— levanté mi vista del plato para defenderme
Ella me miró indignada.
—¡Claro que sí!
—¿A ver y qué significa?
Parkinson boqueo algunas veces, intentando responder, pero al no saber que decir se volteó sonrojada. Leo tuvo que taparse la boca para no reír.