Crystal Tears

2 - Río

JIMIN POV

Cerré la puerta de la oficina de Jungkook y traté de no escuchar su conversación telefónica con Yoon Gi. Desesperadamente quería hacerlo, siempre quería.

Bajé lentamente las escaleras y encontré a Alec frente al televisor. Me dejé caer en el suave sofá verde a su lado.

"¿Qué pasa, Bicho?" él me preguntó.

"Estoy aburrido y no tengo que estar en el trabajo sino hasta más tarde".

"Ve a leer. ¿No es eso lo que siempre haces?" se rio.

"No", dije con voz molesta, "tengo una vida".

De hecho, me gustaba esta isla, aunque a veces deseaba tener más interacción con la gente. Sin embargo, para eso estaba el bar. Podía trabajar un par de noches a la semana y sentir que era importante y que no me estaba consumiendo. El único problema era que podía volverse increíblemente aburrido en días largos, como este, cuando Jungkook estaba ocupado jugando con dinero o lo que sea que hiciera. La claustrofobia estaba empezando a aparecer. Pero elegí estar aquí. Este lugar era mejor para Jungkook y para mí. Aquí, en la isla, éramos libres y solo podíamos ser Jimin y Jungkook.

"Podríamos ir a nadar", sugirió Alec.

"Pareces listo". Lo noté ya con su traje de baño puesto. Eso era todo lo que usaba en estos días.

"Lo estaba planeando para más tarde, después de que se terminara mi película".

"No quiero nadar hoy".

"Vamos a disparar algo". Se emocionó demasiado. "Jungkook me compró un arma nueva el otro día. No puedo esperar para probarla".

Realmente no tenía ninguna opción en el asunto. Alec tomó mi mano y me sacó del sofá bruscamente. Fuimos a la 'sala de armas' muy especial de Jungkook y buscamos entre la amplia gama de opciones. Todo estaba ordenado y coordinado según las pautas específicas de Jungkook.

"¿No puedes romper nada?" Le advertí a Alec: "Ya sabes cómo se pone".

"Si, si, si."

A lo largo de los años, me había convertido en un aficionado a las cosas que hacían 'boom'. Ciertamente las amaba más que antes. Conocía las marcas, modelos, tamaño, peso; casi todo sobre cada pieza de potencia de fuego hecha. Eso era todo gracias a Jungkook, pero estudié mucho.

"Me encanta estar aquí", suspiró Alec con asombro mientras sus manos viajaban sobre el acero liso de las armas.

Traté de levantar una semiautomática grande de la pared, pero era demasiado pesada para mí y me tambaleé hacia atrás. Todavía estaba decidido a usarla y traté de actuar como si no fuera un problema para mí.

Alec me la arrebató de las manos fácilmente. "Qué tontería, Jimin. Los niños pequeños y lindos no pueden manejar armas grandes".

"Puedo hacerlo. Pero elijo no hacerlo", dije obstinadamente.

Alec me dio una más pequeña. "Ahí tienes. Una Beretta 7301 de grado militar".

"Es un arma de niñitas". La pesé en mi mano.

"Si no te hubiera visto desnudo por accidente diría que eres una niña, ¿no?" Él sonrió y tomó la más grande para él.

"Te lo juro, cada día te pareces más a Namjoon". Negué con la cabeza, tomando un par de municiones para más tarde y siguiendo a Alec fuera de la habitación.

Cogí mis gafas de sol en el camino y me las puse cuando el calor húmedo y pegajoso que se había convertido en una constante en mi nuevo hogar brasileño empezó a hacerme sudar al instante. Afortunadamente, lo único de lo que nunca tuve que preocuparme aquí fue mi cabello.