In Search Of Love

Chapter 5: Home Sweet Home

El traslador los dejó a los cuatro en la hierba cubierta de maleza que llegaba hasta las rodillas de Harriette. Miró a Thomas y descubrió que casi estaba nadando en el mar de hierba, con Morti perdido entre el alto follaje. Su mirada se posó en la pequeña casa de condominios que tenían ante ellos, prácticamente consumida por la hiedra que durante mucho tiempo había invadido el revestimiento blanco de los zócalos. Era un condominio pequeño, con césped demasiado crecido y hiedra que prácticamente consumía las tablas de la casa.

"¿Este es nuestro nuevo hogar?" Preguntó Thomas, dando un paso adelante, sus dedos recorriendo las altas briznas de hierba mientras todos eran arrastrados hacia la casa con asombro.

"Sí, cariño", dijo Harriette, su voz tan emotiva como la de él. Sintió que su mano se elevaba naturalmente para tocar la barandilla, la pintura desconchada por los elementos y los clavos oxidados desde hacía mucho tiempo. Las ventanas estaban rotas y sucias por el mal estado.

Harriette subió las tres escaleras destartaladas, contenta de comprobar que la podredumbre de las termitas no se debilitaba bajo su peso. Ella y Thomas se acercaron juntos a la puerta de roble. Harriette sacó la llave del envoltorio de pergamino y se la entregó a Thomas.

Él jadeó mientras miraba la llave de hierro en sus manos y luego hacia ella. Ella asintió con la cabeza hacia el ojo de la cerradura.

"¿Juntos?" Preguntó, poniendo su mano sobre la llave de hierro. Thomas la miró con una sonrisa tan brillante que pensó que podría iluminar la noche más oscura.

Con entusiasmo infantil, Thomas giró la cerradura, girando su cuerpo junto con la llave mientras el cerrojo se deslizaba hacia el eje.

Un estallido de magia verde esmeralda surgió del umbral y recorrió la mano de Harriette, recorriendo su magia como una serpiente tomando el sol. Al revisar su bufanda, vio que Delphini estaba completamente despierta y sus encías sonreían mientras intentaba mirar a su alrededor. Mirando detrás de ella, Harriette vio que el césped había sido cortado con una cuidada manicura, las barandillas ya no estaban desconchadas de pintura y las ventanas que rodeaban la casa sellaban todas las divisiones.

"¡Mira, Harriette!" Dijo Thomas, haciendo que la bruja girara la cabeza tan rápido que su moño se soltó del lazo del cabello. "¡La casa parece estar lista para nosotros!"

Antes de que Harriette pudiera detener a Thomas, o insistir en que escaneara el área en busca de peligro, el niño entró trotando al condominio.

"Las casas necesitan gente que viva en ellas", dijo Morti, el tono de su voz tenía una especie de tono omnisciente mientras unas patas negras entraban trotando en la habitación. "Entra, Maestro".

Harriette tragó un nudo espeso en su garganta mientras entraba a Butler House. Era una casa sencilla, claramente hecha para un mayordomo, lo suficientemente respetada como para tener su propia residencia. Harry entró en la pequeña sala de estar, su mirada llamó la atención hacia la red flu y la chimenea.

Sobre la chimenea, había una fotografía de Salazar Slytherin.

Harriette ignoró el retrato fijo y entró en la casa, quitándose los zapatos gastados para caminar sobre el suelo de madera. No había alfombras en el suelo ni cortinas en las ventanas, lo cual agradecía, ya que probablemente estarían plagadas de polillas dado el desconocido tiempo que pasaba entre los habitantes.

Thomas se acercó a ella, emocionado y tosiendo, pero tiró de su brazo para mostrarle la cocina que estaba más allá de la sala de estar.

Harriette no podía frenar al chico, ni lo haría, ya que nunca había visto a Tom Riddle tan emocionado por nada.