Una vez desmayada la mujer, pude quitarme la máscara para escupir la sangre que se había acumulado en mi boca. Toqué mi rostro y noté una herida en la parte superior de la encía descubierta. Al igual que una parte reventada en el trozo de carne que quedaba en mi mandíbula, después de todo era una parte sensible y ligeramente vulnerable. Había que reconocer que golpeaba con fuerza, casi parecía que tenía puños de acero. Debía tratar con urgencia la herida o más tarde me traería problemas.
No obstante, algo bueno había salido de todo esto, la primera de las piezas había sido descubierta. Por otra parte, la señorita Sunset demostró ser hábil y perspicaz en la información, no era fácil engañarla y pudo ver a través de mi mentira sobre que el gobernador la quería muerta. Pero que se suponía que hiciera, decirle la verdad sería un verdadero problema si quería mantenerla viva. Salí de la habitación encontrándome con Akira que al verme en ese estado desenfundó su espada y se abrió paso en la habitación para encontrarse con la mujer desmayada.
— Walker trabajaba para Hobbes, esto que está pasando no es aleatorio. Es un plan que lleva maquinándose desde hace bastante tiempo. Nuestro objetivo es encontrar a Hobbes y saber quién es realmente. De igual manera mantengan vigilado al gobernador. — Le dije llena de vigor y energía.
¿Qué hacemos con ella? — dijo señalando con su espada a la mujer que ahora se encontraba en el suelo. — Puedo cortar su garganta ahora...
— No. Es tiempo de irnos y ella viene con nosotros.
Me miró con cierta sorpresa. Finalmente enfundó su espada y se inclinó haciendo una reverencia de obediencia. Akira era una de las pocas personas que no se inmutaba al verme el rostro, era respetuoso, sádico, sanguinario y leal hasta la médula. Así que, sin más, la levantó del suelo y la echó sobre su hombro para poder seguirme y tener libre su espada por cualquier situación. Subimos al mismo cuarto de antes y él esperó fuera del baño en lo que revisaba y trataba las heridas superficialmente. Una vez en casa podría encargarme de manera adecuada y hacer que un médico me atendiera debidamente. Coloqué una gasa sobre la encía reventada y de igual manera improvisé un parche para cubrir la otra parte desgarrada de la piel de mi mandíbula, que era la parte más preocupante. No podía darme el lujo de perder más piel en esa zona. Una vez lista, coloqué mi máscara y me dirigí a la salida. Ahí se encontraba Dimitri quién observó el bulto que estaba cargando Akira para después mirarme a mí.
— Ordené que lo tuvieran a pan y agua. — dijo mientras veía como subían al auto a la mujer desmayada y pese a que su rostro era inexpresivo pude ver las preguntas formarse en su cabeza.
¿Cómo se encuentra? — pregunté sin real interés.
— Jamás será el mismo si lo dejamos salir de esta.
— Ren no volverá a ver la luz del día. Quiero que lo trasladen a casa igor. Hoy mismo.
— Sí, señora.
— No quiero que muestre ningún tipo de violencia del pecho para arriba. Dentro de tres días necesito que haga un comunicado en el que renuncia a su puesto como director en Daily News y anuncia al nuevo director o directora que ocupara su puesto. Meteremos a uno de los nuestros, así nos aseguramos de que nada de esto vuelva a pasar y tenga vigilado a todas las corporaciones y compañías noticieras e informativas.
— ¿Qué pasará con Hobbes?
— Walker trabajaba para Hobbes, quiere decir que el golpe que planeo para acabar con los Bronson no fue solo venganza. Tenemos que saber quién es él.
— Lo mismo pensé. Hobbes debe ser un hombre viejo que cuenta con recursos ilimitados para armar tanto lio.
— Sí, lo del periódico fue solo un señuelo. No veo otro motivo, quiere alterar a La Alta Mesa y provocar confrontaciones internas. No es de extrañar que escogió una ciudad como Nueva York para su jugada, es la ciudad y país repartido entre los doce.
— ¿Qué propone? Señora.
— Informa lo que sabemos a los doce, reúne a los asesinos elite al servicio de La Alta Mesa y llama a Catherine Grant, nos reuniremos en el edificio central de la familia irlandesa. Informa a Arias que mañana estaremos ocupando una de las salas de juntas.
— Si señora. ¿Qué hacemos ahora?
— Esperar la respuesta de los doce.
— ¿Y ella? — preguntó señalando con la cabeza a la mujer que iba a su lado.
— Vendrá con nosotros. Nos puede ser útil más adelante.
— ¿Algo más?
— Llama a un doctor.
— ¿Se encuentra bien?
— Sí.
Asintió sin decir nada más, contactando primero al doctor y dándole la dirección a la que nos dirigíamos. Por motivos estrictamente confidenciales no nos hospedábamos en el continental, eso despertaría sospechas y alteraría a los asesinos que ahí se hospedaban. Para este tipo de situaciones y trabajos la Alta Mesa tenía una residencia privada y exclusiva para quienes le servían directamente. Era el lugar más seguro, resguardado y vigilado por los mejores siervos al servicio de los doce.
En toda nuestra conversación Akira se mantuvo en silencio, igual que el conductor. Quiénes solo mantenían la mirada al frente. Después de nuestra pequeña platica, Dimitri se encargó de ejecutar cada orden y de cumplir con lo requerido. El rostro comenzaba a punzarme y el dolor a irradiarse, provocándome un terrible dolor de cabeza. Cerré los ojos y recreé cada escenario de esa noche, buscando detalles y estudiando cada respuesta, reacción y semblante. Buscando respuestas ocultas que pudieran haber pasado por alto, encontrándome con la contradicción de todo aquello. Parecía más una cortina de humo que apuntaba siempre a la misma persona y eso era lo que no tenía sentido, por qué alguien querría buscar problemas y desafiar a La Alta Mesa, por qué alguien con supuestos recursos ilimitados no ocultaba mejor sus huellas y por qué alguien arriesgaría a sus jugadores, a menos que conocieran algo más sobre su persona; pero entonces porque dejar que nosotros interviniéramos. Lo más seguro es que él tuviera la certeza de que no hablarían, probablemente a cada uno de ellos tenía amenazado a excepción de la señorita reportera. La variante entonces se debía a que no buscamos a Walker de una manera aislada. Sino que nos presentamos en su hogar y la amenaza se convirtió en una realidad, pensando que dejaríamos vivir a su familia él delato al hombre que lleva años trabajando en incognito. Puede ser que también, gracias a ello, y a que con certeza sé que Walker contactó con él antes de llegar a su casa, es que no se presentó nadie al lugar mientras aún ardía el lugar después de hacer el trabajo.
Las voces de mi cabeza ensordecían la realidad, me mantenían alerta y con un flujo de pensamiento dividido. Pensando en todo y en nada, planeando cada movimiento, estrategia y posible error. De igual manera estudiaba y analizaba los pros y contras de mantener con vida a ambos rehenes, por una parte, que Ruffus Ren fuera trasladado a cas igor aseguraba una mejor vigilancia y tenerlo en total control me aseguraba que sirviera de tal modo que pudiera mover los hilos desde un punto ciego. Casa igor es una de las sedes que tiene mi familia que otorga el anonimato y seguridad, el lugar donde nuestros negocios más sucios se llevaban a cabo y a diferencia que tierra de nadie es un lugar que se maneja de una manera ilustre.
Por otra parte, veía más problemas que beneficios tener viva y conmigo a esta mujer, no solo por el odio que parece tener en contra mía, sino también por su ferviente espíritu de lucha. Ese es el tipo de persona más difícil de quebrar, ya que se guían por una convicción que creen es la correcta y es una forma de vida. Sin embargo, me gustaba y entretenía esa forma de lucha, las personas como ella son un enigma para mí. Además de la increíble y casi imposible sinceridad y honestidad de su mirada, llena de miedo, llena de rabia, llena de esperanza y llena de dudas, y, tal vez, algo de interés. Me sentí sonreír pese al dolor, ¿Cuánto tiempo pasaría luchando antes de cansarse? Y ¿Cuánto tiempo tardaría yo en cansarme de ella y desarme por completo de su presencia?
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La Adjudicadora
FanfictionEn las sombras de Nueva York, donde el oscuro mundo del crimen se entremezcla con la opulencia, una misteriosa figura femenina lidera la Alta Mesa, un consejo de criminales intocables. Su rostro, marcado por el fuego, se oculta tras una máscara de p...