Ojos azules

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Como sello personal siempre dejo que el fuego consuma todo. Así es como terminó nuestra primera parte de la noche. Una casa convertida en hoguera, cuatro cuerpos torturados y cinco muertes sin importancia. Tres personas sin el más mínimo remordimiento viendo el fuego consumir todo a su paso, tres personas sin expresión evidente en los rostros, tres personas seguras de que hacían lo correcto, tres pares de ojos oscurecidos por la villanía de un espíritu sin sentimientos.

Los cuerpos colgados danzaban con las sombras que proyectaban las llamas. Es interesante como una vez conoces lo que puede hacer el fuego en vez de temerle lo llegas a admirar. Sintiendo el calor que despide, muy parecido al infierno, muy lejos del cielo y muy cerca de la realidad destructiva que vives. Dicen que el fuego representa la vida, pues sin él es muy difícil vivirla, pero también representa la destrucción y con ello la muerte. Cuándo la gente habla del fuego, ¿exactamente a que se refieren? Sabemos que el fuego representa cierta parte de la divinidad, pues es un purificador de almas, pero también nos dicen que es el castigo eterno. Entonces ¿por qué tememos al fuego? Si finalmente de una u otra manera terminaremos consumidos por él.

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Nos retiramos de aquel lugar que pesé al desastre incontrolable ningún servicio estatal buscaba aplacar, no había policías, bomberos o ambulancias. Parecía un lugar olvidado por dios, donde ningún ser sensato se acercaría hasta estar seguro que su vida no peligra. Era seguro que el gobernador estaba involucrado en este gran silencio, a final de cuentas él también estaba envuelto en los muchos perjuicios que esta nota periodística había ocasionado. No obstante, era extraño su silencio, lo mas sensato sería que limpiara su imagen de inmediato e intervenir en este tipo de situaciones. Mi intuición me decía que él estaba involucrado en esto, me parecía que había caído en una trampa, que estaban dejando que actuara para finalmente agarrarme y hacer conmigo lo que quisieran.

Mientras avanzábamos por la gran ciudad que nunca duerme y nos adentrábamos en los suburbios, un rayo de consciencia atravesó mi mente con una serie de cuestionamientos a los que lentamente empezaba a obtener respuesta. ¿Por qué el silencio? ¿Por qué un Diario? ¿Por qué Ador Walker? ¿Por qué Hobbes buscaba justicia? ¿Por qué el primer ministro y la corona estaban involucrados? ¿Por qué Edmir Bronson estaba involucrado? Solo tenía la mitad de las respuestas, creyendo que eran las correctas, pero si algo me enseñó esta vida es que la intuición y la inteligencia nunca fallan cuando es tu vida la que esta en tela de juicio. Era consciente que la familia Bronson mantenía una estrecha relación con la familia real, pues a ellos acudían cuando un trabajo era lo suficientemente sucio para ser llaveado a cabo por los honorables soldados que de ellos cuidan. Sabía que los Bronson estaban inconformes de que fuera una irlandesa quien manejara La Alta Mesa y conocía al primer ministro, un hombre que maneja con maestría las apariencias y que dentro de su historial político esconde todo un mundo de caos, lleno de las drogas que deja moverse en su noble Inglaterra y del que saca un gran provecho, usando una máscara de rectitud que incrimina y repudia al que viola y vende a los cuerpos que en esta ciudad y otras más desaparecen, pero que, sin embargo, él compra para satisfacer sus más perversos fetiches. Era muy probable que los Bronson lo tuvieran cogido de los huevos dado su historial y lo usaran como un títere para sus negocios y para beneficiarse en lo que buscaban.

Lo que había iniciado esta noche era solo la apertura para comenzar a sacar la mierda, a diferencia de todos ellos yo me guiaba por una convicción que imponía el respeto y la clase. Haber dejado entrar a gente tan baja y poco respetable como los Bronson era un problema que tarde o temprano iba a explotar, la ambición es una carroñera que lentamente pudre a todo el sistema.

Dimitri, reúne a todos. Hay trabajo que hacer.

Gruñó como una afirmación y me entregó un informe donde aparecía el nombre de la reportera y todo su historial de vida, dónde vivía, quienes eran sus familiares, amigos, parejas, exparejas, donde había estudiado, con que promedio se había graduado, su historial médico y todo lo importante y no importante de su vida. Kara Sunset Danvers, una mujer rubia de ojos azules, tan azules como el mar egeo. Por muy sorprendente que pueda parecer, soy una persona que disfruta ver a los ojos a las personas, ya que en ellos puedes encontrar su alma, la verdad o la mentira. En los ojos se puede ver la esencia de cada individuo y al ver su fotografía solo puede sentir tristeza, algo que no muy recurrentemente pasa, pero ver esa bondad me hizo doler algo muy dentro de mí; pues parecía llena de bondad y alegría. Que estuviera en el calabozo solo significaba que no viviría lo suficiente y si lo hacía jamás seria la misma. Ese brillo desaparecería.

La AdjudicadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora