La Frustración De Un Hombre Que No Entiende Lo Que Siente

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En la parte más profunda del bosque, frente a un lago, al oeste del condado de Galway, se alza un antiguo castillo, conocido por muchos como el castillo de Kylemore. El cual se ha convertido en la residencia de la señora Rohtul. Para muchos es un misterio que sus puertas, antes abiertas a una gran parte de la población, ahora se encuentren cerradas. La impresionante Abadía es, desde hace algunos años, propiedad privada de la familia irlandesa, específicamente propiedad de la señora Rohtul, quien tiene un gusto peculiar por los lugares históricos y sus obras artísticas.

Nadie sabe la historia detrás de ese hecho, pero para nosotros, en el bajo mundo, es bastante bien conocida. Al tomar su cargo como Adjudicadora y mostrar más lealtad que ninguno, hizo una única petición, hacer de la Connemara su territorio y del Castillo su residencia. Es así como la Abadía pasó a formar parte de su propiedad. Además de situarse en un punto estratégico y privilegiado, otorgándole la suficiente privacidad y vigilancia para prevenir cualquier tipo de intromisión. Incluso se podría decir que no hay lugar más seguro que ese. Por eso resulta tan extraño que "su obsesión" se encuentre oculta en las impresionantes playas de Italia y no aquí. En su lugar, teníamos a una mujer bastante parecida a ella, en la cual descargo mi infinita frustración, con un trato especial que refleja la aversión que siento por ella. Su existencia no nos ha dejado más que demasiados problemas por resolver y tenerla viva y oculta es poner en riesgo no solo nuestra organización, sino también nuestras vidas e integridad como herederos de nuestras casas.

Sé que el plan de la señora Rohtul funcionará, es por ello que no digo demasiado de lo que pienso, pero también sé que no la engaño con mi actitud precavida y callada. Lo veo en sus ojos, tan suspicaces como siempre y tan profundos como las oscuras aguas del lago.

El castillo, entre muchas otras cosas, esta lleno de pasajes secretos y calabozos que, en su tiempo, se usaron como refugio y almacén de alimentos. Ahora, son empleados como salas de entrenamiento y armería. Las celdas, bastante más alejadas, se ubican en la zona más húmeda de los subterráneos, aunque no es un lugar que se use con frecuencia las tiene como precaución. Las áreas de descanso de los siervos encargados de la vigilancia se ubican estratégicamente, evitando de esta manera cualquier percance. Sin duda alguna, el castillo es una fortaleza oculta a simple vista y su finalidad es simplemente ser una zona de descanso, funcionando como una residencia privada. Es muy cuidadosa en no mezclar sus negocios y trabajos en este lugar, lo mantiene libre de manchas y estigmas del bajo mundo. Pareciera que preserva su emblemática historia, sin embargo, aquí tiene de rehén a esta mujer que se rehúsa a aprender su nuevo nombre e identidad. No aceptando ser la reportera que tenemos oculta en Zoagli, pero la valentía no le duraría mucho más después de ese primer encuentro en el que solo recibió golpes y humillaciones. Y ahora, después de haber pasado una semana de completo y total aislamiento, sin derecho a comida y a servicios sanitarios sería más sencillo realizar el proceso antes de que la señora Rohtul haga acto de presencia y tomé el mando para reeducarla a su gusto.

Es por ello que, a una semana de nuestra llegada, la señora Rohtul me ha citado a su oficina. No solo para hablar de los avances que he realizado, sino también para saber qué es lo que pienso de todo esto. No es que fuera predecible en ello, es solo que creo entenderla y me importa más de lo que debería el saber que piensa sobre mí. Me aterra que llegue a pensar que no soy lo suficientemente digno de su confianza, pero tampoco pienso mentirle al pensar que esto es un error que nos deja expuestos. Ella nunca ha dudado en hacer lo correcto, por eso me frustra que tome tantas molestias en proteger la vida de una persona que no tiene el mayor valor que una miga de pan sobre la mesa.

Un día me dijo: "Es en los actos más viles donde conoces la verdadera cara de las personas". En aquel momento no pude entender a que se refería con eso, pensé que me lo decía por ella, por esa crueldad que reflejaba al realizar su trabajo, pero eso no importaba, porque era lo correcto para mantener segura nuestra organización. Me lo dijo con una sonrisa que reflejaba su mirada. Mientras la tortura cesaba dejó ver su rostro maltratado, que, para mí, solo reflejaba la belleza de su entrega y convicción. Ella solo servía a una causa más grande que la de todos nosotros y sin importar lo poco moral, ético o cruel que fuera, haría lo correcto. Ahora pienso que sus palabras tenían un significado más profundo que la superficie de su crueldad externa, tal vez ella nunca se guiaba por ser lo más correcto para otros, por muy violento que fuera el resultado, tal vez solo se guiaba por una convicción interna que nadie más que ella podía entender sobre aquello que era correcto.

La AdjudicadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora