La Adjudicadora

Samantha Arias

Una de las tantas empresas de las que es dueña la familia irlandesa es la cede y cumbre de la tecnología y la innovación científica. Siendo dueños de corporaciones y empresas multinacionales en las ramas de la biomédica y biotecnología. Rothul Corp se alza en el corazón de la metrópoli como un edificio de prestigio, estatus, poder y posicionamiento económico. Para tener el control y el manejo de las diferentes sociedades se necesita vivir en lo legal y ser el ideal social de las nuevas generaciones, pero también se necesita saber manejar el medio de lo ilegal para controlar y guiar a las masas sin dificultad alguna.

Mi familia es una de las más poderosas dentro del medio y mi padre es uno de los doce. Su poca presencia lo convierte en un mito y misterio dentro de las organizaciones criminales. No obstante, su verdadera labor junto con los once restantes es crear un equilibrio que fundamenta las bases que sostiene a la sociedad como la conocemos.

Dentro de la historia antigua que rige al mundo, La Alta Mesa se convirtió en la leyenda y el fruto de las teorías conspirativas que suelen tratarse como un misterio no resuelto. Son los que controlan a las masas a través de sus gobiernos y organizaciones mundiales. Son los que mueven los hilos y hacen de sus representantes los títeres que son. Y aquí es donde entro yo, un producto más de su uso, una torre que solo sabe moverse hacia delante, rompiendo la adversidad hasta llegar al lugar prometido, para finalmente convertirme, en un futuro, en una de las líderes que rigen La Alta Mesa, sustituyendo el lugar de mi padre y convirtiéndome en una de las doce.

Rothul Corp es dirigida por Samantha Arias, una de las siervas de la casa Rothul. Su presencia es la fachada necesaria para mantener en orden las relaciones sociales y políticas dentro del medio. Una mujer de porte alto y mente aguda para los negocios, es conocida por los medios por ser feroz en su ataque y defensa cuando se cuestiona alguna decisión que puede traer un perjuicio al medio social. Es sabido que dentro de los centros investigativos de Rothul Corp hay un departamento entero a la creación de lo que podrían ser armas biológicas y dentro de las mismas se han creado sistemas que pueden terminar con poblaciones enteras de manera silenciosa y efectiva. Además de la innovación tecnológica que pretende revolucionar el mundo como se conoce hoy en día.

Dentro de las instalaciones mi presencia es poco conocida, soy el eslabón perdido que maneja todo desde el anonimato. Porque no solo me encargo de lo que La Alta Mesa me ordena, sino también de los negocios que hacen que nuestra familia sea una de las más florecientes y relevantes. Junto con la familia italiana que maneja el negocio del vino y licor ambas casas representan el auge y florecimiento económico dentro de un marco legal. Mi llegada suele generar tensión en las pocas personas que saben de mi existencia, puedo verlo en sus caras y la forma tan tensa y nerviosa en la que suelen recibirme y dirigirse hacia mí, a excepción de Arias, quien me recibe con un gusto peculiar y un afecto único de ella.

— Lena, por un momento creí que no vendrías dada la tormenta. — me saludó con un abrazó a la entrada del edificio.

— Arias, un placer volver a verte. Se te informó....

— Por supuesto que sí, Lena. La sala central está a tu entera disposición. De momento vamos a mi oficina.

Saludó a Dimitri con un asentimiento de cabeza y nos guío al elevador que nos llevaría a la última planta y a su oficina privada. Introdujo el código pertinente y subimos en un silencio tranquilo y cómodo. Sus ojos eran suaves como su sonrisa, de un chocolate profundo y brillante, transmitían calidez y en los bordes se podía ver el amor y afecto que genera familiaridad entre las personas. Una vez en su oficina nos invitó a sentarnos y nos sirvió el mejor whisky escocés, una de las reservas de Macallan de 1918.