Capítulo 1

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Primeras impresiones

Hailey

Era un típico miércoles por la mañana, me
encontraba tumbada en mi cama escuchando alguna canción que ni conocía en modo aleatorio, hasta que fui interrumpida por el ruido que hacia mi estomago cada poco rato.

Vale, ¿tenia hambre? si, pero me daba demasiada pereza levantarme y comer algo.

Al final tuve que ceder yo. Empece a buscar algo mínimamente comestible en la cocina pero solo había atún, kétchup, huevos, aceites y mas atún. Podría hacer algún que otro plato pero lo cierto era que odiaba el pescado y aun mas los huevos. Pero comerme la comida de mi gata no era una opción, así que tocaba ir a comprar por mi cuenta, vaya tragedia.

Me puse la primera sudadera que vi, alcancé mis deportivas de siempre y empece a hacer una lista en el móvil de lo que necesitaba.

El supermercado estaba a dos calles de mi casa así que no tarde mucho en llegar, y tarde aun menos en coger todo lo necesario —puesto que solo me pille dos paquetes de pasta y algunas chocolatinas — hasta que vi la cola que había para pagar. Prácticamente llegaba al final del pasillo ya que solo atendían en una caja.

Me encamine al final de la fila, saque el móvil y fingí que veía algo solo para hacerme la interesante. Porque no me habla ni mi madre.

Pero igual era feliz cotilleando las vidas de la gente en instagram.

La felicidad duro poco al ver que un grupo de chicos se paró detrás de mi en la fila —odiaba encontrar me gente joven, me ponían de los nervios. Aunque yo tuviera sólo diecinueve años, mentalmente me consideraba de treinta —los mire tan disimuladamente como pude. Vamos que me gire y los mire con mala cara porque lo de disimular no se  me da bien.

Eran tres chicos de pelo castaño, parecían de mi edad pero eran mucho mas altos que yo. Llevaban dos cajas de cervezas cada uno, probablemente darían alguna fiesta y me hizo plantear me lo aburrida que es mi vida.

No les di mucha importancia hasta que escuche que hablaban de mi  —parece que no soy la única que no sabe disimular bien.—O eso o que simplemente hablaban alto a propósito y les importaba una mierda si alguien los escuchaba.

—...crees que si le regalo una cerveza me deje tocarle el culo?

Abrí los ojos como plato, ¿enserio acababa de soltar semejante estupidez? Menudo cabrón.

Me gire bruscamente hacia ellos.

—¿Perdona? —dije en un tono suficientemente alto para que se notara mi enfado pero lo justo como para que nadie mas nos escuchar, no quería hacer escándalos. Odiaba tanta atención.

—No le hagas mucho caso, es un poco imbécil —dijo uno de sus amigos mientras le pegaba en la nuca.

—¡Oyeeee! —se quejo el chico de antes, el idiota parecía poco afectado por el comentario.

—No tenía intención de hacerlo —le respondí con mala cara.

Me di la vuelta y volví a mirar al frente .No me interesaba mucho si tenían algo más que añadir.

—¿Podrías al menos decirnos tu nombre no? — volvió a hablar el idiota — Yo soy Jacob.

Me gire otra vez ahora con una ceja enarcada pero con la misma mala cara que le puse antes.

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