Mala influencia
—¿Vas a alguna parte?
La voz de mamá hizo que me detuviera en el porche, apuntando de salir.
Su tono era una combinación de curiosidad e desinterés. Probablemente no le importaba mucho donde iba ni que hacía, pero aun así quería saber si iba a volver.
Nada nuevo.
—Voy a dar un paseo. —Respondí sin girar me a mirar la.
Ella soltó algo parecido a una risa ahogada.
—¿Pasa algo? —Esta vez si me gire a mirar la.
—¿Desde cuando te gusta salir a caminar?
—Desde hace tiempo. Lo sabías si te importara en lo mas mínimo mi vida.
Su expresión cambió de inmediato a una seria.
—¿Porque siempre eres tan fría conmigo?
Me metí las manos en los bolsillos de los vaqueros con aburrimiento.
—Sobran las razones. ¿No crees?
—Soy tu madre Hailey. Lo quieras o no.
—¿A si? ¿Y donde estaba esa madre cuando la necesitaba?
No le di oportunidad de responder me. Me gire en un intento de abrir la puerta principal. Hasta que volvió a hablar.
—No te gustaba dar paseos conmigo ni con tu padre ¿verdad?
Mencionar a papá me afectaba mucho, y ella lo sabía perfectamente.
Pero no iba a caer en sus tentaciones de discutir. No otra vez. Porque nunca llevaban a nada.
Salí de casa sin molestar me en mirar atrás, y fui directamente hacia el coche de mamá.
Le dije que iba de paseo, si ¿Pero quien dice que no se puede pasear en coche?
Después de esta bonita charla era bastante obvio que mamá no me dejaría el coche.
Pero sinceramente me importaba muy poco.
Arranqué el coche y conduje sin rumbo. Solo quería pasar un rato lejos de casa.
Era Martes y no me tocaba trabajar, lo cual en mi caso suponía pasar tiempo en casa, y escuchar a mamá quejarse por todo.
Bueno pues hoy no estaba de humor para eso, había tenido una noche horrible y me dolía la cabeza, no se cuando me fui a dormir ni cuando desperté, pero mis ojeras confirmaron que solo dormí unas pocas horas.
El semáforo se puso en rojo ese mismo momento que tuve de reflexión sobre mi vida.
Ya no pude mas y cerré los ojos, estampando la cabeza contra el volante, el cual —por la presión aplicada —hizo sonar el claxon. Di un brinco del susto.
—¡Joder! —Grite irritada.
Suspiré y enterré la cara en las manos.
No fue hasta que escuche risas del coche de al lado, que aparte las manos para fulminar con la mirada a un niño de aproximadamente ocho años, el cual se reía de mi como si fuera alguna clase de payasa. Tanto que se le terminó cayendo el caramelo que tenia en la boca.
Fue mi momento de reír de el. —porqué mentalmente tendré su misma edad. —Le saque la lengua, a lo que el me enseñó el dedo de en medio.
Espera un momento........¿Me acaba de sacar el dedo, un puto niño?
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Solo tú
Romance¿Cómo puede una persona cambiar tu mundo y tu forma de verlo? Eso solo pasa en las películas malas de romance. Para Hailey Stone el amor supone la vulnerabilidad Y dolor. Cada persona a la que alguna vez quiso no hacia más que aprovechar se de esa...