Capítulo 12

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No más besos

Hailey.

—Espero haber sido lo suficientemente claro, como para evitar que os cortéis.

Cuando esta mañana Jules me llamó, para preguntarme si quería acompañarlos a decorar calabazas para Halloween, en el huerto del abuelo de Jacob, me negué rotundamente.

No porque no quisiese, sino porque sabía que Josh estaría ahí, y lo último que me apetecía hacer era volver lo a ver después del beso del otro día.

Pero cuando Jules y Liam se presentaron en la puerta de mi casa, me fue prácticamente imposible decir que no.

Más que nada porque Jules me arrastró a la fuerza.

—Ahora, si me necesitáis, estaré recogiendo fresas por ahí. —Dijo el abuelo de
Jacob. —Ni se os ocurra cortaros, niños. Lo último que me apetece hoy es limpiar vuestras heridas.

Él ya nos había explicado de una forma no muy clara, como teníamos que tallar las calabazas, pero yo no había hecho esto en mi vida, y estaba bastante segura de que iba a desperdiciar la calabaza.

De todos modos, el abuelo de Jacob se encargó de sacar le las vísceras a la calabaza. Facilitando el proceso.

Estábamos los cinco. —Y con cinco me refiero a Jacob, Liam, Jules, yo y el innombrable. —Sentados en una mesa de picnic, con diferentes cuchillos sobre ella.

Como me encantaría haber le clavado uno a Josh en ese momento.

Joder tengo que dejar de ver tantas películas de Scream.

En lugar de eso clavé el cuchillo en la calabaza para hacer un triángulo, con el fin de que pareciera un ojo.

Podía sentir como Josh —Quien por cierto estaba sentado delante de mí. —me penetraba con la mirada.

Después de un rato ya no lo soporté más y estampé el cuchillo contra la mesa irritada.

—¡Deja de mirar me, gilipollas! —Chillé.

A lo que los demás también se giraron a mirar me.

Josh pareció ofendido.

—No te miraría si no lo estuvieras haciendo tan mal. —Señaló la calabaza. —Se nota que no has tallado una calabaza en tu vida.

—¿Como cojones es ese tu problema? Al menos se montar en bicicleta.

ohh, lo que te ha dicho. —Rió Liam.

A lo que se ganó una mirada asesina de parte de su primo.

—Eres una dramática. —Dijo Josh.

—¡¿Dramática?! Tú eres un inmaduro.

—¿Yo soy el inmaduro?

—¡Sí!

—Chicos no empecéis...—Dijo Jules.

—Pues dile a tu hermanito que deje de ser un completo capullo. —Respondí.

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