Capítulo 13

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Reencuentros de halloween

Hailey
—No me vas a tocar el pelo. —mascullé enfadada.

—Por favor, Hai. —Pidió Nicolle. —Te lo dejaré muy bonito, lo prometo.

—Que no, pesada.

—Hazle caso, Ly. —Apoyó Jules. —Gretchen tiene el pelo muy rizado. ¿Donde crees que guarda todos esos secretos?

—A Gretchen le queda bien, a mí
no. —concluí.

—Solo te haré unas ligeras hondas en el pelo. —Aseguró Nicolle.

Cuando me cogió un mechón de pelo, no me quedó más remedio que asentir y dejar la hacer su trabajo.

Entre mis amigas y yo habíamos tenido la idea de disfrazarnos de Mean girls, este halloween.

En verdad fue idea de Jules, pero a todas nos pareció bien, ya que quedaba muy acorde con nuestros colores de pelo.

Margot era Cady

Nicolle era Karen

Jules era nuestra Regina George de la noche.

Y a mí, por ser castaña me había tocado Gretchen.

No tenía nada en contra del personaje, de hecho, era de mis favoritas en la película, pero no quería su pelo.

Los rizos tan grandes jamás me habían gustado, ni me quedaban bien.

Íbamos vestidas como las plásticas el miércoles de rosa. A todas nos parecía lo más icónico de la película.

Me puse un suéter rosa que tenía desde hace unos años y una falda a cuadros, que me prestó Margot.

—Listo. —Dijo Nicolle cuando terminó con mi pelo. —¿Qué te parece?

—Joder. —No pude disimular mi asombro al ver lo bien que me quedaba. No era como el pelo de Gretchen en la película, más bien eran unas pequeñas hondas en mi pelo bastante sueltas.—Me encanta.

—¡Te dije que te iba a gustar!

—Estas guapísima. —Opinó Margot. —¿Nos vamos ya?

—Un segundo, que me termino de maquillar. —Dijo Jules.

—Llevas veinte minutos pegada a mi
espejo. —Le recordé.

Las tres vinieron a mi casa esta tarde para arreglar nos juntas.

Aunque tuve que pedir les sus cosas, ya que mi prima me había robado todo mi maquillaje, y no tuve tiempo de ir a comprar más.

Era festivo y no trabajaba hasta dentro de dos días, lo cual era una ventaja si quería irme de fiesta con ellas.

—¡Ya estoy lista! —Chilló Jules alegremente. —Ahora hay que hacer nos fotos.

—Llegamos tarde. —Le recordé.

—Nunca se llega tarde a una fiesta, Ly.

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