chapter 40

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Taylor

Hacía menos de tres días que había regresado a Italia, yo sola.

Mi padre esta en un estado muy grave. Está sedado, dormido. No habla, no se mueve, no hace nada.

Lo fui a ver nada más llegar y no pude verle así.

Mi madre me envió a casa, bueno, a casa de Chiara.

Actualmente estoy en casa de Chiara con todos mis amigos de vuelta.

Ellos están felices de que esté aquí de nuevo, pero yo no me sentía bien.

Estuve hablando un rato con Jayla y Javon, y también hablé un poco con Jaden.

Les conté como me había ido lo que llevaba de tiempo en Atlanta y ellos me contaron lo que hicieron.

No había utilizado el móvil hasta que me llegó un mensaje, de Jaden.

Llámame cuando no estés ocupada.

Sonreí en cuanto lo vi y le respondí.

— Tay— me llamó Chiara— ven conmigo, quiero enseñarte algo— me agarró el brazo y me llevó hasta su cuarto.

— ¿Qué pasa?

— Eso digo yo— se sentó en la cama— era Jaden, ¿no?— asentí— ¿qué pasa con él?

— No pasa nada.

— Tay.

— Bueno, hace unos días me contó que le gustaba, pasamos el día juntos y no sé, creo que sigo sintiendo lo que sentía antes por él.

— ¿Estás enamorada de él?— asentí.

— Eso creo.

— ¿Y que hay de Matteo?

— No lo sé Chiara, estoy hecha un lío.

— ¿Matteo sabe qué pasaron el día juntos?

— Sí, le conté.

— ¿Y que opinó?

— No le gustó, pero necesitaba hacerlo para aclararme, aunque ahora estoy más confundida.

— ¿Es él? ¿El de las rosas?

— Sí.

***

— ¿Con quién hablas?— me preguntó Matteo— llevas horas mandándote mensajes con alguien.

— Ah, no, no es nadie— dejé el móvil en mis piernas y presté atención a lo que decían los demás.

Me seguían llegando mensajes, lo tenía silenciado pero aún se escuchaban perfectamente.

Matteo estaba de los nervios, cada que me llegaba un mensaje me miraba a mí y al móvil.

Me llegaron un par de mensajes más, al último que me llegó Matteo agarró el móvil y miró quién me escribía.

— ¡Deja de ser así!— me quejé.

— ¡Deja de hablar con Jaden!

— El me apoya.

— ¿Yo no?

— ¡No!— me salió en forma de grito, luego me arrepentí— desde hace días ni me hablas, solo estás celoso.

— Como para no estarlo— en estas ya todos nos miraban.

— Estoy aquí contigo, ¿no?

— No por elección.

— Dios Matteo, déjalo ya.

— No, déjalo tú.

— Bien— me levanté y me fui de allí.

Broken heart  // Jaden WaltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora