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Ambos erizos acosaban por completo a Ivo. Estaban ansiosos.

E Ivo ni siquiera se había podido duchar por la repentina decisión de Shadow de "Dejaré de ocultar mis habilidades" y verlo fijamente desde lo alto del espejo, por sobre la cortina.

Una buena altura... Tampoco se quería traumar...

-¡Viejo!-

¿Cómo entro? Ni idea, había intentado tapar cada oportunidad para él.

¿Quien rascaba a la puerta? Sonic, quien también lloriqueaba al no tener ninguna oportunidad.

¿Donde estaba el abuelo? Riéndose desde su oficina.

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-¡Dejen de seguirme!- Les grito, dándose la vuelta y sólo encontrando a Sonic, quien le gruño-. ¿Donde esta la otra rata?

-Llamala.- Se sorprendió por la voz a su lado, también acompañada de un gruñido.

De alguna forma... Shadow estaba adherido a la pared, como lagartija en su estado natural, lo veía fijamente con esos ojos rubí que tanto le incomodaban.

-No deberías de hacer eso...- Quería regañarlo por el peligro qué podía tener, pero parecía tan acostumbrado que guardo sus palabras-. ¿¡Me dejaran en paz!?

Vio a cada erizo y dudaron por segundos, pero asintieron. Suspiró derrotado y bajo las escaleras a maldiciones para los antropomorfos y su abuelo, quien abrió la boca y les chismeo.

-¡Shadow!- El azabache bajo la mirada. Sonic se veía brillando de la emoción y el casi se ciega por eso.

Parece un faro...

Se impulso ligeramente y de forma ágil y un par de vueltas, ya estaba a un lado del erizo, quien se veía cada vez más fascinado.

-¿¡Desde cuando puedes hacer eso!?- Bajo las orejas. Era demasiada atención de su parte, los Robotnik apenas y conocían sus habilidades.

-Siempre.- Sonic notó qué empezaba a cohibirse e intento calmarse. Desde que volvían a dormir juntos, había notado que Shadow ya no estaba tan deprimido y su mano comenzaba a curar.

Noto como de forma distraída una de sus manos se acercaba a la otra y rápidamente tomo una, cubriendolo con sus almohadillas y su pelaje melocoton.

-Lo siento, es que es fascinante, ¿Puedo saber más?- Rogaba con la mirada y Shadow sintió como su rostro se calentaba ligeramente, su mirada fue a otro lado.

-Después del desayuno...-

-¡Sí!-

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Gerald Robotnik veía como ambos erizos hablaban agradablemente desde el lo alto de su biblioteca.

Le hacía feliz poder verlos convivir de esa forma de nuevo. Sonic, con su colita ansiosa, preguntaba por cada una de las habilidades de Shadow.

También de las que pudo haber tenido.

Y Shadow, entre murmullos y sonrojos, le contaba y explicaba alguno de ellos. La fascinación del menor era enorme, podía ver estrellas enormes en sus bonitos ojos esmeraldas.

Cada día le interesaba más a donde llegarían, era la primera vez que Shadow hablaba sobre sus antiguas habilidades y las demostraba.

-Dice que se conectará en 5 minutos.- Giró hacia su nieto, quien su rostro sólo delataba fastidio. Sonrió, parte de eso era su culpa.

-Haz hecho felices a dos erizos.-

-Sí, sí, sí. Sólo quiero mi paz.- Gruño, pero sabia que estaba contento de subirles los ánimos.

Un horrible ruido salio de su computadora, alterando los a todos. Ivo parecía indignado ante la imagen que se le presentaba.

-Esos no son 5 minutos...-

-Es la primera vez que nos llama y verá a sus erizos, está ansiosa.- Se dirigió al gran mueble y ofreció sus manos, ambos antropomorfos aceptaron el gesto por la ayuda.

Ivo gruño nuevamente, pero acepto la video llamada de la chica, rápidamente su figura fue mostrada con una enorme sonrisa.

-Estás durmiendo mal.- Regaño, escuchando los lloriqueos de los erizos a un lado de el mientras su abuelo se apoyaba en su hombro.

-Sí, sí. Hola, gran hermano, también espero que estés bien.- Agitaba su mano de forma fastidiada, había esperado un poco de lágrimas por parte del hombre-. ¡Abuelo! ¿¡Cómo estás!? ¿Cómo están mis adorados bebés?

Este rió, el aspecto de la chica no era sorpresa. Cabello despeinado, pequeñas ojeras, pequeñas lagrimas y un tiradero de papeles detrás suyo, le hechaba muchas ganas a los estudios tortuosos.

Además... Tenia un proyecto en manos...

-¡No los entiendo!- Lloriqueo a la pantalla. Sonic y Shadow lloraban de la misma forma, intentando decirle que la extrañaban, que querían que estuviera a su lado-. Hermano, instala a Sage en mi computadora.

-Te negaste porque querías hacer tu propio IA.- Regaño, viendo a otro lado, escondiendo las lágrimas qué amenazaban con salir.

-¡No tengo tiempo! ¡Hermanoo!-

Mi pequeño amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora