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-El chico tiene varios reportes por disturbios.- El oficial escribía algo en una libreta, los mayores intentaban ver desde su espalda, pero Maria rápidamente les hacía gestos con la mano-. ¿Me podría decir el problema?

-Adopte a su erizo, lo encontré con maltrato en la Universidad.-

-¡Lo robo!-

-¡Callate, Scourge!- Lo amenazó con el paraguas, podía ver la furia del chico desde el auto policial-. Puedo mostrárselo, también hice el registro correspondiente.

-¿Registro?- El abuelo vio hacia Ivo, eso no lo sabia, el castaño asintió y se quito una pulsera.

-Ten, la estuve usando este tiempo.-

-Gracias, hermano.- Rápidamente fue hasta el castaño y tomo la pulsera-. ¿Puedes ir por Sonic?

Los zafiro vieron como la mano del castaño fue hasta el bolsillo de su bata y luego mostraba a dos bolitas diferentes con brillos en los ojos. Sus ojos rápidamente lagrimearon y los tomo con cuidado con ambas manos.

-El azul es Sonic.- Presento a ambos, que parecían no querer separarse-. Y en esta pulsera esta su QR.

El oficial tomo la pulsera y lo escaneo con su celular.

Ivo intentaba explicarle a un confundido Gerald el control de registros antropormofico debido a sus continuas perdidas o maltratos.

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-¿¡Cómo tienes tanta suerte!?-

-Mi ventanaaa.- Lloriqueaba tirándose en el sillon, cuidando de no aplastar a sus pequeño compañeros-. No quiero dormir en el cuarto de huéspedes. Recuerdo el olor de la medicina cada vez que entro.

Sonic y Shadow frotaban sus manitas y sus rostros en las mejillas rosadas de la chica, afuera hacia un ligero frío por la lluvia que disminuia y aumentaba de la nada.

-Yo quiero saber como nadie le pide el registro de la ratita negra.-

-Yo quiero saber desde cuando tienen registro los antropomorfos.- Contrataco el abuelo, leyendo el reporte qué habían hecho, todo estaba muy detallado, tenia que mandar un correo de agradecimiento por la atención.

-Desde hace un año.- Hablaron juntos los hermanos.

Maria comenzaba a levantarse, tomando con cuidado a los pequeños erizos, sus pequeñas lagrimitas podían verse correr por sus pequeñas mejillas.

-¡Los extrañe tanto! Verlos en pantalla no me hace tan feliz.- Besaba sus cabecitas con mucho amor, importando le poco si se pinchaba los labios.

-Beh, creí que nosotros seríamos los primeros en recibir abrazo...- Y repentinamente sintió un peso, haciéndolo desplomar.

-¡Eres tan digno! También te extrañe.-

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-¿Porqué llegaste antes, cariño?- Estaban a mitad del desayuno y Maria buscaba una y otra vez en cada maleta que había acercado al comedor.

-¡Deberias de comer! Lo que quieras mostrarnos...- Callo, cuando varias frascos con tapa les fueron mostrados.

Cada uno más grande, de diferentes color y varias sustancias. Ambos mayores estaban sorprendidos

-Quiero darles estos. Estoy tomando clases adicionales y esto es lo que hemos creado. No son útiles, pero se conservará muy bien.- Sonreía orgullosa de si misma.

-¿No te estas sobre exigiendo?- La chica nego rápidamente, luego se detuvo y pensó.

-Tal vez un poco... Pero como correctamente y duermo lo máximo.- No pudieron evitarlo y ambos hombres palmearon la cabeza de la chica, orgullosos por cuanto había crecido.

Mi pequeño amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora