Soy el Hombre Araña (MCU) 3

¡Desafío por el Trono! (II)

"¡El Príncipe N'Jadaka de la Tribu Dorada desafía al Príncipe T'Challa por el trono!" Exclamó Killmonger, con una expresión de suficiencia en su rostro.

La atmósfera crepitaba de tensión mientras los gritos de asombro resonaban entre la multitud reunida. Los rumores que habían circulado estaban demostrando ser ciertos... el hermano perdido del rey había engendrado un niño, y ese niño había regresado a Wakanda. Los susurros y las discusiones se extendieron como la pólvora entre los asistentes, y cada persona procesó las implicaciones de esta revelación.

En medio de los murmullos, la mirada de T'Challa permaneció fija en N'Jadaka, su prima. Era difícil ignorar la verdad que lo tenía ante sus ojos. El vínculo que creía que habían formado, el parentesco que creía que compartían, no era más que una fachada cuidadosamente tejida para manipularlo hasta esta misma situación.

Mientras T'Challa armaba el rompecabezas, se dio cuenta de que N'Jadaka lo había usado desde el momento en que puso un pie en Wakanda. La falsa sensación de camaradería, la muestra de conexión familiar... todo fue diseñado para llevar a T'Challa a este momento. El momento en el que se cuestionó su derecho de nacimiento, en el que se puso en juego su papel de Pantera Negra.

Los ojos de T'Challa se oscurecieron, una mezcla de ira y traición hirviendo dentro de él. Había defendido a N'Jadaka, luchado por su derecho a estar aquí y ahora parecía que todos sus esfuerzos eran en vano. Se enfrentaba a un lobo con piel de oveja, una sombra que buscaba robarle la corona y destrozar el tejido mismo de su existencia.

T'Chaka dio un paso adelante, con la esperanza de poner fin a esto de alguna manera. Pero T'Challa tomó una decisión. Sus ojos nunca se apartaron de Killmonger y, con el corazón apesadumbrado, pronunció las palabras que su padre más temía. "Acepto tu reto."

La multitud guardó silencio mientras una mezcla de incredulidad y anticipación flotaba en el aire. Killmonger recibió ropa ceremonial, una lanza y un escudo similar al de T'Challa. La gravedad de la situación se asentó sobre la arena ceremonial como una nube de tormenta, proyectando una sombra premonitoria sobre lo que estaba por venir.

El sol se ocultó tras el horizonte, proyectando un brillo anaranjado sobre el estanque ceremonial, mientras antorchas y hogueras cobraban vida, proyectando largas sombras que danzaban en la superficie del agua. El telón de fondo parecía casi surrealista, como si la naturaleza misma estuviera en sintonía con la gravedad de la situación que se desarrollaba ante ella.

Los dos contendientes se enfrentaron, la tensión era palpable mientras intercambiaban palabras duras, sus voces llenas de animosidad. "Una vez que esto termine, podrás regresar a Estados Unidos. Ya no eres bienvenido en Wakanda". T'Challa habló, su rostro se endureció, ocultando la traición que sentía.

Killmonger sonrió peligrosamente. "Cuando esto termine, no serás más que un cadáver, flotando boca abajo en este charco". Se burló mientras giraba la cabeza, mirando a la familia de T'Challa con una mirada sedienta de sangre. "Pero no te preocupes, me aseguraré de cuidar de esa hermana tuya... después de que mate a tu padre, por supuesto. En cuanto a tu madre... Bueno, no me importaría tenerla cerca. ¿Crees que ella ¿Sabe cómo devolver ese trasero? No me importaría verlo mientras me relajo en mi nuevo trono".

Los jadeos llenaron el aire una vez más cuando todos escucharon las vulgares palabras de Killmonger. La mayoría de las tribus estaban enojadas y conmocionadas de que alguien dijera tales cosas sobre su familia real. Pero algunos miembros de la tribu lascivos se volvieron para admirar discretamente el trasero de su reina, imaginando inconscientemente exactamente de qué hablaba Killmonger.

El Anciano sintió la necesidad de matar. "Los hombres son asquerosos..."

"Es cierto..." MJ asintió con la cabeza. Incluso Lily, que era demasiado pequeña para entender lo que estaba pasando, parecía estar de acuerdo con su madre sólo por instinto.