Soy el Hombre Araña (MCU) 3

Samurái misterioso

El convoy de tres coches liderado por Peter entró en el condado de Kings, Georgia, un estado plagado de ecos de disparos y la tensión palpable del apocalipsis. El paisaje urbano mostraba las cicatrices de la supervivencia, los edificios se alzaban como testigos silenciosos de las luchas que se habían desarrollado dentro de sus muros.

A medida que se internaban en la ciudad, los sonidos distantes de los disparos se hicieron más fuertes, creando un ambiente inquietante. El grupo, ahora experimentado en navegar los peligros de este nuevo mundo, intercambió miradas cautelosas.

Mientras tanto, Peter y MJ se sonrieron el uno al otro, solos en su auto.

"Parece que los militares todavía están vivos y coleando en el hospital". Peter comentó, sus planes para un reclutamiento militar lucían bien.

MJ no pudo evitar preguntar: "¿Cómo piensas reclutarlos?".

Peter simplemente sonrió misteriosamente, "Supongo que tendrás que esperar y ver..."

Continuando su camino hacia la ciudad, los infectados, atraídos por la conmoción como las polillas por la llama, ignoraron sus autos y corrieron hacia la fuente de los disparos, corriendo mucho más rápido que los zombis del programa Walking Dead.

Por las radios, la voz de Tommy crujió, rompiendo el tenso silencio. "¿Qué diablos está pasando más adelante? ¿Alguien ha visto la situación?

La voz de Joel se unió a la conversación, con escepticismo evidente en su tono. "Podrían haber más supervivientes. Podría haber problemas. Debemos ser cautelosos y darles una amplia difusión..."

Peter, haciendo una pausa pensativa, intervino: "Es un riesgo, pero no lo sabremos hasta que lo comprobemos". Podría ser un campamento de supervivientes que intentan limpiar la ciudad, o incluso el ejército. Hay demasiados disparos para que se trate de otra cosa..."

Michonne, siempre atenta, añadió: "O amenazas potenciales". He visto lo impredecible que puede ser la gente..."

Joel, al escuchar el intercambio, sintió el peso de la decisión flotando en el aire. "Pedro, ¿qué te parece? ¿Deberíamos investigar?

Peter, conduciendo el coche que iba delante con un sentido de propósito, respondió: "Vamos a ver". No nos comprometemos a nada hasta que evaluamos la situación. Si hay problemas, retrocedemos. Si son los militares o los supervivientes los que necesitan ayuda, lo evaluamos desde allí".

Con todos de acuerdo, el convoy continuó su camino a través de las calles inquietantemente vacías, mientras los inquietantes sonidos de los disparos parecían no tener fin. Los infectados, impulsados ​​por el instinto, se apresuraron hacia el ruido, sus gemidos y arrastramientos llenaron el aire.

A medida que el grupo se acercaba al origen del disturbio, la tensión en el convoy se hizo palpable. La decisión de investigar quedó en el aire como un delicado equilibrio, y cada miembro contemplaba los riesgos y recompensas potenciales.

...

El convoy, guiado por los ecos de los disparos, se acercó al origen de la conmoción. Sin embargo, a medida que se acercaban, la intensidad de los disparos pareció disminuir, reemplazada por prolongadas pausas de silencio inquietante que flotaban en el aire como una sombra premonitoria. El grupo intercambió miradas preocupadas y la ausencia de disparos sostenidos generó preguntas inquietantes.

Peter y MJ, solos en su auto, compartieron una mirada preocupada. "Eso no suena muy bien", dijo. —comentó Pedro.

La falta de disparos continuos significaba una de dos cosas. O los militares en el hospital se estaban quedando sin balas, o se estaban quedando sin cuerpos capacitados para disparar esas balas. De cualquier manera, no era una buena situación.