Soy el Hombre Araña (MCU) 3

Saqueos y amantes traicionados

La batalla había llegado a su fin y Kang el Conquistador yacía derrotado, reducido a un montón de cenizas humeantes. Peter Parker, todavía vestido con su traje de Spider-Man, se encontraba en medio del enfrentamiento épico, rodeado por los ciudadanos de Axia que lo miraban con una mezcla de miedo y gratitud. Fue un momento de triunfo, pero quedaban cabos sueltos que atar.

Con un chasquido casual de sus dedos, Peter convocó el poder de la Piedra de la Realidad una vez más. El aire a su alrededor brilló y, en un instante, los héroes desaparecidos reaparecieron. Tony Stark, Genie, Scott Lang, Hope Van Dyne, Hank Pym y Janet Van Dyne parpadearon confundidos cuando volvieron a existir.

"¿Lo que acaba de suceder?" Exclamó Tony, el HUD de su traje mostraba múltiples mensajes de error mientras intentaba darle sentido a la anomalía temporal. "En un momento estábamos a punto de ser rehenes de Kang, y al siguiente..."

Hank estaba igualmente desconcertado. "No lo entiendo. ¿Acabamos de desaparecer en el aire?"

Peter se aclaró la garganta, su voz era tranquila y serena. "Lo hiciste, pero por una buena razón. Tenía que mantenerte a salvo de Kang. Él te estaba usando como palanca".

Scott se rascó la cabeza, todavía tratando de reconstruir lo que había sucedido. "Entonces, ¿nos hiciste desaparecer? ¿Cómo?"

Peter sonrió debajo de su máscara. "Magia."

Hope le lanzó a Peter una mirada curiosa. "¿Qué le pasó a Kang? ¿Lo derrotaste?"

Peter asintió y sus ojos se dirigieron al montón de cenizas cercano. "Se ha ido. Para siempre".

Tan pronto como Janet escuchó esas palabras, no pudo contener más sus emociones. Su corazón se hinchó con una mezcla de alivio, alegría y pena que se había estado acumulando durante demasiado tiempo. Sus ojos se llenaron de lágrimas y miró a su esposo, Hank, y a su hija, Hope, con quienes finalmente se reunió después de una eternidad separados.

"¿Dónde está?" La voz de Janet temblaba de anticipación, tenía que estar segura de que estaba muerto. Después de todo, Kang es como una cucaracha mutada, podría sobrevivir a casi cualquier cosa.

Peter señaló en silencio hacia los restos humeantes de Kang. Janet miró fijamente las cenizas y la incredulidad la invadió. Kang, su eterna némesis, la fuente de tanto sufrimiento, finalmente fue derrotada. Ella no pudo contenerse más y rompió a llorar.

Hank, igualmente conmovido, abrazó fuertemente a su esposa. Había librado una batalla aparentemente interminable contra Kang, y ahora, finalmente podía encontrar algo parecido a la paz. Aunque ella no fue la única que lloró. Los ciudadanos de Axia de los alrededores no pudieron evitar gritar de alivio y tristeza por los muchos años pasados ​​bajo el opresivo gobierno de Kang.

Justo cuando Hank y Janet encontraron consuelo en los brazos del otro, una serie de pasos se acercaron a ellos. Un hombre de mediana edad, con sus rasgos grabados con una mezcla de sorpresa y esperanza, salió de la multitud de ciudadanos de Axia que se habían reunido para presenciar la conclusión de la batalla.

"Janet", gritó, su voz temblaba con una extraña mezcla de culpa y anhelo.

La cabeza de Janet se giró hacia el recién llegado, sus ojos fijos en su rostro. El reconocimiento parpadeó en su mirada, seguido de una mirada escalofriante que envió escalofríos por la columna del hombre. Este hombre era Krylar, su antiguo amante de su época en la resistencia.

Krylar se apartó de la intensa mirada de Janet pero trató de reunir el coraje para hablar. "Janet, yo... te amo. Todo lo que hice fue para crear un futuro mejor para nosotros. Y ahora, sin Kang, podemos gobernar Axia juntos. Podemos convertirlo en un lugar mejor..."