Ragnarök (I)

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Mientras el espeluznante resplandor de la muerte iluminaba el campo de batalla, Peter se sintió atraído por el choque entre Odin y Hela. No pudo evitar maravillarse ante el poder que emanaba de ambas figuras, un testimonio de su naturaleza divina. La lanza de Odín brilló a la luz del sol mientras se enfrentaba al avance de Hela con gracia mesurada, sus ojos ardían con una mezcla de determinación y tristeza.

'Hmm, ¿tal vez debería entrenar con Odin más tarde?' Se preguntó Pedro. Aunque probablemente no podría durar mucho, Peter sabía que Odin probablemente podría dar una mejor pelea que Shou-Lao.

(N/A: el dragón de K'un-Lun. En caso de que alguien lo haya olvidado.)

...

Momentos antes, Brunhilde había salido corriendo, con la espada en alto mientras se apresuraba a enfrentarse a la mujer que masacró y ahora profanó los restos de sus hermanas Valquirias. Al verla salir corriendo, Odín la siguió de cerca, con su confiable lanza Gungnir lista. Su envejecido cuerpo se movía mucho más rápido de lo que Peter esperaba.

————

En las afueras de la ciudad...

La risa de Hela resonó en el aire mientras su ejército avanzaba. Pero justo cuando empezaba a divertirse, llegó un invitado no invitado. Hela se volvió hacia Brunhilde cuando la comprensión apareció en sus fascinantes ojos verdes y sus labios se curvaron en una sonrisa malvada.

"Bueno, bueno, si no es el que se escapó", ronroneó Hela, su voz llena de condescendencia. "Pensé que ya te habrías matado por vergüenza. ¿Vienes a saludar a las hermanas que abandonaste?" Pregunta, señalando a la Valquiria no-muerta detrás de ella.

Los puños de Brunnhilde se cerraron a sus costados, su ira y resentimiento hirviendo a la superficie. Una vez había servido a Hela y había luchado lealmente a su lado, sólo para que al final sus hermanas fueran masacradas.

"No tienes derecho a burlarte de mí, perra", replicó Brunhilde, su voz era una mezcla de ira y tristeza. "¡Cómo te atreves a hacerles esto a mis hermanas! ¿No fue suficiente que las mataste a todas? ¿Tuviste que resucitarlas también como estos monstruos?"

La risa de Hela se hizo más fuerte, su diversión claramente imperturbable por las palabras de Brunhilde. "Oh, ahórrame tu justa indignación. Las Valquirias siempre estuvieron tan ansiosas por seguir mis órdenes, por cumplir mis órdenes sin cuestionarlas. También deberían ser un honor para ellas servirme en la muerte".

Sin previo aviso, Hela se abalanzó hacia adelante, con movimientos elegantes y mortales. Brunhilde apenas tuvo tiempo de reaccionar, su espada chocó con la de Hela con un choque resonante. El impacto envió ondas de choque a través de los brazos de Brunhilde, pero ella se mantuvo firme, con los ojos fijos en los de Hela.

Sus espadas chocaron una y otra vez, el sonido del acero resonó en el aire. Brunhilde luchó con feroz determinación, cada golpe era un testimonio de su habilidad y del dolor que llevaba dentro. Había perdido a sus hermanas, a sus camaradas, a causa de la locura de Hela, y le haría pagar por ello.

Pero Hela no era una oponente cualquiera. Sus movimientos eran fluidos e impredecibles, sus ataques una danza mortal que parecía desafiar las leyes de la física. Con cada golpe, se burlaba de Brunhilde, sus palabras eran una mezcla de burla y arrogancia.

"¿Crees que puedes derrotarme, pequeña Valquiria?" Hela se burló. "Siempre fuiste la más débil de tus hermanas, tan predecible. No es de extrañar que tuvieran que sacrificarse para salvarte. Qué lástima".

La ira de Brunnhilde ardía más con cada palabra y su resolución se fortalecía. Ella reunió todo su entrenamiento, cada gramo de su habilidad, para enfrentar los ataques de Hela de frente. Pero a pesar de sus esfuerzos, poco a poco la estaban haciendo retroceder y sus fuerzas menguaban ante el implacable ataque de Hela.

Soy el Hombre Araña (MCU) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora