Soy el Hombre Araña (MCU) 3

¿Adopción?

En las profundidades de su propio universo, oculta a los ojos de los mortales, Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata, estaba sentada en su santuario oscuro. Ante ella, las páginas del antiguo y maldito Darkhold flotaban, suspendidas por su poder. El antiguo tomo se había convertido en su obsesión, una puerta de entrada a realidades alternativas donde los deseos más profundos de su corazón podían realizarse.

Mientras contemplaba las páginas, sus ojos brillaban con un fervor maníaco. Darkhold susurró promesas de poder y la reunión que tanto anhelaba. Observó, con una sonrisa cada vez más amplia, cómo una versión alternativa de sí misma jugaba en un sereno patio de recreo con sus amados hijos. Era una ilusión tentadora, una visión fugaz de la felicidad que alguna vez tuvo.

Pero en ese maravilloso momento, una onda inquietante recorrió su ser. Una sensación de fracaso, de pérdida, la atravesó como un puñal. Sus ojos se abrieron con horror cuando la ilusión se hizo añicos, reemplazada por una abrumadora sensación de temor.

"No... no, no puede ser..." murmuró Wanda, con la voz temblando de incredulidad.

En un instante, su atención pasó de la ilusión a la horrible verdad. El demonio que había desatado en el multiverso, la monstruosa abominación nacida de los rincones más oscuros de sus deseos, había sido derrotado. Estaba muerta, su malevolencia extinguida y su propósito incumplido.

La angustia le arañó el corazón y un grito agonizante salió de sus labios. Sus poderes aumentaron incontrolablemente, arremetiendo contra los objetos y alrededores en su cámara oculta. Las energías arcanas atravesaron las paredes, rompieron reliquias antiguas y redujeron a polvo posesiones preciadas.

Las lágrimas corrieron por su rostro al darse cuenta del alcance de su fracaso. No era la primera vez que una de sus creaciones era derrotada, pero esta pérdida fue más profunda. El monstruo había sido su creación más poderosa y malévola, y había sido completamente derrotado.

Sin que ella lo supiera, Darkhold respondió a sus crudas emociones, sus páginas pulsaban con una luz malévola. Se alimentó de su ira, tristeza y rabia desenfrenada, desviando las energías oscuras que irradiaban de ella. El tomo sobrenatural ansiaba su desesperación, ansiaba la agitación que se agitaba dentro de su alma.

Los poderes de Wanda se salieron aún más de control. Los objetos levitaban y se hacían añicos a su alrededor, una tempestad de caos y destrucción. Ella gritó, su voz resonó en la retorcida cámara de su santuario, mientras su realidad se desmoronaba ante sus ojos.

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Después de esconder el cuerpo del demonio y lidiar con los curiosos policías que habían aparecido debido a los informes de los vecinos, Peter dejó escapar un suspiro de cansancio mientras regresaba a la sala de estar. La atmósfera estaba cargada por el peso de los acontecimientos recientes, y todos se sentaron, tratando de procesar lo que acababa de suceder. El Anciano, Lily, América y MJ estaban reunidos allí, compartiendo una sensación colectiva de alivio y agotamiento.

May y Grace estaban actualmente fuera de la ciudad de vacaciones juntas, felizmente inconscientes del caos que se había desarrollado en su ausencia. Estaban un poco enojados por tener que limpiar el patio trasero después de la llegada de America, por lo que Peter los envió a Hawaii por un par de semanas para relajarse.

Mientras Peter se sentaba frente al grupo, dirigió toda su atención a America, con expresión llena de preocupación. "América", comenzó suavemente, "¿tienes alguna idea de por qué estos demonios siguen persiguiéndote?" Su voz era suave, animándola a compartir su carga. "Bueno, ya tengo una idea bastante clara, pero aún así es bueno estar seguro".

América miró al suelo, su mirada distante y preocupada. Los recuerdos de su época anterior a conocer a los Parker inundaron su mente y dudó por un momento, luchando por encontrar las palabras. Los recuerdos de su pasado pesaban mucho sobre sus hombros, pero sabía que había llegado el momento de dar explicaciones.