Guerra de duendes (I)

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Al instante, la caverna quedó en silencio mientras los goblins se giraban para enfrentar a los visitantes inesperados. Sus ojos, llenos de curiosidad y sospecha, se fijaron en Peter, MJ y Dumbledore.

"Parece que tenemos su atención", comentó Peter, su voz haciendo eco a través de la caverna.

Dumbledore, al darse cuenta de la atención que habían llamado, trató de pasar a un segundo plano, pero ya era demasiado tarde. Los goblins ahora eran conscientes de su presencia, y la caverna zumbó de anticipación cuando sacaron las armas.

MJ le dio un codazo a Peter. "¿Deberíamos decirles que estamos aquí para negociar?"

Peter asintió con la cabeza con una sonrisa, "Buena idea". Dijo mientras se volvía hacia los duendes sedientos de sangre. "Parleley, parlelellyleloooo, par le nee, socio, par... snip, perejil... ¿cuál era la palabra otra vez?"

"¿Parlamentar?" MJ no pudo evitar sonreír ante la idiotez de su marido.

Peter asintió dramáticamente. "Ese es. ¡Parlamentar! Invoco el derecho de parlamentar. De acuerdo con el Código de los Hermanos establecido por los piratas Morgan y Bartolomé, tienes que llevarme con tu Capitán".

Cuando los goblins comenzaron a murmurar entre ellos, uno dio un paso adelante con la espada desenvainada. "¡Somos duendes, no piratas, idiota!"

"Correcto..." Peter asintió, su tono reflejaba lo poco que le importaba. "De todos modos, ¿puedes llamar a tu rey aquí ya? Tengo una cita a la que volver, así que prefiero terminar este asunto de la guerra lo más rápido posible..."

"¡Nuestro rey no tiene tiempo para esas tonterías!" Gritó otro duende, con una mueca de desprecio en su carita.

"¿Eh? ¿Está tan ocupado?" Peter preguntó burlonamente, su mirada se volvió escéptica. "Quiero decir, ¿qué tan ocupado puede estar ese tipo? Es el rey de una nación sin tierra. Ustedes son prácticamente gente topo, que viven bajo la tierra de otros pueblos..."

Los duendes, insultados por las palabras de Peter y su comportamiento casual, se prepararon para un ataque, agarrando sus espadas mientras corrían hacia adelante.

El primer grupo de duendes se abalanzó sobre Peter, con las armas en alto. En un movimiento borroso, Peter esquivó el ataque, agarrando sin esfuerzo la muñeca de un duende y desarmándolo con un giro. Con un movimiento desdeñoso, el duende fue lanzado hacia el resto, derribándolos.

Mientras el ejército de goblins avanzaba, Peter recogió una espada caída y se movió con una velocidad inhumana, cortando a varios goblins a la vez, rociando sangre por la espaciosa caverna.

Con cada movimiento, Peter masacró a decenas de duendes. Cuando él aparecía, caían como trigo ante una guadaña, y cada encuentro era una breve danza de la muerte.

Algunos fueron asesinados antes de que supieran lo que sucedió, sus cuerpos cayeron al suelo con expresiones de sorpresa y confusión grabadas en sus rostros. Otros sucumbieron a las membranas, y sus luchas fueron inútiles contra la fuerza abrumadora de Peter.

En la caverna resonaban los constantes sonidos de armas chocando, los gritos desesperados de los duendes y alguna broma ocasional de Peter, mostrando su confianza frente a lo que serían probabilidades abrumadoras para cualquier otra persona.

Mientras tanto, Dumbledore estaba parado en la periferia, con los ojos muy abiertos con una mezcla de sorpresa e incredulidad. Había sido testigo de magos poderosos en su vida, pero la pura brutalidad y eficiencia con la que Peter despachó a los duendes lo dejó sin palabras. Su corazón se hundía con cada vida que le quitaban, un observador silencioso en un campo de batalla donde no ejercía ninguna influencia.

Soy el Hombre Araña (MCU) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora