Cap 03

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A la mañana siguiente, parte de los guardianes y la ninfa estaban desayunando, el último en llegar a la cocina fue el mapache, quien se veía despeinado, cansado y trasnochado.

-Parece que alguien se cayó de la cama. – dijo Peter al verlo.

-De hecho, se ve como si hubiera dormido solo 3 horas. – acompañó Drax.

 - Cállense par de idiotas, es muy temprano para escucharlos. – se quejó mientras se sentaba a desayunar.

-Yo soy Groot.

-¿Cómo que ya casi es medio día?. – Rocket levantó las orejas con sorpresa para luego mirar el reloj. –¿Me dejaron dormir? ¿Entonces que hacen aquí?

-De hecho, ya terminamos y nos estábamos yendo. – dijo la guerrera mientras se levantaba a recoger la mesa.

-¿Y me van a dejar desayunando solo? Vaya amigos que son. – éste se cruzó de brazos sintiéndose ofendido.

-No estás solo, tu amiga está ahí esperando por ti. – bromeó el humano señalando a la ninfa, cuando Rocket volteó a verla, esta lo saludó amablemente, provocando qué el mapache se estremesca y desvíe la mirada rápidamente.

Los demás se fueron dejándolos solos, el mapache desayunaba en silencio, no podía evitar sentirse observado por la ninfa, quien en efecto, lo miraba con cierta ternura, pues para ella, Rocket era adorable, aunque él lo negara.

De vez en cuando, Rocket sin querer hacía contacto visual con ella, esto lo ponía bastante incómodo ya que recordaba lo que pasó anoche, y en el intento de desviar la mirada, sus ojos terminaban en el pronunciado escote de la ninfa, haciendo que se ponga aún más nervioso.

Después de unos largos 45 minutos, terminó, le dio la orden de que vaya a la mesa para así terminar con el collar.

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- ¡Lo logré!. – gritó el mapache con orgullo.

Costó sus horas, pero finalmente la ninfa era libre de ese inhibidor, se levantó, y empezó a palmar su cuello ahora desnudo, emocionada, nuevamente agarró a Rocket para darle un fuerte abrazo y llenarlo de besos en la cara en señal de gratitud, esta vez el mapache no planeaba oponer resistencia, su cola se esponjó mientras se agitaba de gusto, pero se tensó al escuchar qué los demás estaban riendo mientras se asomaban por el umbral de la entrada al taller.

-Oye para eso hay hoteles. – se burló Peter

-¿¡Qué mierda hacen todos ahí parados!?. – gritó alterado, quería bajarse para tomar sus armas y dispararles a todos, pero la ninfa no lo soltaba, aunque forcejee.

-Tu absurdo gritito de victoria nos trajo aquí. – explicó el guerrero. – pero si sabíamos, mejor te dejábamos solo.

-¿Pero qué dices? Aaagh. – estaba furioso y el no poder librarse del agarre lo frustraba más. – ¡Ya suéltame! ¡No soy un peluche!. - intentaba ser hostil pero era inútil.

-No te enojes con ella, Rocket... Está en su naturaleza ser cariñosa con formas de vida pequeñas y peludas. – dijo Gamora con calma, aunque también le daba mucha gracia verlo en esa situación.

-¿Qué quieres decir con eso?. – arqueo una ceja molesto, se puso de todos los colores cuando la ninfa lo acercó más a ella mientras le acariciaba la cabeza.

-O sea, que le agradas. – aclaró Peter mientras soltaba una risita relajada. – o bueno, ella podría confirmarlo ahora que puede hablar.... ¿Verdad?

La ninfa asintió entusiasmada y quiso hablar pero algo pasó, al intentar pronunciar las primeras palabras sintió un ardor en la garganta, rápidamente soltó al mapache y se agarró el cuello, los guardianes acudieron para intentar ayudarle, ella solo con la mirada dio a entender que le dolía.

-Algo no está bien....  – dijo la guerrera mientras se agachaba para tratar de ayudar.

-A ver, hazte a un lado. – el mapache tomó la placa para revisar en su interior y en efecto. – Sip, aquí está el problema, en anteriores intentos por quitárselo, el collar no solo le provocó lesiones externas, sino también internas, se le lastimó la laringe.

Esto dejó desconcertada a la ninfa, haciendo que empezara a llorar, y para colmo, sus lágrimas al contacto con el aire se solidificaban, convirtiéndose en pequeños diamantes. El mapache, junto a los demás vio esto, casi le invade la codicia, pero hizo lo posible para mantener la compostura y no quedar como un imbécil.

-Oye tranquila.... Tiene arreglo, en unos días estarás mejor. – intentó consolarle Rocket sintiendo que los demás lo miraban raro, pues era algo poco usual en él.

-A pesar de la voz.... ¿Tus poderes? ¿Aún puedes usarlos? – preguntó Gamora, tratando de aflojar la tensión.

La criatura intentó calmarse y extendió una de sus manos, hizo un esfuerzo y de ella empezaron a brotar hongos y algunas flores.

- Sus poderes son similares a los de Groot. – dijo el humano sorprendido.

-Es que su especie suele estar conectada con la naturaleza. – Respondió Gamora.

-Oh, así que por eso le cayó bien el árbol y la rata. – agregó Drax.

-Rata serás tu cuando te quieres ir sin pagar. – se burló el mencionado. – En fin ¿qué más sabes hacer, niña hongo?

Enseguida demostró que podía crear diferentes tipos de setas, en especial venenosas, alucinógenos, comestibles y bioluminosas, lo mismo con las flores, pero no podía hacer crecer ramas y raíces de árbol como Groot.

-Otra razón por la cual tenía el inhibidor, con unos hongos que produzcan esporas letales hubieran sido suficientes para burlar la seguridad y huir. – dedujo la guerrera a lo que la ninfa asintió.

-…. – el mapache con curiosidad se acercó para tocar uno de los hongos, sin querer lo pinchó con la punta de su garra y este liberó las esporas, ante el tacto la ninfa lo miró, se puso nervioso mientras trataba de no inhalar las esporas. – Bueno… yo ya hice lo mío, así que avísenme cuándo encuentren su planeta. – dijo mientras se iba a su cuarto.

Luego de un corto silencio, la ninfa se fue a la sala con Groot para jugar y combinar ambos poderes.

- Ok, pero ¿Qué explicación tienes para las lágrimas de diamantes? – le preguntó Peter a Gamora.

-Uh... Eso sí no lo sé, creo que cada ninfa tiene algo que la hace única. – respondió mientras se encogía de hombros.

-Me sorprende que la alimaña no se haya abalanzado sobre estos pequeños cristales. – comentó Drax mientras recogía los diamantes del suelo.

-Si, se portó un poco extraño. – dijo el humano, mientras miraba pensativamente a la puerta del cuarto del mapache. – ¿Tu crees que....?

-No me extrañaría.... – rió la contraria. – si es así, ojalá no le pase lo mismo que con esa chica que conoció en Terra...

-Seh... Eso fue duro. – se rascó la nuca con incomodidad al recordar lo que pasó aquella vez.

Mientras tanto, en el cuarto del mapache... Éste tenía la cabeza hundida en la almohada, muerto de vergüenza por toda la situación que pasó, no entendía porqué esa criatura tan poco atractiva le estaba despertando cosas, pensó que quizás era por su tacto suave con él, o su aroma, o sus voluptuosos senos que volverían tonto a cualquiera, o quizás lo hipnotizó con sus 4 ojos cuando hizo contacto visual con él la primera vez, se tiraba más por esa última teoría.

El sentimiento era similar al que sentía con esa chica terrana, pasaron meses desde aquella vez que los cazarecompensas le pusieron precio a su cabeza y tuvo que huir en una cápsula, se estrelló en terra y esa humana lo encontró, le dio refugió en su casa durante unas semanas hasta que el resto de los guardianes fueran a buscarlo una vez pasado el peligro, nunca llegó a nada con la terrana, pero quedó cautivado con sus tratos hacía él, su voz, su presencia, le encantaba estar cerca de ella.

Aún la sigue recordando y extrañando, en vano, ya que es probable que ella ya haya terminado sus estudios, esté casada con otro hombre y haya formado una familia, olvidándose de él, pensar en esas cosas le dolían, más cuando recordaba aquella escena que hubiera preferido no ver.

-Ugh, si esta ojona me hechizó o algo así pues... Ya que, al menos me ayudará a no seguir pensando en…. – suspiró  con melancolía. – Arih...

𝑪𝒂𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝑵𝒚𝒎𝒑𝒉  - Rocket Raccoon fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora