La historia de pandillas que todos conocemos con aquel viajero del tiempo pero con el pequeño detalle de que también existe alguien más en esta historia que es importante para nuestro viajero.Se trata de una chica única que ya tenía un destino atroz...
Corría y corría, sin detenerse,sin mirar atrás. Solo quería llegar a ellos,a su hermano y sus amigos. Nada más importaba: Ni las risas burlonas que resonaban a lo lejos, ni lo lúgubre y oscuro del lugar.
-¡He-hermano! -*Gritó con lágrimas al verlos tirados en el suelo junto a sus amigos*-
Se dejó caer de rodillas,sin importarle los golpes, las raspaduras ni la suciedad en su ropa. Nada más le importaba. Su único objetivo era llegar a ellos, ver en qué estado estaban,atender sus heridas.
-Tranquilos... yo me encargo... yo limpiaré sus heridas...¡resistan!-*Balbuceó nerviosa mientras sacaba el botiquín de primeros auxilios con manos temblorosas*-
-¡Vaya!,¡vaya¡...Así que hermano,¿eh? -*Dijo una voz burlona acercándose a la chica con una sonrisa siniestra*- No me ignores,preciosa. ¿No ves que estoy hablando?...
Ella no lo escuchaba. Estaba demasiado concentrada en las heridas de los chicos. Nada más existía para ella en ese momento.
-¡MALDITA PERRA, TE ESTOY HABLANDO! -*Gritó furioso el hombre, abalanzándose sobre la chica y agarrándola del cabello con fuerza*-¡Preciosuras como tú deben aprender a respetar a sus superiores!~
-¡DE- DÉJAME!-*Se quejaba la chica con desesperación al sentir su brusco agarre en su cabello*-
-¡Ni se te ocurra tocarla!-*Gritó un chico rubio, aferrándose a la muñeca del agresor-¡A ella no! ¡A mi hermana nunca!
El grito resonó como un eco de desesperación,cargado de rabia y culpa. En su mente se repetían los recuerdos que había intentado sepultar durante años: La razón por la que todo se había ido al infierno. Todo empezó con una pelea. Querían ser pandilleros, demostrar su valía,pero se enfrentaron a tipos más grandes,más fuertes,y perdieron. Esa derrota los convirtió en esclavos,víctimas de abusos y humillaciones.
Por eso huyó. Huyó de todo,cansado de los golpes y del maltrato. Pero al hacerlo, abandonó a sus amigos,dejándolos en manos de ese desgraciado. Y peor aún, ocultó la verdad de todo a su hermana. Pero ella lo descubrió. Fue a buscarlo desesperada,y ahí comenzó su verdadera pesadilla. Kiyomasa la vio. Ese hombre... ese monstruo,se aprovechó de ella. Y Takemichi no pudo detenerlo. No pudo protegerla.
-(No otra vez... No voy a permitir que esto se repita. ¡Nadie la volverá a lastimar¡ ¡Nadie!)-Pensó con furia al mismo tiempo que apretaba los dientes*- ¡A ELLA NI LE TOCAS NI UN PELO!
-¿QUIÉN TE CREES PARA DECIRME QUÉ HACER?-*Espetó Kiyomasa, con una mirada sádica*-¡Si quiero, la toco!. Después de todo, tu hermanita está bastante buena~...
Con esas palabras,le propinó un fuerte puñetazo al rubio,quien,a pesar del golpe,no soltó su muñeca y por primera vez,le hizo frente al tipo y protegido a su hermana cómo pudo sin importarle los golpes. ___________________________________________
-Eres un tonto por hacer eso...Pero agradezco lo que hiciste...-*Dijo Yuki, frunciendo el ceño mientras para luego un poco tranquila,suaviza su mirada mientras limpia el labio partido de Takemichi*-No te quejes. Sé que duele,pero por favor, aguanta.....Ese loco te dejó molido...
-Lo siento...-*Murmuró Takemichi, con la mirada baja*-No quería que te lastimara...él no tenía buenas intenciones contigo y no tienes que agradecerme,soy tu hermano mayor y mi deber es protegerte...
-Takemichi...-*Susurró ella, con una mezcla de ternura y preocupación*- ¿Desde cuándo llevas aguantando todo esto con los chicos?....
Los demás observaban en silencio. Entendían las palabras de Takemichi,el peso que cargaba y las razones de su desesperación. A pesar de las heridas,él se sentía aliviado. Había evitado que Yuki volviera a ser lastimada, evitó que lo odiara como lo hizo en el pasado.
Una débil sonrisa se dibujó en su rostro cuando sintió las manos cálidas de su hermana atendiendo sus heridas sin atreverse a responder su pregunta. Pero de repente,un recuerdo lo golpeó como un rayo.
-¡Hinata!¿Cómo pude olvidarla? -*Exclamó,poniéndose de pie de golpe*-
-¡Espera! ¡Tus heridas!-*Gritó Yuki al verlo irse*-
-¡Takemichi, a dónde vas!-*Exclamaron sus amigos confundidos*-
-¡Perdóname, Yuki! ¡Prometo regresar temprano a casa! ¡Takuya, llévala a casa por mí!-*Gritó antes de alejarse corriendo*-
Los presentes quedaron atónitos, sin entender el repentino cambio en el rubio mientras observaban su silueta alejarse.
-¿Qué acaba de pasar?,Ni modo...Ya lo escucharon-*Suspiró Akkun,dándose por vencido*-
-Mmm de acuerdo...Por cierto Yuki,gracias por cuidarnos. Ahora estamos mejor gracias a tí-*Dijo el chico de gafas con una sonrisa-*
-No es nada. Siempre atenderé sus heridas-*Respondió ella con dulzura*-Igual para la otra no me mientan....-*Dice en tono serio con los brazos cruzados*-
- Hgm...Sí....lo prometemos...lo hicimos por tu bien...-*Dice Makoto apenado con su rostro lleno de parches*-
-Creo que es mejor adelantarnos nosotros dos...-*Dijo Takuya para cambiar de tema y aligerar el ambiente que estaba algo tenso mientras se acercaba a la chica con un evidente rubor en las mejillas y nervioso*-
-Si querías estar a solas, solo dilo~. Vámonos, chicos-*Dijo el pelirrojo con diversión mientras empujaba a los demás lejos,entre risas*-
Los chicos se alejaron, lanzando comentarios burlescos a Takuya,quien, avergonzado,no dejaba de maldecir los en silencio.
-Esos idiotas...-*Murmuró Takuya, mirando a Yuki con el rostro encendido*-Bueno...¿vamos?....
Ella asintió con una sonrisa, acostumbrada a las bromas de los demás.
Mientras tanto, Takemichi corría desesperado. Frente a una puerta, respiraba agitado,tratando de recuperar el aliento. Finalmente, golpeó con los nudillos,nervioso por si se había equivocado de número. La puerta se abrió,y ahí estaba ella,esa dulce y linda chica que tanto amó en su adolescencia y seguía amando desde su partida.
-Hi- Hinata...-*Susurró,con lágrimas al tenerla en frente suyo*-
-¿Takemichi? -*Respondió ella, sorprendida*-
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