𝒰𝓃𝒶 𝓃𝓊ℯ𝓋𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 [𝒥ℯ𝓃𝓁𝒾𝓈𝒶]

Cap 3: [T2]

NARRADOR

Durante los últimos días luego de la visita de su familia, las cosas no estaban siendo del todo fáciles para el pelinegro, él había tomado la decisión de mejorar pero todo su cuerpo vibraba en necesidad, antes no se había dado cuenta de que tenía una adición pero ahora que todo su cuerpo pedía aquellas sustancias se daba cuenta de que realmente su situación era mala.

Por las noches las pesadillas no lo dejaban dormir y su única opción era quedarse despierto lo cual no era lo mejor ya que lo atacaba la ansiedad de meterse algo, por el día siempre estaba ansioso y nervioso, no podía evitar morderse las uñas y en la noche jalarse el pelo.

La psicóloga ya estaba familiarizada con esa parte del proceso por lo que por el momento lo habían separado del resto pues podía llegar a descontrolarse y hacerle daño a alguien, tampoco le administraban algún medicamento calmante o algo por el estilo pues podría resultar en que su cuerpo tomará cualquier medicamento como un sustituto de las drogas y así no llegarían a ningún lado.

Como lo había estado haciendo los últimos días se encontraba en su habitación la cual permanecía cerrada tanto para él como para los que estaban fuera, se escucharon unos toques en la puerta y este volteó a ver rápidamente, esta se abrió y la psicóloga se asomó como siempre con una sonrisa en el rostro.

Sra s: hola, buenos días Luca ¿cómo estás?

Lc: m-mal, siento que me enfermo, tengo frío y creo que me va a dar f-fiebre- dijo arropado en desde los pies hasta el cuello

Sra s: hmm- se acercó y puso su mano en su frente- es cierto pero es algo normal, es una sorpresa que tu cuerpo recién pida las sustancias a las que lo acostumbraste, mayormente algunos no aguantan ni una semana antes de desesperarse por ingerir algo

Lc: señora Son, por favor n-necesito -algo, se lo suplico

Sra s: lo siento, puedes rogarme por lo que sea y no te voy a dar nada, tienes que resistir, esto pasará pronto

Lc: s-señora s-son- dijo mientras se empezaba a escuchar el castañeteo de sus dientes por el frío

Sra s: pediré que te traigan más cobijas, se que esto es difícil para ti pero solo tienes que ser fuerte, te prometo que todo esto valdrá la pena en un futuro, dime ¿qué más has sentido en estos días?

Lc: h-he sen-sentido d-dolor en to-todo el cu-cuerpo, me siento de-débil, n-ni siquiera pue-puedo hacer nada- decía mientras la mujer anotaba- señora s-son creo... creo que vo-voy a morir- la mujer sonrió ligeramente mirándolo de manera tranquilizante

Sra s: puedes estar tranquilo no vas a morir

Lc: ¡m-mierda! ¡N-no necesito que m-me consuele, deme algo joder! ¡Ya no lo soporto!

Sra s: ese es tu cuerpo, no te preocupes una vez que se acostumbre a estar limpio y sin sustancias se te pasará- el pelinegro la miro con rabia mientras temblaba de frío y el dolor del que hablaba en su cama con los edredones hasta el cuello

Lc: s-señora, s-son- gruño apretando los dientes

Sra s: intenta describirme lo que sientes

Lc: ¡n-no puedo mierda!

Sra s: ¿de verdad quieres que te de algo? Dime si al menos sabes que estuviste prácticamente apunto de morir, esas sustancias que ingerías eran metanfetaminas y te aseguro que solo se necesitaba un poco más para hacerte un daño irreversible, se por lo que estás pasando ahora, también se que es difícil pero tienes que ser fuerte, diste el primer paso tomando una decisión tan importante ahora y te aseguro que aunque esta sea la parte más dura cuando la superes estarás orgulloso, tus seres queridos estarán orgullosos- el pelinegro se cubrió completamente con su edredón y se giró dándole la espalda a la mujer- entonces me iré, volveré más tarde cuando te sientas mejor ¿vale?- no recibió respuesta y tomando su libreta salió de allí