Morgan
-¿Morgan como te encuentras?
-Como si me fuera a morir.-repetí las mismas seis palabras que había dicho 46 veces hoy.
últimamente mi humor estaba del asco, ya que saber que vas a morir y que todos tus sueños se van a la borda es una tarea difícil de digerir.
Está mañana me llevaron al psicólogo de la clínica para nada, por qué a pesar de todo no va a cambiar nada.Ya hasta estoy pensando en que dejaré de legado y no será nada, por qué estaba a punto de ir a unas de las mejores competencias de baile y todo se arruinó.
Pensar que mis hermanos y los otros me verán morir es algo espeluznante.
Siempre creí que yo vería morir a los demás primero que gracioso era creer eso.
- Muy bien Morgan, tu epoc es grave y ya los síntomas vuelven más a menudo...
Mi tos interrumpo al doctor y la falta de aire no tardó en llegar.
-Si, no me diga.
Rapidamente me coloco otro poco de oxígeno.
-Comenzaremos el tratamiento hoy, ¿dolerá? tal vez un poco, pero tus pulmones aguantaran otro rato más.
-¿doctor?.
Me miró paciente.
- ¿Cree que...-cambie la pregunta- No quiero que mis padres y los gemelos me vean fallecer.
El solo asintió y salió de la habitación.
El dolor de los pulmones se acentuaba un poco más y ya no tenía ni fuerzas para levantarme.
Alcance mi teléfono y comenze a ver videos de cuando bailaba y en algunos salían los gemelos imitandome.
¿los extrañaría?, Puees claro que sí.
Mi vida sin ellos no es nada y ahora ellos tienen que vivir sin mi.
Ultimamente mis pensamientos suicidas son mucho más de lo normal pero inevitablemente no puedo dejar de pensarlos.
Ya llevaba aquí una semana.
Un mes en el que no salía para el exterior solo veía máquinas de exámenes y agujas.
Así era mi rutina ahora.
Despertar, bañarme, ir a comer, examenes, comer, examenes y más examenes.
Una enfermera entro en la habitación recordándome que en unos minutos tenía que hacerme unos exámenes que descartaría algún cáncer o algo así por los moretones.
Me senté en la silla de ruedas que estaba junto a mi cama y yo misma salí en ella de las cuatro paredes.
En el pasillo donde estaba había solamente seis habitaciones incluyendo la mía.
Recorrí el pasillo con toda la calma del mundo con una enfermera detrás de mí, hasta llegar al laboratorio donde el doctor me esperaba.
- De nuevo yo aquí.- hable al entrar.
-De nuevo aquí, Morgan.-me saludo.
Con su ayuda me senté en la camilla y me acosté en ella.
Las enfermeras comenzaron a prepararme para sacarme la sangre y una vez lista la muestra, el doctor comenzó a analizarla.
-Bien Morgan, hablame que hubieras echo sin está enfermedad.
-La verdad es que hubiera ido a la competencia, luego abriría una academia de ballet y danza contemporánea aquí en la ciudad y quién sabe tal vez todo hubiera sido diferente.
El solo me miró y siguió revisando la muestra.
Las enfermeras me sacaron del laboratorio y me dejaron en la cafetería.
A lo lejos ví a una chica comiendo sola y fui hacia ella por pura curiosidad, se veía misteriosa como si escondiera algo o de alguien.Llegué hasta su mesa y me ubique delante de ella llamando su atención y al parecer tuve éxito ya que me miró alzando una ceja.
-¿Te sientes sola verdad?.
asentí.
-Por suerte yo también.-me sonrió-¿como te llamas?.
- Morgan Johnson y tu.
-Maria.
Luego de comer junto a Maria, ella empujó mi silla de ruedas hasta la sala donde podíamos estar las personas enfermas.
- Entonces tienes epoc no, y eso duele.
- Si duele del asco, pero con el tratamiento el dolor disminuye no se va, simplemente no es tan doloroso.
Asintió analizando todo lo que acaba de decir.
-¿y tu por qué estás aquí?.-pregunté.
ella dijo su mirada en mi y luego la paso hacia el suelo. Maria era fresas personas comunes que tiene cierta vibra atrayente.
-Bueno yo, no le dirás a nadie cierto.- negué- Está bien, yo tuve un accidente por qué conocí a un chico super guapo y me enamore completamente de el, pero el y sus hermanos tenían un juego de intimación, un sobre rojo y a la persona que le llegará dicho sobre todos tenían derecho a golpear incluso asesinar a esa persona. Un juego horrible, una vez yo me opuse y tal tarjeta me llegó.
» Sus hermanos estaban molestos por qué era la primera mujer en recibir esa tarjeta pero el cegado por la rabia hacia mi no le importo.-Se removió en el sofá- Tengo que destacar que aún no hablábamos cuando eso, entonces después de ese feo desastre el comenzó a buscarme y yo por mi parte tenía una venganza que cobrar.
» mi familia es Leyva, narcos en otras palabra y estoy aquí por qué me rompió una costilla y me cortó el fémur.
Me quedé en shock mirándola con incredulidad.
-Te la creíste.- se rió fuerte-Soy enfermera aquí, lo que te corte lo leí en un libro.
Su confesión me tranquilizó, un poco.
-La verdad es que tengo novio sabes, y trabaja aquí igual pero es muy terco aveces.- Saco su teléfono y me enseñó una foto, es mi psicólogo-En ma cafetería me estaba escondiendo de él porque siempre quiere psicoanálizarme, no estoy loca.
Me reí de su forma de expresarse, me reí tanto que había olvidado lo que se sentía.
-Sabes yo también tengo novio, es una de las personas más maravillosas que pude conocer, en estos momentos está buscando más información sobre está enfermedad. Al final del día todos conocemos mi final pero no se quieren rendir.
- Sabes Morgan, existen muchos tipos de amor, el vainilla, el oscuro, tóxico, manipulador, pero al fin y al cabo amor.-me agarró la mano- aunque mueras su amor siempre va a seguir vivo por toda la eternidad.
-¿De que libro leíste eso?.
-De ninguno, es la verdad.-Me sonrió -Morgan si tú no luchas por tu vida, no pretendas que alguien más lo haga.
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para morir hay que vivir
RomanceMorgan Jhonson pensó que vería a su familia morir primero que ella, que gracioso fue pensar eso en aquel entonces. Le dio a Nicolás una oportunidad de comenzar de nuevo, siendo completamente el mismo y amandolo desde el principio sin ningún filtró p...