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- ¿cómo te sientes?.

- chicas, no me hagan mentirles.

Becca, Camil y Laura habían llegado hace aproximadamente una media hora, y con ellas trajeron unos libros los cuales cuando nadie me viera los leería.

-Alguien sabe algo de Nick.- pregunté.

Nick había desaparecido, nadie sabe sobre el paradero de el, incluso ni su familia.

-La última vez que supimos de él, estaba en China.- Me hizo saber Camil.

Desde que me ingresaron aquí hace ya casi un mes, no lo ví más. Simplemente se esfumó, desapareció y sin avisar.

Que estúpida soy en esperar que cruze esa puerta.

-Voy a casarme con Spencer.-Anuncio Lau enseñando el anillo en su dedo.

La miramos con cara entre asombro y emoción.

Oh por Dios.

Las chicas se abalanzaron hacia ella abrazándola, mientras yo me quedé mirandolas sonriendo.

-Seran mis damas de honor, obvio.- Emanaba alegría por todos lados. Becca y Camil admiraban el anillo con gran emoción-La boda será en Abril, el 15 exactamente, el día que nos conocimos.

Chillaban de alegría hablando de preparativos, festejo, flores, invitación, vestidos y yo solo las miraba sintiendo el peso caer de que para abril no estaré.

No veré a mi hermano casarse con una de mis mejores amigas, no estaré para brindar con ellos o incluso decirle a Lau que no se preocupe por pequeñeces. No lo haré, por qué no estaré.

-Las flores las quiero que sean rosas rosadas y blancas, convencional pero elegante.-hablaba mientras les enseñaba a las chicas una foto en su celular.

Y por primera vez me sentí excluida.
El sentimiento me envolvió por completo y presioné el botón para llamar a María. Inmediatamente ella entró y me preguntó que si estaba bien, una pregunta la cual no respondí.

Las chicas me miraban con el ceño fruncido y preocupación en sus rostros.

-Morgan, ¿que pasa?.-Pregunto Becca.

-Sacame de aquí.-Le murmuré a María.

Quien sin rechistar, me ayudó a levantarme de la cama y sentarme en la silla de ruedas, colocándose atrás y guiándome hacia el pasillo.

Y lo ví, venía hacia mí. Nick se veía cansado, agotado y preocupado. Al llegar hasta mí le hize seña de que no hablara y sus cejas se juntaron con confusión.

-Te amo Nick.- Le dije-Pero déjame sola.

Busco a responder pero María siguió caminando.

-Llevame al patio, por favor.

No menciono nada simplemente giró hacia la derecha y salimos hacia el patio para personas enfermas como yo.

Un espacio algo grande pero cerrado y para mi suerte estaba vacío. María se alejó al entender que quería estar sola.

Y deje que la presión que sentía en mi pecho saliera. Lágrimas salieron y sollozos las acompañaron, el vacío en mi interior me estaba quemando por qué al final del día, yo sabía que no llegaría ni a inicios de Marzo. No lo haría por qué al fin acepte que voy a morir y lo peor es aceptarlo, maldición lo peor de morir es aceptar que vas hacerlo.

Mire la bombona de oxígeno que estaba ubicada a mí lado. Sin esto no respiro y sino respiro no vivo, que ironía no. Lo que es gratis para nosotros desde que nacemos ahora es lo mismo que me falta para poder seguir viva.

Quería cambiar mi vida, pero no para ésto.

Quería viajar, conocer y descubrir cosas que aún no he visto. Solo tengo 18 años, no he vivido nada.

Lo triste es que hoy es mi cumpleaños, y siendo mayor de edad iba a irme con Kel a viajar; Más lágrimas salieron, salieron tanto que sentía mis ojos hinchados y con la vista borrosa, quise gritar pero no cambiaría nada.

Lloré por Kel.

Lloré por la vida que quería tener.

Lloré por todo lo que pude hacer y no hize.

Lloré por qué en 18 años no pude vivir lo suficiente.

Lloré por qué acepte que ya no había solución.

Lloré tanto hasta quedarme sin lágrimas, al punto de quedarme mirando hacia un solo punto sin moverme en absoluto.

Siempre supe que algún día moriría, pero nunca pensé que sería tan rápido, que me iba arrebatar toda mi alegría, toda mi esencia.

Supe desde que ví a Nick que no había solución porqué lo ví en sus ojos.

Me siento impotente, siento lástima de mí misma. Esta persona no soy yo, no queda nada de la Morgan que algún día conocieron. Ahora solo soy una chica enferma esperando que Dios se digne a quitarme todo este dolor y por fin darme paz.

Por que eso quiero paz.

Y si el no me la daría yo sí. Aveces odio los pensamientos impulsivos que tengo en mi mente pero ahora nada puede detenerme.

No quiero sentir dolor.
No quiero volver a ver las miradas de lástima que me dan los doctores o las sonrisas nostálgicas que me dan las enfermas. No quiero escuchar los murmullos del otro lado de la puerta de mi familia preguntándose cuanto tiempo me queda. No quiero más agujas atravesando mi piel o repetir el mismo examen una, y otra vez y obtener el mismo resultado. No quiero sentir que tengo que vivir pegada a un tanque de oxígeno para poder vivir otro segundo de mi vida.

No quiero eso, por qué me cansé.

Me canse hace mucho y hoy me doy por vencida. No voy a vivir otro segundo más aguantando las ganas de gritar un "por qué a mí" o "que hize para que me pase esto a mí". No voy hacerlo.

No voy a volver a escuchar un " como estas" o "como te sientes", por qué al decir que estoy bien me engañó a mi misma POR QUE SE QUE ESTOY MURIENDO, POR QUE SE QUE NO SOBREVIVIRÉ.

Y ahora me arrepiento de no haber venido antes al Doctor, me arrepiento de haberlo dicho a Martín que probablemente no tenía nada. Y era porque estaba tan asustada, que al imaginarme terminar como Kel me rompía por dentro.

Me arrepiento de muchas cosas y se que no puedo arreglarlas.

Con la fuerza que me queda agarro el tanque de oxígeno e intentó ponerme de pié pero es en vano, así que me lanzo hacia el suelo y el golpe me recibe bien. Con el pié empujó la silla de ruedas y me acuesto en el césped mirando hacia el cielo.

Puedo ver las estrellas gracias al cristal que están en el techo.

Agarró la cánula nasal y me la quitó, sintiendo el oxígeno quemar mis pulmones al retirarse.

Los doctores no me salvarán la vida, solo retrasan mi muerte. Pues solo hago las cosas más fácil.

Nunca pensé en el suicidio, pero dejarme morir así supongo que entra en los términos de su nombré. No quiero sentirme así más y no soy cobarde o estúpida por estar haciendo esto.

Por que seguro en mi funeral al saber que yo misma quite mi oxígeno, dirán que fui una cobarde y no luche por mi vida. Nadie tiene derecho a opinar sobre cómo me dejó morir porque nadie, absolutamente nadie sano está sintiendo lo que yo en este momento.

La ira me recorre en el cuerpo y comenzó a llorar de nuevo.

Veo las estrellas y recuerdo la vez que alguien me dijo que al morir nos convertimos en estrellas y mientras nos recuerden seguiremos brillando fuerte.

Sentí la falta de oxígeno en mis pulmones pero no me inmute y me quedé quieta admirando la estrella que más brillaba entre todas. Cerré mis ojos porque ya no podía mantenerlos abiertos.

-Solo no me olviden.-Murmure apenas y sentí mi último respiró.

para morir hay que vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora